La identidad apasionada, solidaria y con un liderazgo positivo de los docentes argentinos quedó destacada en el reconocimiento Global Teacher Prize, también conocido como el “Nobel de la Educación”.
Este lunes se revelaron los nombres de los 50 finalistas de este prestigioso premio internacional, organizado por la Fundación Varkey en colaboración con la UNESCO.
Entre ellos, dos educadores argentinos han alcanzado esta etapa destacada: Gloria Cisneros, maestra rural del Chaco, y Miguel Rodríguez, docente de una escuela técnica en Buenos Aires. Junto a más de 5,000 aspirantes de 139 países, han avanzado hacia la final, que otorgará un millón de dólares al ganador.
Ambos tienen historias inspiradoras que vale la pena compartir.
Un viaje hacia el conocimiento
Gloria Cisneros inicia su semana cada lunes al amanecer, recorriendo 90 kilómetros desde Taco Pozo hasta el Paraje La Sara en el impenetrable chaqueño. Allí se desempeña como directora, única docente y ayudante en el mantenimiento de la escuela rural N° 793 “Don Carlos Arnaldo Jaime”.
A pesar de los desafíos del camino, incluyendo el ripio y el barro, y las posibles averías en su moto, Gloria siempre encuentra el apoyo de la comunidad local para llegar a su destino.
Es también la encargada de múltiples tareas, que van desde la enseñanza hasta la atención administrativa, y recibe apoyo en la cocina para las necesidades alimenticias.
Gloria acompaña a la comunidad local en variadas gestiones, especialmente desde la llegada de Internet en 2019, que ha simplificado la realización de trámites online. Además, la conectividad le ha permitido enriquecer sus métodos educativos utilizando plataformas digitales.
La enseñanza en aulas con alumnos de diversas edades es un reto que Gloria enfrenta con creatividad. Utiliza métodos que abordan un mismo tema desde diferentes niveles de dificultad, promoviendo la interacción y adaptando el contenido a los intereses de cada estudiante.
Esto ha logrado que su escuela obtenga excelentes resultados en aprendizaje y en competencias científicas, permitiendo que exalumnos prosigan sus estudios a niveles superiores. Además, involucra a niños menores de 6 años como oyentes para facilitar su transición a la primaria.
Ciencia para el cambio social
Miguel Alejandro Rodríguez ha encontrado en la solidaridad una herramienta educativa poderosa. Con 27 años de experiencia en enseñanza técnica, motivó a sus estudiantes a crear soluciones prácticas para problemas comunitarios.
Los proyectos realizados han sido implementados en diversas regiones del país, donde Miguel y sus estudiantes viajan para instalar y educar a las comunidades sobre su uso.
En 2012, Miguel fundó el Club de Ciencias, donde jóvenes de distintas escuelas colaboran en la creación de soluciones tecnológicas para ayudar a sus comunidades.
Uno de sus proyectos actuales es llevar energía solar al Paraje Campo La Paz en Salta, un lugar que carece de acceso a electricidad. La iniciativa también incluye la instalación de calefones solares para proporcionar agua caliente.
Futuro brillante
Con la mirada puesta en el Global Teacher Prize, tanto Gloria como Miguel tienen claros sus planes si se llevaran el millón de dólares del premio.
Gloria desea construir una residencia estudiantil en Taco Pozo y asegurar el acceso al agua potable para su escuela rural. Mientras que Miguel quiere culminar el proyecto solar en Campo La Paz, mejorando así las condiciones de vida de sus habitantes.
El Global Teacher Prize seleccionará a sus 10 finalistas en la próxima etapa, con el anuncio del ganador que tendrá lugar durante la Cumbre Mundial de Gobiernos en Dubái en febrero de 2026.
