El doctor Eduardo López, conocido por su constante presencia en los medios durante la crisis de Covid, alerta sobre una “pandemia silenciosa” que está generando un impacto significativo, aunque apenas se discuta. En el año 2025, se ha alcanzado un máximo histórico en los últimos seis años respecto a los casos de tuberculosis, observándose un incremento que supera el 65% en ese mismo lapso.
La tuberculosis: una enfermedad en auge
La tuberculosis se desarrolla debido al bacilo de Koch, que se propaga fundamentalmente a través de microgotas al toser, hablar o simplemente respirar. “Es esencial avanzar en el diagnóstico precoz y fomentar la conciencia pública para facilitar el acceso a la atención médica, especialmente en comunidades desfavorecidas y marginadas, además de evitar las discontinuidades en los tratamientos”, recalca López, quien lidera el Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, en su diálogo con Clarín.
Los recientes datos del Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) lanzan una nueva alerta sobre esta dolencia. Hasta la semana 28 de este año -12 de julio- se han contabilizado 7,975 casos, de los cuales el 95.3% son nuevos o recaídas, mientras que el 4.7% representa reingresos debido a abandonos del tratamiento o fracasos terapéuticos.
Aumento preocupante entre los jóvenes
Entre 2020 y 2025, se ha notado un incremento constante en las notificaciones de tuberculosis, con una subida del 65.9% en todo el período y un 11% entre 2024 y 2025, señala el BEN. Dentro de este contexto, los adolescentes se perfilan como uno de los sectores más susceptibles y propagadores del contagio.
El ascenso en las cifras de decesos sigue esta misma tendencia alarmante. Mientras que en 2019 se contabilizaban 700 muertes anuales, el año pasado, sólo hasta la semana 28, ya se habían registrado 1,021 fallecimientos, lo que equivale a 5 personas cada día, según el último informe del BEN.
Crecimiento en la tasa de contagio
Respecto a los contagios, el incremento aparente podría resultar más elevado si se compara con el año 2020, cuando comenzó el confinamiento por Covid, reduciendo así la transmisión de enfermedades. Sin embargo, al comparar con 2019, cuando el promedio era de 30 casos diarios, ahora se sitúa en 40.
El reciente aumento de contagios se debe en gran medida al impacto del patógeno en la región central del país, donde se ha observado un crecimiento del 16.5%. Las mayores subidas se han dado en la Ciudad de Buenos Aires (28.4%) y la provincia de Buenos Aires (23.3%). En otras áreas, como el noroeste argentino, Salta lidera con un incremento anual del 32%, seguido por Jujuy (27.9%) y Formosa en el noreste (23.6%).
¿Qué está impulsando el aumento de tuberculosis? López explica que es una cuestión multifacética. Las comunidades marginalizadas y pobres son las más proclives a la enfermedad. Además, existe un deficiente acceso a los servicios de salud tempranos. Otros factores de riesgo incluyen la desnutrición, la pobreza y el hacinamiento. Un problema crítico es la demora en la consulta médica, ya que la enfermedad no suele ser investigada debidamente cuando se presentan síntomas como tos persistente, fiebre leve y pérdida de peso.
El especialista añade: “Nuestro equipo de trabajo, cuya investigación fue publicada en el Pediatric Infectious Disease Journal, ha identificado un notable incremento de tuberculosis en adolescentes, quienes habitualmente buscan atención médica tarde y presentan complicaciones pulmonares y peritoneales como cavernas, derrames pleurales y sangrados, síntomas avanzados no frecuentes en dicho grupo etario en el pasado”.
En términos de tratamiento y prevención, López subraya que “Argentina dispone de la BCG, una vacuna neonatal que ayuda a prevenir las formas más graves de tuberculosis. Además, es crucial examinar tanto la tuberculosis latente como activa mediante análisis de tuberculina y radiografías de tórax. A menudo descubrimos que hay transmisores no tratados que siguen propagando el bacilo de Koch”.
Finalmente, el infectólogo sugiere “mantener los ambientes bien ventilados» como una medida preventiva básica y advierte que «aunque se trata de una enfermedad que puede prevenirse, es imperativo actuar, ya que la prevención es una tarea multifacética”.