“Lo esencial es invisible a los ojos; solo se ve bien con el corazón”. Esta célebre cita de “El Principito”, del autor francés Antoine de Saint-Exupery, fue evocada en el veredicto de una jueza de Familia en Corrientes, quien instruyó a un hombre a leer el libro para fomentar la empatía en el contexto de un proceso de manutención para sus dos hijos: una de ellas con autismo y retraso madurativo, y otro hijo pequeño con celiaquía.
“Buscamos una reflexión, saber qué comprendió. Si no siente nada al respecto, pero demuestra que lo leyó, es suficiente. No podemos forzar a nadie a sentir”, comentó a Clarín la jueza Carolina Macarrei, titular del Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia N° 4 de Corrientes.
La decisión de la jueza se enmarca en un acuerdo de pensión alimenticia presentado por una mujer para sus dos hijos. Una de sus hijas, de 22 años, sufre de un trastorno del espectro autista y retraso madurativo. El otro hijo, de 8 años, es celíaco.
En la solicitud inicial, la mujer pidió el 25% del total del salario del padre de sus hijos, quien trabaja como enfermero en una reconocida clínica en la ciudad de Corrientes.
“El 12 de abril de 2024, se argumentó que no procede la solicitud de pensión alimentaria para la hija mayor por su edad (22 años), ya que el certificado de diagnóstico había caducado el 25/09/2020, y que debería gestionar una pensión por discapacidad ella misma”, indicó el hombre en su defensa, según la resolución de la jueza.
Respecto a su hijo pequeño, el hombre sostuvo que “el informe fonoaudiológico sobre el niño data de 2021 y no refleja su situación actual. Reconoce su intolerancia al trigo, avena, cebada y centeno (TACC)”. Propuso entonces un 25% de su salario.
Las audiencias fueron tensas. El comportamiento del hombre y su abogado resultó hostil, según la jueza. “Percibí una total falta de afecto hacia sus hijos, y una actitud irrespetuosa hacia la madre. Eran opiniones y comentarios con un matiz violento”, expresó a Clarín.
En su defensa, el padre argumentó que no se había renovado el Certificado Único de Discapacidad (CDU) de su hija debido a que su madre no lo actualizó durante la pandemia de Covid-19 en 2020. Además, sostuvo que su hija mayor de edad debería tramitar la pensión por discapacidad. En consecuencia, solo ofreció un 25% de su salario.
El hombre culpó a la madre de sus hijos por no renovar el certificado de discapacidad. La jueza reflexionó sobre ello: “En nuestras provincias, las responsabilidades maternales están fuertemente marcadas por roles patriarcales, y resulta difícil apartarlas del cuidado y responsabilidad sobre lo que ocurre en los hogares”.
“El padre, para ‘evadir su obligación alimentaria’, ha recurrido a consideraciones desprovistas de empatía, solidaridad y valores humanos fundamentales, los cuales deben cultivarse entre padres e hijos, especialmente ante situaciones de vulnerabilidad humana. Particularmente, tratándose de su hija”, manifestó Macarrei en su sentencia, en la que también ordenó el pago del 40% de su salario en concepto de manutención.
La lección de “El Principito”
Ante la disposición del padre durante la audiencia de conciliación, al elaborar la sentencia, la jueza Macarrei consideró una alternativa diferente para abordar el caso.
“Reflexioné sobre cómo establecer un precedente distinto con la sentencia, considerando el comportamiento de este señor durante el proceso, que ha sido diferente al de otros progenitores que buscan soluciones. No podía ser tratado del mismo modo”, explicó.
Así, recordó la obra de Saint-Exupery, donde, según ella, “se reúnen conceptos y pasajes que abordan la humanización de las relaciones familiares”. La audiencia para que el padre explicara su comprensión del libro se fijó para el 28 de agosto, pero no asistió, presentando un certificado médico por problemas de lumbalgia. Se programó una nueva fecha para finales de septiembre.
Para la jueza, la lectura de “El Principito” y su posterior exposición no representan un castigo, sino una medida pedagógica y reflexiva. Aunque no es una medida cautelar, el hombre podría enfrentar sanciones si incumple la orden judicial.
“El propósito es generar reflexión y reconciliación familiar. Se busca la pacificación social y familiar, actuando más allá de lo esperado. El comportamiento del padre no fue el adecuado”, concluyó.
Medidas alternas en otros fallos
La jueza Macarrei ya había emitido fallos fuera de lo convencional dentro del derecho penal, civil o de familia.
En febrero de 2024, prohibió a un padre que adeudaba pensión entrar a un corsódromo para asistir al carnaval, festividad típica en Corrientes.
“Se prohíbe su participación en la comparsa ‘Ara Bera’ y el ingreso al Corsódromo ‘Nolo Alias’ por ser un deudor alimentario”, dictaminó la jueza.
Finalmente, el padre pagó lo adeudado y pudo bailar en el carnaval con su comparsa.
Otro caso fue la comunicación de “Pope”, un perro salchicha que una pareja compartía antes de separarse.
La jueza dispuso un régimen de contacto considerando a la mascota como parte esencial de la familia multiespecie. “Aunque no esté regulado el derecho de comunicación con mascotas, se deben valorar como parte de la familia”, sentenció.
El significativo caso de adopción
La adopción del hijo del productor teatral José María Muscari, conocido como Lucio (17), fue impactante. El joven deseaba una familia, según un video viral visto por Muscari.
El clip, autorizado por la jueza Macarrei, se difunde en medios de comunicación y redes sociales con sorprendente respuesta; 140 postulantes respondieron, siendo Muscari el elegido.
EMJ