El panorama en la lucha contra el Covid tiene dos noticias alentadoras. En primer lugar, un estudio ha conseguido identificar bajo qué circunstancias la vacuna de Pfizer podría llevar a la miocarditis, logrando así prevenir este raro efecto secundario. Por otro lado, la vacuna argentina Arvac ha demostrado ser eficaz contra la subvariante XFG, apodada “Frankenstein”, de Ómicron, cuya propagación ha aumentado en las últimas semanas.
Covid sigue siendo relevante en Argentina
Mientras a nivel mundial se sigue con atención la evolución del subclado K del virus influenza A (H3N2), en Argentina el Covid continúa siendo el virus respiratorio más común. Aunque ya no es el mismo monstruo pandémico de antaño, todavía puede dejar consecuencias graves y duraderas. Según el último Boletín Epidemiológico Nacional, en la semana anterior fue la causa principal de hospitalizaciones.
Descubrimientos sobre miocarditis y la vacuna Pfizer
Científicos de la Universidad de Stanford, en EE.UU., han identificado dos citocinas con altos niveles en la sangre de aquellos vacunados que desarrollan miocarditis: CXCL10 e interferón gamma (IFN-γ). Se percataron de que estas moléculas también se activan al poner en contacto las células inmunitarias con vacunas de ARN mensajero como la de Pfizer.
El estudio publicado en Science Translational Medicine observó que bloqueando CXCL10 e IFN-γ con anticuerpos, se redujeron los indicios de estrés cardíaco tanto en ratones vacunados como en esferoides cardíacos humanos. Además, se puede inhibir la acción de las citocinas con genisteína, una sustancia antimicrobiana encontrada en la soja y otras legumbres.
Casos de miocarditis: vacuna vs. infección por Covid
La frecuencia de miocarditis tras la vacunación es mucho menor que la causada por la infección por SARS-CoV-2. Según los CDC de Estados Unidos, se han reportado 1.500 casos de miocarditis por cada millón de pacientes con Covid-19. En contraste, la vacunación muestra 7 casos por cada millón de primeras dosis, 31 por cada millón de segundas dosis, y 60 por cada millón entre hombres menores de 30 años. Los casos por infección suelen ser más severos que los tras la inoculación.
La vacuna Arvac y su efectividad contra “Frankenstein”
En relación a la segunda noticia positiva, las pruebas de laboratorio con la vacuna argentina Arvac, creada para la subvariante JN.1 de Ómicron, revelaron que protege contra la cepa “Frankenstein”. Aislaron la subvariante de pacientes hospitalizados y lograron replicarla. Se demostró que el suero de vacunados con Arvac multiplicó por ocho los anticuerpos y detuvo la infección.
El químico Jorge Cassará, responsable del laboratorio que produce Arvac, destacó la buena aceptación de las vacunas distribuidas en ocasión de la falta de dosis de Pfizer en algunas provincias. Esto se debe a su menor reactogenicidad comparado con vacunas de ARNm, un atributo relacionado con su tecnología proteica.
Aunque la vacuna de Pfizer genera inmunidad contra XFG, empiezan a cuestionarse sus efectos adversos menores en comparación con el contexto actual postpandémico. Críticos como el infectólogo Marcelo Corti plantean que la necesidad de vacunaciones anuales con elevada reactogenicidad podría erosionar la confianza en las vacunas.
Corti sugiere que las vacunas elaboradas con tecnologías convencionales podrían restaurar la confianza de la comunidad médica y del público en general, al ser percibidas como seguras y efectivas, disminuyendo el escepticismo hacia las inmunizaciones.
PS