El emocionante anuncio de Valentín en el Hospital Garrahan
El viernes pasado se vivió un momento lleno de emoción y esperanza en el Hospital Garrahan, donde un joven valiente de 10 años, Valentín Galán, celebró el cierre de su tratamiento oncológico al hacer sonar la campana. Este inolvidable instante, lleno de aplausos, abrazos y decoraciones en rojo y blanco en honor a su equipo favorito, River Plate, conmovió a todos y rápidamente se hizo viral en las redes sociales.
Los primeros síntomas y un diagnóstico shockeante
Sus fieles seguidores lo llaman “Valen”. Su apasionante historia comenzó en octubre del año anterior, cuando Valentín empezó a experimentar mareos, vómitos y problemas de visión. “El 8 de noviembre, tras una resonancia, recibimos la devastadora noticia de un meduloblastoma en su cabeza”, cuentan sus padres, Julieta Galán y Sebastián Campero.
El tumor se encontraba en una zona crítica del cerebelo, por lo que los doctores decidieron trasladarlo al hospital René Favaloro de Santa Rosa, La Pampa, para una operación de urgencia, que resultaba ser extremadamente riesgosa.
A pesar de las sombrías previsiones, Valentín mostró una fuerza impresionante: “Lo operaron un viernes y para el jueves siguiente ya estaba en casa caminando”, recuerda su emocionada madre, Julieta.
La batalla contra el cáncer en el Garrahan
Sin embargo, la alegría fue efímera. Una resonancia adicional indicó que el tumor había metastatizado. Los médicos actuaron rápidamente, y el 17 de diciembre fue ingresado al Hospital Garrahan, que se convirtió en su segundo hogar.
El largo y duro tratamiento incluyó radioterapia y quimioterapia. “Inicialmente fueron 30 días de radioterapia y quimioterapia, seguidos de un mes de reposo. Luego, seis rondas de quimioterapia, cada una consistiendo en tres días de internación y 28 de descanso”, explican sus padres sobre el complejo proceso médico al que fue sometido.
Las muestras del tumor fueron enviadas a Alemania para más estudios, y todo el proceso fue cubierto por el Garrahan, que no solo proporcionó el tratamiento, sino también soporte emocional y logístico, revelando un compromiso admirable, como indica el padre de Valen, Sebastián.
La solidaridad y el apoyo de familiares, amigos y diversas organizaciones locales de La Pampa permitieron a la familia alquilar un lugar en Buenos Aires para estar siempre junto a Valentín durante su tratamiento. “Nos sostuvieron con frazadas y abrigo, pero nuestro foco estaba siempre en su recuperación”, dicen sus padres.
La conmovedora recuperación de Valentín
A pesar de lo duro que fue el tratamiento, Valentín mostró una resistencia y fuerza impresionantes, sin experimentar náuseas, fiebre ni efectos secundarios significativos. “Su recuperación fue increíble. Los médicos se asombraban de lo bien que afrontaba las quimioterapias”, recuerda Julieta con orgullo.
Finalmente, aquel viernes, Valentín marcó un nuevo comienzo al sonar la campana. “Las emociones me desbordaban, mi mente estaba llena de recuerdos del camino recorrido. Estoy inmensamente orgullosa de Valen y del esfuerzo que todos hicimos”, comparte Julieta llena de emoción.
Un futuro lleno de sueños
Con la energía propia de su edad, Valentín habla sobre sus planes mientras recupera su vida. “Volveré al colegio, disfrutaré con mis amigos, seguiré practicando folclore y fútbol, y quizás pruebe nuevos deportes. Amo profundamente a mis padres”, declara emocionado.
Además, reafirma su amor por River Plate y expresa su anhelo de conocer a sus jugadores favoritos, especialmente soñando con tener la camiseta y los guantes de Armani.
La familia no tiene más que agradecimientos para el equipo del Garrahan por estar a su lado en cada etapa. “Creamos un grupo de WhatsApp entre las familias de radioterapia para animarnos mutuamente”, comenta Julieta.
Ahora, con la victoria sobre el cáncer a sus espaldas y una resonancia ya programada para el 13 de septiembre, están listos para regresar a casa y normalizar sus vidas. Las noticias son alentadoras: sin más dolores ni resultados adversos en las pruebas. Valentín pronto podrá volver a jugar al fútbol, disfrutar de un buen folclore y deleitarse con su comida favorita, el asado.
