Reflexiones de Padres sobre Campamentos de Verano
“Tengo una inquietud… quisiera conocer las opiniones de otros padres y madres. Las clases están por terminar, y dejar a mi hijo en casa no es una opción… Estoy considerando si inscribirlo en un campamento tradicional o en uno de ciencia y robótica. Lo ideal sería poder enviarlo a ambos”.
Esta cuestión la plantea Rosario Ahumada en LinkedIn, una experta en alianzas estratégicas y branding personal de empresas. Es un dilema que enfrentan muchas familias que se organizan para decidir cómo ocuparán el tiempo de sus hijos durante las vacaciones.
La elección del campamento casi siempre está vinculada al presupuesto familiar. No obstante, en la Ciudad existen tanto opciones de lujo como alternativas públicas que plantean esta disyuntiva.
Elegir entre Diversión Clásica o Innovación
“La colonia de verano tradicional tiene su encanto: el sol, las amistades, los juegos acuáticos, y el cansancio placentero al regresar a casa. Esa experiencia típica de verano es algo que también quiero que disfrute. Sin embargo, descubrí un campamento con experimentos, arte y robótica, y eso me atrae mucho”, continúa Rosario.
Fernanda, politóloga de profesión, llevó a cabo tres entrevistas antes de tomar una decisión. Investigó sobre ambas posibilidades, enfocándose en las de mayor rango económico. “Revisé opciones con piscina y actividades al aire libre, pero mi hija aún está en el salón de tres años, y no me sentía segura enviándola sola en transporte durante toda la mañana a un club. Finalmente, evalué propuestas que incluyen arte, talleres de cocina y juegos con agua en un patio, pero sin piscina”, comparte con el diario Clarín.
Optó por “un espacio Montessori” en Recoleta, localizado entre Arenales y Ayacucho. Este centro, llamado Tiempo de Jugar, ofrece servicios en enero por $931.250 y por $582.500 durante la primera quincena del mes. De 9:30 a 16:00 horas, los niños participan en actividades enfocadas en el mindfulness, la educación emocional, y expresión corporal como el yoga, desde los 2 años de edad.
Alternativas adicionales en este segmento económico comprenden Tiny Makers y Kairós, igualmente ubicados en Recoleta.
“Pasaremos días colmados de arte, cuentos, música, cocina, juegos acuáticos, movimiento y mucha creatividad”, anuncian para Tiny Makers en Instagram. Del 5 al 30 de enero, proponen talleres como “memotest emocional”, para identificar y nombrar emociones, con todo el mes de enero por $480.000. La oferta de Kairós es similar, con talleres sobre emociones de 9 a 17 en enero por $530.000.
Alternativas Públicas en la Ciudad
Aparte de las colonias deportivas públicas, que dependen del área de Deportes y no del Ministerio de Educación de la ciudad, están las opciones de Verano en la Escuela, emanadas del sector educativo de la Ciudad. Los niños de escuelas privadas también son bienvenidos. Las inscripciones se realizan en colonias.bue.edu.ar y cierran el 5 de diciembre.
“Además de la piscina, los pequeños participan en actividades pedagógicas. Hay 72 sedes y 4 predios situados en diferentes áreas de la Ciudad: Parque de la Ciudad, Parque Indoamericano, Club Comunicaciones y Club Franja de Oro”, informan desde el ministerio. El objetivo es fomentar habilidades socioemocionales: “Aprender a conocerse, gestionar las emociones y mejorar las relaciones interpersonales”.
La propuesta se centra en promover una manera de sentir más saludable y consciente, similar a las colonias en Recoleta, con títeres, yoga, juegos acuáticos, burbujas y, justamente, robótica, como señalaba Rosario en LinkedIn.
Decidiendo entre Actividades Acuáticas o Talleres
“Las colonias de verano ofrecen mucho más que un simple lugar para que los niños permanezcan ocupados: son una oportunidad para el desarrollo emocional y social”, destaca Laura Krochik, especialista en crianza y relaciones, fundadora y presidenta de la Asociación Civil Argentina de Puericultura (ACADP), en una conversación con Clarín.
“No pienso que debamos elegir entre deportes, piscina o propuestas más académicas como la robótica, sino comprender qué es lo que cada niño necesita en esta etapa de su vida. Algunos niños precisan moverse, liberar energía, ensuciarse, sudar. Otros se sienten más interesados por lo creativo, lo intelectual, lo explorador. Es importante no olvidar que el juego libre, el contacto con los demás y la actividad física son insustituibles”, indica.
En el contexto de esta decisión, Krochik sugiere tener cuidado cuando las ofertas de campamentos parecen ser una extensión del universo digital.
“Durante el año, los niños están demasiado inmersos en lo digital, por eso el verano debería ser una pausa para el cuerpo, el agua, el sol, las relaciones auténticas, las miradas y sonrisas compartidas. La robótica puede ser fascinante, pero no debería reemplazar lo esencial: el juego libre, la exploración y el contacto con la naturaleza”.
¿Un criterio recomendado para tomar la decisión? “No se trata de ‘qué campamento está de moda’, sino de preguntarnos: ¿esto conecta a mi hijo con su naturaleza de niño? ¿Le permite moverse, vincularse, enfrentar desafíos, colaborar, crear? Si la elección se hace desde esta perspectiva, rara vez nos equivocaremos”, concluye.
