Desafíos en la travesía del tortugo Jorge
En su aventura por aguas cálidas, Jorge avanza hacia el norte de Brasil. Este tortugo, que pasó 40 años en un tanque del antiguo acuario de Mendoza, llegó recientemente a las playas de Río de Janeiro. Solo le restan 1.000 kilómetros para alcanzar Salvador de Bahía y Praia do Forte, su lugar de origen en el norte del país.
El regreso a su entorno natural
El cierre del acuario en 2022 llevó a la decisión de devolver a Jorge a su ambiente natural. Con la coordinación del Aquarium de Mar del Plata y el municipio de Mendoza, fue transportado por aire hasta la Costa Atlántica, preparándolo para integrarse nuevamente en el océano.
Seguimiento y monitoreo del viaje de Jorge
Con aproximadamente 60 años y un peso de 100 kilos, el 11 de abril, Jorge fue liberado en el mar desde una embarcación de la Prefectura Naval Argentina en Mar del Plata. Mariela Dassis, encargada de colocarle el telémetro, monitorea sus movimientos diariamente. “En una noche cruzó el Río de la Plata y se detuvo unos días en las costas de Piriápolis, Uruguay”, explica Dassis.
Un viaje lleno de descubrimiento
A los 18 días de su liberación, el 29 de abril, se recibió una señal emocionante de Jorge en el Día del Animal, cuando llegó a las costas brasileñas, al sur de la laguna Mangueira.
“Tiene un espíritu curioso y fuerte, es un animal territorial”, comenta Mariela Dassis, investigadora del Conicet y de la Universidad Nacional de Mar del Plata. A mediados de julio, Jorge se encontraba en Ubatuba, al norte de São Paulo, disfrutando del cálido entorno costero. Visitó Paraty, recorrió la paradisíaca Isla Grande y finalmente llegó a Río de Janeiro.
Los investigadores solicitaron a los residentes de Río de Janeiro estar atentos: “Si lo ven, por favor, envíennos una foto”, publicaron el 18 de julio en la cuenta de la Universidad Nacional de Mar del Plata sobre biología y conservación de mamíferos marinos.
Jorge pertenece a la especie Caretta-Caretta, conocida como tortuga cabezona, que está en peligro, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Estas tortugas prefieren las corrientes cálidas que bordean las costas de Uruguay y el sur de Brasil.
“Hemos ayudado a muchas tortugas, alrededor de 25, pero Jorge es el único que estuvo tanto tiempo en cautiverio”, menciona el biólogo Alejandro Saubidet.
Desde su liberación, Jorge ha mostrado un comportamiento característico, nadando rápido y luego tomando descansos prolongados en ciertos puntos. Este patrón es común al inicio de su travesía, cuando dejó Mar del Plata y avanzó hacia Brasil.
El telémetro instalado emite una señal al salir a respirar y proporciona detalles al equipo en Mar del Plata sobre su ubicación y la hora. “Después de su liberación, se movió hacia el norte, nadando entre 60 y 80 kilómetros a una velocidad constante, y luego hizo una pausa antes de continuar”, describe Dassis.
Jorge se alimenta de crustáceos, moluscos, medusas y anémonas. Siendo adulto, no enfrenta depredadores significativos. Sin embargo, los riesgos para su seguridad incluyen la contaminación por plásticos y las redes de pesca.
Recientemente, hace dos días que no se reciben señales de su telémetro, posiblemente debido a una tormenta en Río que pudo haber afectado el equipo.
SC