En la última década, muchas argentinas han cambiado su enfoque sobre cómo y cuándo evitar el embarazo. Desde 2014, los nacimientos han disminuido más de un 40%, siendo una de las caídas más marcadas en América Latina.
Pero, ¿qué tipos de métodos prefieren actualmente? ¿Cómo han evolucionado estas elecciones en los últimos años y cuál ha sido el rol de las políticas públicas en este cambio?
Hasta hace poco, la información detallada a nivel nacional sobre anticoncepción se limitaba a un estudio de 2013 del INDEC. Sin embargo, en 2024, el Estudio Lucía, que encuestó a 2.000 mujeres entre 15 y 49 años, actualizó esta información y fue reconocido como de interés público por parte de la Legislatura de Buenos Aires.
De acuerdo a este estudio, los métodos más adoptados son: preservativos (39%), pastillas anticonceptivas (34%), ligadura tubaria (13%) y el implante subdérmico o “chip” (11%).
La Introducción del Implante Subdérmico
Desde 2016, se ha observado un notable cambio con la inclusión del implante subdérmico en políticas públicas. Este método, de larga duración y coste-eficaz, ha evitado embarazos no deseados entre adolescentes al permitirles completar sus estudios secundarios sin interrupciones, según la socióloga Silvina Ramos, coordinadora del Estudio Lucía.
María Elisa Moltoni, presidenta de la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción, recomienda el implante por su alta efectividad, ya que no requiere de acciones diarias por parte de las usuarias.
“En la última década se han popularizado los métodos de larga duración como el implante, el DIU de cobre y el DIU con levonorgestrel. Aunque su uso ha crecido, sigue siendo relativamente bajo”, señala la ginecóloga.
Efectos de las Políticas Públicas
Los datos sugieren un cambio generacional: el implante subdérmico es utilizado por el 27% de mujeres de 15 a 19 años, y por el 20% de aquellas entre 20 y 29 años.
“La implementación de este método ha contribuido significativamente a la reducción de embarazos durante la adolescencia”, afirma Moltoni, destacando además el papel de la Educación Sexual Integral (ESI) y programas como ENIA que promueven la anticoncepción a nivel local.
A pesar de que el actual gobierno desmanteló el ENIA, la justicia debe determinar su continuidad, gracias a un recurso judicial que busca mantener el programa.
Recientemente, la ANMAT ha aprobado un nuevo implante subdérmico de doble varilla, importado de Finlandia, que ofrece una mejor eficacia. Este implante, ubicado bajo la piel del brazo y anestesiado localmente, ofrece protección durante cinco años sin necesidad de recordatorios diarios.
Retos de la Anticoncepción en Argentina
Las pastillas anticonceptivas todavía enfrentan desafíos, como el riesgo de no disponibilidad.
María Victoria Denari, sexóloga y ginecóloga, analiza que un gran porcentaje de mujeres se siente cómodo con su método actual, sin importar el nivel socioeconómico. Sin embargo, el uso de doble método, fundamental para prevenir infecciones de transmisión sexual, sigue siendo bajo.
Menos del 20% de las personas utilizan preservativo en todas sus relaciones sexuales, datos proporcionados por AHF Argentina. Es crucial su uso, no solo por razones anticonceptivas, sino también por su eficacia frente al VIH y otras ITS.
Desde 2013, la preferencia por métodos hormonales disminuyó ligeramente, mientras que la anticoncepción intrauterina es cada vez más popular entre adolescentes y mujeres jóvenes.
Este cambio se atribuye al refuerzo de políticas públicas, como la ley que garantiza la anticoncepción gratuita, y cambios sociales hacia una mayor autonomía en la toma de decisiones reproductivas.
Además, los métodos anticonceptivos son cada vez más discutidos y valorados en plataformas digitales, especialmente por las personas jóvenes. Aunque la consulta médica sigue siendo esencial, la información en línea gana terreno.
La vasectomía también está en aumento entre los hombres que aún no han tenido hijos, demostrando un avance hacia una responsabilidad compartida en la anticoncepción.
La Ley 26.130 asegura el acceso a la ligadura tubaria y la vasectomía sin costo, pero su aplicación aún enfrenta desconocimiento y dificultades de implementación.