Un individuo de 33 años ofrecía tres mil pesos a menores por obtener imágenes privadas. Si los menores consentían encuentros físicos, las sumas eran más elevadas. Este caso de acoso y explotación indignó a Salta, especialmente después de descubrir que sus acciones llevaron a 12 casos de abuso infantil en nueve meses. El tribunal finalmente le impuso una sentencia de 18 años de cárcel.
Descubrimiento tras alerta de una madre
El comportamiento delictivo salió a la luz cuando una madre se percató de una palabra en el celular de su hijo: “Pack”. Tras investigar, el chico le reveló conversaciones con mensajes eliminados y confesó haber enviado fotos íntimas a cambio de dinero. Esto llevó a la madre a actuar legalmente y la Fiscalía dedicó casi seis meses a investigar, resultando en el juicio del acusado.
Detalles de la operación delictiva
El sujeto mantenía una red de acoso y abusos en Salta. Se confirmaron al menos una docena de casos de grooming entre diciembre de 2023 y agosto del año pasado. Tras ser procesado, el Tribunal de Juicio del distrito Centro en Salta le dictó una pena de 18 años de cárcel por cargos de corrupción de menores y prostitución agravada.
La fiscal Sofía Cornejo, especializada en Ciberdelincuencia, explicó que el acusado utilizaba plataformas de mensajería como WhatsApp, Instagram y Telegram para contactar a los menores. Les ofrecía tres mil pesos por fotos y hasta cinco mil por videos.
Reflexiones sobre la gravedad del delito
“Estos delitos dentro del mundo digital son extremadamente serios, ya que el anonimato facilita la manipulación y explotación de los menores”, declaró Cornejo, en representación del Ministerio Público Fiscal durante el juicio.
La denuncia inicial, realizada por la madre de una víctima, señaló la “relación de confianza” del acusado con los menores, debido a las sumas monetarias ofrecidas, que iban entre 30 y 40 mil pesos si se encontraban en persona en ciertas ubicaciones.
La Fiscalía señaló que no hay evidencia de que tales encuentros físicos sucedieran.
En declaraciones a la prensa, la denunciante reconoció haber tenido “falta de comunicación” con su hijo y destacó los peligros potenciales de las redes sociales y apps de mensajería si los jóvenes las usan sin supervisión. “Esto revela lo peligroso que puede ser – insistió-. No se trataba solo de mi hijo. Descubrieron que había al menos 11 más”, expresó con pesar.
El juez Guillermo Pereyra dictaminó que el acusado cumpla una pena de 18 años en prisión con la obligación adicional de asistir a tratamiento psicológico.
D.D.: