A la temprana edad de 11 años, durante la pandemia, Tomás Musso recibió un resultado positivo de Covid. Sin embargo, el tiempo pasaba y su condición no mejoraba. Estuvo cerca de un mes lidiando con esto hasta que, con varios estudios y una punción, se descubrió otra verdad: enfrentaba una leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo. Tras múltiples tratamientos que no lograron erradicar su enfermedad, ahora es imperativo que pueda financiar una estancia en Roma para someterse a una novedosa terapia celular que podría ser su salvación.
Una Lucha de Años
“Aunque no lo parezca, estas experiencias te hacen madurar rápidamente. De 11 a 16 años, Tomás ha mantenido conversaciones con médicos sobre enfermedades que amenazan su vida. Actualmente se siente feliz, emocionado y sorprendido por la repercusión de su historia en los medios, pero está exhausto; aunque fue dado de alta hace un mes, la enfermedad sigue su curso”, afirma Franco, el hermano mayor de Tomy, en una entrevista con Clarín.
El Inicio de una Campaña Solidaria
La historia de Tomy se volvió conocida recientemente cuando él mismo compartió un video en Instagram bajo la cuenta @juntosportomy. En este vídeo, explicó que tras sufrir una segunda recaída más agresiva y con una mutación genética, imposible de tratar en Argentina, su única esperanza es el tratamiento CAR-T. Este innovador procedimiento, el cual modifica sus linfocitos para atacar células cancerosas, se realiza en el extranjero y su costo alcanza los 1.200.000 dólares.
El video tocó fibras sensibles, generando una oleada de apoyo en redes y medios, lo que llevó a que la familia Musso comenzara a recibir contribuciones solidarias a través de cuentas bancarias. Franco comparte con Clarín las etapas que ha vivido su hermano desde el diagnóstico inicial hasta esta experiencia desafiante para la familia.
“Tras recibir el diagnóstico de leucemia, Tomás estuvo completamente aislado durante aproximadamente seis meses, debido a la enfermedad y la pandemia. Fue un tiempo en el que no podíamos verlo ni recibir información, pues el sistema de salud estaba saturado”, recuerda Franco.
La familia Musso necesita reunir 1,2 millones de dólares.
Concluido el primer tratamiento de quimioterapia, Tomás pudo retornar a casa y retomar, en cierta medida, su vida normal. Pero esa normalidad fue breve, pues sucedió una nueva recaída que lo forzó a retomar la quimioterapia.
Complicaciones adicionales surgieron cuando un herpes zoster afectó todo su cuerpo. Estuvo bajo coma inducido, respiración asistida y con mínimas posibilidades de supervivencia durante 60 días. Posteriormente, una nueva cepa de Covid le causó una neumonía bilateral.
Si bien recuperó la función pulmonar relativamente rápido, la motricidad tardó más, exigiendo un arduo proceso de rehabilitación.
Tomy completó un primer tratamiento, pero sufrió una recaída grave.
Al volver a ponerse en pie, fue apto para un trasplante cuyo donante era su padre, Sergio Musso. Tras 25 días, su médula inició actividad y Tomás regresó a su hogar, un momento de gran emoción al ver su vida normalizarse.
Sin embargo, diez meses después, un examen reveló nuevamente células cancerosas en la médula, reiniciando así otro ciclo de quimioterapia.
El Camino Hacia una Nueva Esperanza
“El primer bloque fue exitoso, pero el segundo no funcionó. En los estudios posteriores, identificaron la mutación genética de Tomás que falló el trasplante y el segundo bloque de quimio”, explica Franco.
De ahí que se exploraran varias alternativas, eligiéndose finalmente entre Singapur o Roma para la terapia celular. “Elegimos Roma, tanto por disponibilidad, efectividad como por recomendación. Allí, Tomás se someterá al tratamiento CAR-T, diseñado específicamente para su genética debido a esta mutación”, detalla Franco.
Franco añade que la situación es urgente, ya que las células anómalas siguen en crecimiento. Con menos de 15 días para iniciar este costoso tratamiento en el extranjero, la familia ha compartido los detalles de sus cuentas bancarias para quienes deseen colaborar.
Tomy, junto a sus padres, se dirige a Roma para iniciar los preparativos iniciales en el Hospital Bambino Gesù, aunque ya cuentan con una cierta financiación. Franco recalca la necesidad de continuar recaudando para cubrir el resto del tratamiento, los gastos de viaje, alojamiento, medicamentos adicionales y posibles contingencias.
“Ya tenemos cerca del 50% de los 1.200.000 dólares necesarios. El presupuesto inicial para el tratamiento en el extranjero cubre aproximadamente 300 a 400 mil dólares, pero debemos estar preparados para todo”, resalta Franco.
El tratamiento podría durar de 3 a 6 meses, aunque podrían ser hasta 2 años, dependiendo de su evolución. “Conocemos que el cuerpo de Tomy es lento para reaccionar inicialmente, pero cuando lo hace, responde bien”, añade.
Por ahora, Franco se quedará en Argentina para supervisar la recolección de fondos. La campaña sigue activa y se puede contribuir a través de los alias habilitados. Patricia Andrea Villoslada, madre de Tomás, es la titular de las cuentas.
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