Durante un emotivo acto, la Academia Nacional de Periodismo reconoció con la pluma de honor a los periodistas Leila Guerriero y Jorge Fernández Díaz. Asimismo, entregó el diploma de miembro honorario a las hijas de Jorge Lanata en una ceremonia que se transformó en una vigorosa manifestación en favor del periodismo libre ante lo que muchos consideran como un ataque del gobierno de Milei.
El evento tuvo lugar en el auditorio Borges de la biblioteca nacional, donde Joaquín Morales Solá, presidente de la Academia, destacó la importancia del reconocimiento en una época en la que “el gobierno actual y, especialmente, el presidente Javier Milei, están ejerciendo un enorme acoso sobre la prensa”.
Reconocidos Periodistas Premiados
Jorge Fernández Díaz evocó la memoria de figuras como Mariano Moreno, quienes contribuyeron a la creación de la República. Afirmó que, con defectos y virtudes, esos pioneros fueron fundamentales para el nacimiento del periodismo y los valores nacionales. Parafraseando a Milei, indicó: “No respetamos suficientemente a los periodistas”, recordando palabras del presidente donde mencionaba “no odiamos lo suficiente a los periodistas”.
Con una capacidad para 300 personas, el auditorio Borges se llenó rápidamente, quedando numerosos asistentes sin poder entrar.
El momento más conmovedor de la ceremonia fue cuando Bárbara y Lola, hijas de Lanata, recogieron el diploma de su padre ante un aplauso prolongado del público.
Defensa del Periodismo Independiente
Morales Solá expresó, en vísperas del Día del Periodista, la solidaridad de la Academia hacia aquellos colegas que han sido agredidos verbalmente y calumniados. “El gobierno ha arremetido contra el periodismo con más intensidad este mes que en cualquier otro periodo de 40 años de democracia. Basta ya”, declaró.
El presidente de la Academia explicó que, aunque el Gobierno tiene el derecho a desmentir informaciones erróneas, lo que estamos presenciando no es la típica relación tensa entre poder y prensa. Existe una táctica clara para contraponer a la sociedad con el periodismo independiente.
Esta estrategia no ha incluido a periodistas que se identifican con distintas corrientes, como los K o los mileístas, según comentó en referencia a los sectores más críticos del gobierno.
Morales Solá subrayó que la atención está puesta casi exclusivamente en el periodismo independiente, ya que es el más creíble ante la mayoría de la sociedad.
Destacó que “perseguir y difamar al periodismo es un desdén hacia las instituciones democráticas. Sin prensa libre no puede haber una sociedad bien informada ni una república auténtica”.
El columnista de La Nación, en alusión indirecta a la administración Trump, señaló que “el auge de populismos autoritarios en países occidentales con historia democrática no justifica las transgresiones argentinas”.
Con el público aplaudiendo, Morales Solá comentó que muchos se cuestionan cómo afrontar un hostigamiento tan persistente e inesperado. “Tenemos derecho a protestar y exigir respeto a nuestra profesión y a nosotros como individuos. Pero la mejor respuesta es mantenernos en el ejercicio responsable del periodismo”.
Advirtió que “aunque no se ha observado censura directa, el temor a la difamación presidencial provoca un fenómeno más peligroso: la autocensura”.
Muchos periodistas podrían optar por guardar silencio para evitar convertirse en blanco de ataques del más alto representante de la nación, señaló.
Por esa razón, “le decimos con respeto al presidente: sin un periodismo libre, la libertad no existe”.
Morales Solá también expresó preocupación por “la apatía de varios sectores sociales frente a las embestidas contra el periodismo. El abrumador silencio incluye a líderes políticos de casi todos los partidos, empresarios, sindicalistas y líderes religiosos. Hay pocas excepciones y son muy solitarias”.
También mencionó a “conversos: políticos que alguna vez defendieron la libertad de prensa cuando eran otros quienes la atacaban y ahora se unen a quienes desde el poder la denigran. Al respecto, el ministro de Economía, Luis Caputo, fue objeto de una alusión implícita”, concluyó Morales Solá.
Fernández Díaz elogió a la “infantería del periodismo”, obreros de la información que, a pesar de estar mal remunerados, recorren territorios y nos brindan datos valiosos. Sin embargo, alertó sobre otros que trabajan de manera corrupta y con vanidad.
“En nuestra profesión siempre ha habido gente honesta y deshonesta, pero hoy el periodismo es blanco del poder”, expresó refiriéndose a los anteriores gobiernos de Kirchner.
Actualmente, “ingenieros del odio usan redes y servicios para desacreditar periodistas, y pronto emplearán inteligencia artificial para ello”.
Advirtió que buscan “aniquilar o al menos domesticar al periodismo, pretendiendo que está en extinción. Si eso fuera cierto, ¿por qué gastan tanto esfuerzo y dinero para destruir a quienes consideran irrelevantes?”, añadió Fernández Díaz.
El periodista concluyó declarando: “El periodismo sigue siendo la última resistencia de la democracia liberal en tiempos en que la oposición política parece desviarse de sus principios fundamentales”.
Y dijo, “los periodistas somos inconvenientes para quienes controlan el relato y la agenda”.
Fernández Díaz llamó a su gremio a “realizar una autocrítica sincera. Existen colegas que buscan riqueza y fama a toda costa, repitiendo con entusiasmo consignas dictadas por poderes económicos.”
“Actualmente hay empleados travestidos de influenciadores fabricando noticias falsas y desempeñando ejecuciones mediáticas simbólicas”, agregó.
Fernández Díaz terminó su intervención afirmando: “En este país, el periodismo persiste como un pilar de la democracia y una última muralla contra las mentiras del poder”.
En su discurso de aceptación, Leila Guerreiro mencionó: “Estoy aquí gracias a quienes allanaron el camino, permitiéndonos trabajar sin la prisa de la inmediatez y entregando el tiempo necesario para elaborar crónicas o perfiles”.
Guerreiro elogió a predecesores como Rodolfo Walsh y Martín Caparrós, cuya dedicación ha sido invaluable para colegas de distintas generaciones.
Concluyendo, afirmó: “No sé cuánto he promovido la libertad de expresión, pero intento contar historias complejas sin caer en simplificaciones, manteniendo claridad y responsabilidad”.
A la ceremonia asistieron destacadas figuras del ámbito político, empresarial y del periodismo, como el ex senador Graciela Fernández Meijide y el director de Clarín, Ricardo Kirschbaum, entre otros.
El apoyo también vino de ex presidentes y figuras internacionales que expresaron su admiración por el compromiso con la libertad de prensa.