Para muchos, las mascotas son miembros de la familia y no pueden quedar al margen de las vacaciones de verano. La tendencia conocida como “pet friendly” empezó a tomar fuerza a principios del siglo XXI en los Estados Unidos, y desde entonces se ha expandido mundialmente. Este término describe la aparición de espacios públicos, hospedajes, restaurantes y tiendas que permiten la entrada de animales de compañía con sus dueños.
En el municipio de Pinamar, los sitios “pet friendly” son cada vez más numerosos, incluyendo paradores de lujo que se llenan de turistas que disfrutan del litoral junto a sus amigos peludos. Aunque, como comparten algunas familias veraneantes entrevistadas por Clarín, aún queda camino por recorrer.
Nina, una schnauzer de tres años, bebe agua de su tazón antes de regresar a su lugar bajo la mesa, junto a los pies de su dueña Karina Correa. Ambas disfrutan de un almuerzo en el parador La Serena en Valeria del Mar.
“Generalmente frecuento otro parador cerca de aquí, pero ayer me encontré con que no permitían la entrada de perros. Así que hoy busqué en Google un sitio pet friendly frente al mar, y fue así como llegué aquí”, comenta Karina a Clarín.
Visita este balneario y aprecia que, en comparación con otras áreas costeras, Pinamar ofrece una buena cantidad de opciones gastronómicas donde las mascotas son bienvenidas.
“Es común que tengas acceso con mascotas en áreas exteriores, pero es más raro en interiores. El año pasado viajé a Costa del Este y allí también encontré varios lugares compatibles con mascotas. Pinamar no se queda atrás”, añade.
Cynthia, quien está de vacaciones con su pareja Guillermo Pierdominici, nos presenta a sus dos bulldogs franceses: Sofía, de ocho años, y Harry, de seis.
Ella relata que también tuvo inconvenientes en un parador de Valeria del Mar y en otro de Pinamar cuando intentaron desayunar. “Nos dijeron que los perros no estaban permitidos, así que fuimos al parador contiguo. Pero en Cariló y Valeria cenamos sin problema, con nuestros perros”, refiere.
Agrega: “Debería permitirse la entrada de mascotas en todos los lugares, todos deberían ser pet friendly porque cada vez más personas viajan con sus mascotas en vacaciones”.
A pesar de que considera que cada dueño debe ser responsable de su mascota, señala que “algunas veces se escudan en ordenanzas municipales cuando en realidad depende del establecimiento”.
Concluye que “deberían existir áreas específicas para mascotas en todos los sitios o al menos, en algunas zonas específicas”.
Nueva oportunidad comercial
La firma Mon Ami Mascotas, dedicada a alimentos y productos de cuidado dental para perros y gatos, colaboró con diversos restaurantes, cervecerías, cafeterías y paradores de Pinamar y Cariló. En alrededor de 30 sitios se instalaron bebederos y se ofrecen aperitivos para mascotas. Hoteles, apart hoteles e incluso una inmobiliaria de Cariló brindan kits con productos destinados a las familias con mascotas durante su estancia.
Estos servicios pueden encontrarse en lugares como Tante Cariló, La Pulpería, Bacana, Green Bar, Camelia Sensi, El Rey de la Media Masa, Libros del Encuentro, Demuru, Balboa Pizzería y UFO Point.
Gabriela Alonso, quien encabeza la iniciativa de Mon Ami Mascotas, menciona: “Las personas vienen con su perro, que llama la atención por su tamaño y sed. Disponemos de grandes tazones para su hidratación cerca de las mesas. La demanda y aceptación son cada vez mayores, y con estas estrategias las empresas notan un incremento en su clientela, impulsando sin duda la tendencia pet friendly”.
Además, Eukanuba ha iniciado una actividad similar, creando un área de juegos en el parador Salvador Gaviota. “Las nuevas generaciones ven a las mascotas como hijos auténticos”, resalta Sabrina Guidi, brand manager de la marca.
Tiendas de ropa adoptan la tendencia pet friendly
Roque, un perro de cinco años, entra con correa al establecimiento Trip Store Pinamar mientras su dueño, Nicolás Pedalino, observa una pegatina con un perro en el cristal. Dentro, Roque explora el local recibiendo atención de los empleados.
Cecilia, una de las empleadas, explica a Clarín: “Desde el año pasado, los perros pueden entrar aquí, son parte de la familia. Entran en todos los locales de Trip y Open Sport. Algunas personas no entran porque no ven los carteles, entonces les decimos ‘pueden pasar con su perro’. El perro puede moverse libremente, sin necesidad de llevarlo en brazos”.
Nicolás comenta que tales espacios “no se encuentran con frecuencia” y por eso “son bien valorados. La mayoría no permiten ingresar con perros. Si me lo permiten, paso, pero normalmente esto no ocurre. Así que caminamos por la playa o la vereda. Comer afuera es posible, pero dentro casi siempre es prohibitivo. Por eso, estos lugares son bienvenidos, pero no son suficientes”, concluye.
AS