La comparación entre la incidencia de enfermedades cardíacas graves tras la infección por Covid-19 y los efectos secundarios poco comunes de las vacunas de ARNm es crucial para establecer políticas de vacunación adecuadas.
Expertos de la Unidad de Epidemiología Cardiovascular de la Fundación Británica del Corazón, ubicada en el Reino Unido, llevaron a cabo un estudio exhaustivo centrado en un segmento poblacional que genera importantes interrogantes: niños y adolescentes.
Tras analizar una amplia muestra de más de 13 millones de personas (de las cuales más de 6 millones habían sido infectadas por Covid o estaban vacunadas) menores de 18 años, los resultados fueron publicados en la reconocida revista The Lancet.
“Este estudio de cohorte poblacional retrospectivo incluyó registros de salud electrónicos de los menores de 18 años de toda Inglaterra que estaban inscritos en un centro de atención primaria, considerando su edad, sexo y lugar de residencia”, explicaron los investigadores.
Los resultados analizados incluían eventos trombóticos arteriales y venosos, condiciones inflamatorias, trombocitopenia y miocarditis o pericarditis. La identificación de Covid-19 se estableció con el primer resultado positivo en una prueba PCR o de antígenos para SARS-CoV-2.
Se consideró vacunación contra el Covid cuando se documentó la primera aplicación de la vacuna de ARNm de Pfizer, la más distribuida globalmente.
Impacto en población joven
De los 13,896,125 menores de 18 años (48.8% mujeres y 51.2% hombres), 3,903,410 tenían un diagnóstico de Covid al momento del estudio. En quienes se infectaron, el daño cardíaco aumentó durante la primera semana tras el diagnóstico, reduciéndose entre la segunda y cuarta semana, aunque se mantuvo alto más allá de los 12 meses para casos de tromboembolismo venoso, trombocitopenia y miocarditis o pericarditis.
En el caso de los 9,245,395 menores de 5 a 18 años evaluados, 3,407,560 habían recibido al menos una dosis de vacuna. Se observó que la vacunación aumentaba la probabilidad de miocarditis o pericarditis durante las primeras 4 semanas después de la administración.
El riesgo adicional absoluto a 6 meses para desarrollar miocarditis o pericarditis fue de 2.24 por cada 100,000 individuos después de una infección de Covid, comparado con antes o sin haberlo padecido, y de 0.85 por cada 100,000 tras la vacunación. Esto indica que el riesgo cardíaco es dos veces y media más alto para quienes contrajeron Covid en comparación con los vacunados.
Consideraciones para políticas de salud
Según los autores del estudio, “estos descubrimientos son cruciales para las políticas de salud pública y el personal médico implicado en la decisión de vacunar a los niños, apoyando la estrategia de inmunización en menores como una forma de mitigar los riesgos más comunes y persistentes de la infección por el SARS-CoV-2”.
Evolución del contexto pandémico
No obstante, debe destacarse una advertencia, mencionada por el pediatra Adam Finn, sobre los datos, recopilados entre 2021 y 2022. Según Finn, reflejan las variantes del Covid prevalentes en aquel entonces, y no las más recientes, que suelen ser menos agresivas. Sería necesario investigar las nuevas subvariantes de Ómicron para obtener conclusiones actuales.
Este nuevo estudio, que refuerza la eficacia preventiva de la vacunación, se revela poco después de que en Estados Unidos se registrara una caída del 25% en las ventas de las vacunas de Pfizer, tras una modificación en las recomendaciones de los organismos federales sobre quiénes debían recibirlas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han optado por no recomendar la vacunación de Covid-19 para todos, dejando la decisión a discreción del público. Robert Kennedy Jr., secretario de Salud de Estados Unidos, ha expresado preocupaciones sobre la seguridad de las vacunas de ARNm, afirmando que ya no se aconseja su uso en niños saludables y mujeres embarazadas.
