Una reciente investigación revela que infecciones virales como el Covid-19, la gripe y el herpes zóster están vinculadas a un incremento en el riesgo de desarrollar dolencias cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Según el estudio, tras contraer Covid-19, la probabilidad de un infarto se multiplica por tres en las semanas siguientes, mientras que después de una gripe, este riesgo se cuadruplica en el mes posterior. Esta investigación fue publicada el 29 de octubre por la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón y es producto de una extensa revisión y análisis de estudios previos.
El doctor Ziyad Al-Aly, principal epidemiólogo clínico de la Universidad de Washington en San Luis, Misuri, quien no formó parte del estudio, explicó: “Esto reafirma una idea general que hemos estado considerando y debatiendo: las infecciones en general no son inofensivas”.
Al-Aly también mencionó que las infecciones, aunque puedan iniciarse como virus respiratorios, afectan a distintos sistemas del cuerpo, particularmente el cardiovascular.
Resultados del estudio
Según el doctor Kosuke Kawai, profesor adjunto de medicina de la Universidad de California en Los Ángeles y autor principal del trabajo, el objetivo del análisis fue documentar el vínculo entre infecciones virales y problemas cardíacos, a la luz de la creciente evidencia sobre los efectos cardiovasculares del Covid.
Se revisaron más de 150 estudios que, aunque varían en tamaño y métodos, coinciden en mostrar una relación entre infecciones virales y accidentes cerebrovasculares y cardíacos.
Distintos estudios han mostrado que el Covid incrementa el riesgo de complicaciones cardiovasculares, como infartos y accidentes cerebrovasculares, siendo este incremento más notable en casos iniciales y graves. Además, el riesgo elevado puede persistir por años tras la infección inicial.
El análisis de los datos sobre la gripe mostró un aumento de cuatro veces en el riesgo de infarto y un aumento quíntuple en el riesgo de accidente cerebrovascular durante el mes siguiente a una infección.
Igualmente, se evidenció que infecciones crónicas por virus como hepatitis C, VIH y varicela-zóster, eventualmente incrementan el riesgo de enfermedades cardíacas y derrames cerebrales.
Además, el estudio encontró una conexión entre el virus respiratorio sincitial, el papiloma humano, y las infecciones por dengue y chikunguña con enfermedades cardiovasculares, aunque la evidencia fue menos robusta.
“En definitiva, todos los caminos llevan a Roma”, indicó Al-Aly.
Impacto de los virus en el corazón
Los expertos señalan que las maneras en que estas infecciones afectan al corazón varían. Las infecciones agudas, incluidas las bacterianas, pueden inducir fiebre e incrementar la frecuencia cardíaca, poniendo al corazón bajo presión. Cuando el músculo cardíaco no obtiene suficiente oxígeno, se puede desencadenar un infarto, explicó el doctor Daniel M. Musher, profesor de medicina del Baylor College of Medicine y el Centro de Asuntos de Veteranos de Houston.
A largo plazo, la clave es “la inflamación crónica”, explicó Musher.
Gracias a la intensa investigación sobre el Covid en los últimos cinco años, se sabe que esta enfermedad daña el endotelio de los vasos sanguíneos del corazón y los pulmones, lo cual lleva a inflamación localizada y potencial formación de coágulos. Estos coágulos pueden bloquear vasos sanguíneos del corazón o el cerebro, causando infartos o derrames. También pueden migrar a los pulmones y causar embolia pulmonar, una complicación del Covid.
La inflamación también parece ser responsable en casos de virus como la hepatitis C, que ataca el hígado, o el VIH, que afecta el sistema inmunitario.
El doctor Musher explicó que las placas en las arterias tienen células inflamatorias y que inflamaciones en otra parte del cuerpo pueden activar estas células, provocando ruptura de placas, coágulos e infartos.
Medidas preventivas
La prevención de infecciones es la mejor protección, según los expertos. Existen vacunas contra virus como la gripe, el Covid y el herpes zóster, las cuales no solo pueden prevenir la infección sino también reducir su gravedad, limitando así el riesgo de complicaciones cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Haber tenido una infección viral no implica inevitablemente una enfermedad cardíaca. Factores como colesterol alto, hipertensión, diabetes y tabaquismo son los principales riesgos, incrementados además por la edad. Muchos de estos pueden gestionarse con ajustes en el estilo de vida o tratamiento médico.
El doctor Al-Aly señaló que las infecciones virales deben considerarse como un factor de riesgo más. “Una vez ocurrida la infección, no se puede revertir”, comentó. “Concentra tus esfuerzos en controlar otros factores de riesgo modificables para reducir tu riesgo cardiovascular general”.
Fuente: The New York Times.
Traducción: Román García Azcárate.
