La preocupación por una bacteria letal en las plantaciones de olivo en Argentina
En Argentina, los campos de olivo se encuentran en alerta ante una amenaza que proviene del sur de Italia. Existe una bacteria denominada Xylella fastidiosa (Xf), la cual ha ocasionado estragos en los olivos cerca de Gallipoli, en Puglia. Se caracteriza por agrietar y oscurecer los bordes de las hojas de los árboles.
La Xf es considerada por la Comisión Europea como una de las amenazas fitopatógenas más graves a nivel global, habiendo arrasado con viñedos en California y afectado seriamente a los cítricos en Brasil, traduciéndose en pérdidas económicas considerables.
La alarma se enciende en Argentina, donde productores y especialistas en agronomía están en conocimiento de los posibles perjuicios que esta bacteria podría causar en los olivares nacionales, así como en otras frutas, incluyendo los viñedos.
Expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), incluyendo a Raquel Haelterman y Patricia Tolocka del Instituto de Patología Vegetal, más Diana Marini como coordinadora nacional del Programa Frutales y Eduardo Trumper en Protección Vegetal, han identificado la presencia de una subespecie de Xf en el país, aunque con incidencia variable según la zona.
Según Gabriel Guardia, ex director de aceitera Laur y actual mente detrás del proyecto olivícola Corazón de Lunlunta, el riesgo de propagación de la Xylella se incrementa en climas húmedos, diferente al clima característico de las principales zonas olivícolas de Argentina, que experimentan veranos largos, secos y calurosos.
Argentina posee alrededor de 100.000 hectáreas plantadas de olivos, destinadas en su mayoría a la producción de aceite, requiriendo entre 4 a 5 kilos de aceitunas para producir un litro de aceite.
Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza lideran en superficie de cultivo, aunque hay presencia en menor medida en Córdoba, Buenos Aires y Patagonia, con variaciones en la calidad del aceite según la zona debido a las diferencias en suelo y métodos de producción.
Medidas de prevención y control ante la presencia de Xylella fastidiosa
Clarín ha consultado a especialistas en patología frutal, quien señalan que la Xylella fastidiosa no es nueva en Argentina, detectándose por primera vez en 1935 en plantas de ciruelo japonés en el Delta del Paraná. Esta bacteria es responsable del síndrome del decaimiento rápido del olivo en La Rioja y otros daños a cultivos nacionales.
Los registros del INTA IPAVE identifican que solo una de las cinco subespecies de Xf se encuentra en el país, afectando almendros, naranjos y olivos. Recientes hallazgos incluyen su presencia en una planta ornamental en Córdoba.
Los investigadores recalcan la importancia de estrategias de manejo y prevención para minimizar la dispersión de la bacteria, incluyendo la certificación de plantines de olivo libres de la Xf, la erradicación de plantas sintomáticas y el control del inóculo a través del manejo de las chicharritas vectoras de la enfermedad.
Desde el punto de vista de la regulación, la acción de Senasa es vital para impedir el ingreso de materiales de propagación enfermos al país, destacando el papel del control de fronteras y la importancia de la certificación de sanidad en plantas importadas.
Además, la detección precoz mediante técnicas moleculares se presenta como una línea de defensa esencial, permitiendo acciones rápidas de erradicación que mitiguen la expansión de esta plaga.
El monitoreo y las perspectivas de cambios en las condiciones climáticas bajo el escenario global de calentamiento plantean un futuro incierto para la propagación de la Xf en nuevas áreas, reafirmando la necesidad de una vigilancia constante y medidas preventivas adecuadas.
