Desde una perspectiva más amplia, frenar la inflación creciente de los últimos años puede verse como un logro, pero la presión sobre los salarios está teniendo consecuencias menos favorables para algunos ciudadanos. Esto ha llevado a un cambio en los hábitos de consumo que muchos valoraban por su simbolismo asociado con una calidad de vida superior. Un ejemplo de esto es la gente que está dejando de lado el agua embotellada para optar por agua del grifo.
Este cambio, que fue compartido por tres familias entrevistadas, se refleja en los datos provistos por la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol (Cadibsa). Al comparar las ventas de 2025 con las de 2023, se observa una disminución del 20% en el consumo de agua embotellada.
A pesar de que en 2025 hubo una ligera mejora respecto a 2024, las ventas seguirán siendo considerablemente menores en comparación con 2023.
Impacto en el sector de bebidas sin alcohol
Según esta entidad, el sector de aguas embotelladas fue uno de los más afectados entre las bebidas sin alcohol en Argentina durante ese periodo. Aunque el descenso más fuerte se registró entre 2023 y 2024, una cadena importante de hipermercados con presencia nacional reportó que vendieron un 4% menos de agua mineral el último año.
Pese a la falta de recomendaciones específicas a favor del agua embotellada, en 2020, las “Guías alimentarias para la población argentina” indicaban que el 20% de los argentinos prefería agua embotellada, y esa tendencia iba en aumento. Cinco años después, esa cifra ha disminuido.
Cambios en el consumo de agua
Las familias afectadas podrían estar en una de estas situaciones: abandonar completamente el agua embotellada, que prefieren quizás por su sabor o por creer que es más nutritiva debido a su contenido de sales y minerales; o reservar el consumo de agua embotellada para ocasiones especiales. En el peor de los casos, algunas personas podrían estar reduciendo su consumo diario. Esto afecta al 10% de los hogares en Argentina que carecen de conexión a la red de agua, según el Indec.
Acceso desigual al agua corriente
En cuanto al acceso, el 89,1% de los argentinos tiene agua corriente, pero entre los “pobres no indigentes”, el 11% restante sin acceso a agua corriente crece 5 puntos porcentuales, y sube 10 puntos para “pobres indigentes”, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo.
A pesar de lo que predecían las “Guías alimentarias…” durante la pandemia, para el sector empresarial, esto no es nuevo. Ha estado vinculado a la inflación persistente desde 2018, siendo la pandemia uno de los peores momentos, según Cadibsa.
Excluyendo la primera mitad de 2025, informaron que en los últimos siete años, el consumo de agua embotellada disminuyó un 16,4%, comparando los litros vendidos en 2018 con 2024. A pesar de algunas recuperaciones interanuales, el consumo nunca llegó a los niveles de 2018.
Costo del agua y decisiones de compra
¿Cómo se refleja el costo de vida actual en el precio del agua? Independientemente de si se prefiere agua mineral natural o artificialmente mineralizada, mudar el consumo de agua embotellada a agua de grifo puede percibirse como un descenso en la calidad de vida.
Muchas personas están adaptándose a esta situación adquiriendo botellones con dispensadores suministrados por los distribuidores de agua, o contratando servicios de filtrado de agua.
Se hicieron consultas para verificar si el interés en los filtros de agua ha aumentado. Aunque no obtuvimos respuestas directas de la empresa más conocida en el sector, el costo de estos productos es información pública. Instalar un filtro inicialmente costaba, en junio, alrededor de $680,000, con el recambio anual costando casi lo mismo menos un 10%.
Examinando las botellas de agua disponibles en las tiendas, sean botellones de 6,3 litros o botellas más pequeñas de litro y medio o dos litros, las promociones y descuentos en el supermercado muestran que el litro más económico está aproximadamente en $430.
Si un individuo bebiera solo un litro al día, ignorando recomendaciones de salud que sugieren entre 2 y 3 litros diarios, su gasto mensual sería de $12,900. Para un consumo de 2 litros diarios, el coste asciende a $25,800 mensuales, casi $310,000 al año.
En un hogar de cuatro personas consumiendo un litro diario cada uno, el gasto mensual sería de $51,600. Cumplir con un consumo recomendado de 2 litros diarios elevaría el gasto por encima de $100,000 mensuales. En tales casos, un filtro de agua podría ser una inversión rentable, siempre que no requiera recambios semestrales.
Perspectiva desde los supermercados
Estos cálculos no consideran algunas situaciones específicas de Argentina. Por ejemplo, un adulto mayor con problemas de próstata que recibe instrucciones médicas de beber mucha agua podría considerar prohibitivo el costo de renovar un filtro o comprar agua embotellada masivamente.
Al margen, ciertos análisis sugieren que la recesión inflacionaria ha invertido las tendencias de consumo. Desde Cadibsa, ven una pequeña recuperación de las ventas de agua entre enero y mayo de este año, alcanzando el 10%, aunque todavía 12% menos que el mismo periodo en 2023.
Otra revelación intrigante es el cambio en el tipo de empaques que se están comprando. Comparando 2024 con 2023, las ventas de unidades de botellas cayó 19%, pero la caída en volumen fue del 17%, lo que indica una preferencia creciente por botellas más grandes y botellones de 5 o 6 litros. Las botellas pequeñas, aunque cómodas, ofrecen un litro de agua significativamente más caro.