En medio de la controversia generada por una diputada del PRO, conocida por organizar un polémico evento antivacunas en el Congreso, el espectáculo del “hombre imán” emergió como un llamado de atención. Este episodio grotesco sirve como un recordatorio para quienes no se oponen a la vacunación, pero que han comenzado a dudar de su seguridad debido a ciertos discursos que ganaron popularidad recientemente.
La ironía del suceso ayudó a que aquellos inseguros que juegan con el “lado salvaje” de la salud, donde los patógenos peligrosos están al acecho, reconsideren sus posturas. La decisión ahora es nadar en las aguas de la ciencia verificada o en el mar de ficciones engañosas.
Estrategias engañosas detrás de los mitos antivacunas
Si las tácticas contra las vacunas se limitaran al caso del “hombre imán”, su impacto sería mínimo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la narrativa es más estratégica y convincente. Un ejemplo es cómo se presentan efectos secundarios dentro del rango normal como si fueran inadmisibles. Además, la falta de contundencia por parte de algunos pediatras puede llevar a padres a priorizar miedos infundados sobre consejos médicos.
Reacción oficial y respuestas subestimadas
La parodia vivida en el Congreso dio origen a una respuesta gubernamental, liderada por el Ministerio de Salud de la Nación junto a las autoridades provinciales, quienes emitieron un comunicado titulado “Las vacunas son seguras y salvan vidas”. Sin embargo, han surgido acciones menos visibles, subestimadas, que lentamente debilitan el sistema sanitario que ha logrado erradicar enfermedades y controlar pandemias por décadas.
Esto incluye la inesperada simpatía hacia Robert Kennedy Jr., un aliado de Donald Trump, que promueve un vínculo entre vacunas y autismo. También hay casos de déficits temporales de vacunas Covid disfrazados de “retrasos administrativos”, y manipulaciones en la comunicación, sugiriendo una mejora en la cobertura de vacunación que en realidad deja muchas incógnitas.
Conflicto entre Nación y Provincia
Se suma a esto una inesperada discordia entre el gobierno nacional y la provincia de Buenos Aires respecto al comunicado ministerial que defendía las vacunas tras el evento en el Congreso. Aunque el documento fue respaldado por todos los ministros de Salud del país, faltaron las firmas de los representantes de Buenos Aires y Formosa. Estas ausencias fueron destacadas por el equipo liderado por Mario Lugones al difundir la noticia.
Así inició una nueva fase en el “drama de las vacunas”. Un aspecto esencial como el calendario nacional de vacunación, aprobado por todos los líderes argentinos, quedó eclipsado por esta disputa sin prestar atención al daño que hace un mensaje institucional ambiguo frente a afirmaciones marginales de una diputada o de alguien que dice tener propiedades magnéticas tras vacunarse.
¿Podrían Lugones y Kreplak no haber tenido una breve conversación para evitar que la política empañara un asunto tan serio? La falta de este diálogo resultó en un avance estancado: dando un paso hacia adelante para luego retroceder. Esta dinámica, tal como sugiere la matemática, deja situaciones que deberían cambiar, pero permanecen inalteradas.
PS
