El mensaje de socorro en WhatsApp
“No me deja salir”. Con estas breves palabras enviadas por WhatsApp, una mujer logró avisar a sus familiares sobre su situación de cautiverio, situación que ya se extendía por cuatro días, bajo el control de su antigua pareja, un miembro de la Prefectura Naval, previamente denunciado por violencia de género.
El momento de valentía
La víctima, una mujer de 40 años llamada Lorena Gómez, enfrentó el miedo y, en un instante de distracción de su captor, consiguió recuperar su teléfono móvil el tiempo suficiente para escribir el mensaje que terminaría con su secuestro, el cual se llevaba a cabo en una casa del barrio Itaembé Guazú, en las afueras de Posadas.
Preocupación y sospechas
La desaparición inexplicable de Lorena el lunes despertó la preocupación de sus hermanos, quienes notaron su falta de respuesta a llamadas y mensajes. La familia inmediatamente sospechó de un ex compañero sentimental, aunque carecían de pruebas concretas de su paradero.
La información proporcionada por sus familiares permitió a los investigadores descubrir la existencia de una orden de restricción dictada por un juez de Familia de Posadas. Esta medida había sido solicitada por Lorena luego de decidir poner fin a su relación debido a repetidos episodios de abuso.
Los investigadores determinaron que el mensaje fue enviado desde el barrio Itaembé Guazú, una zona de viviendas situada detrás del Aeropuerto de Posadas.
Finalmente, las autoridades localizaron el domicilio del suboficial de la Prefectura Naval, a quien se consideraba el principal sospechoso de retener a Lorena contra su voluntad.
El juez de Instrucción Juan Manuel Monte ordenó un allanamiento en la residencia, y debido a que el sospechoso estaba armado, las fuerzas especiales del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía de Misiones fueron convocadas para llevar a cabo el operativo.
Los agentes, equipados para la situación, rodearon discretamente el inmueble en la calle Campanillas y entraron al derrumbar la puerta, sorprendiendo a Ramón Leonardo Sotelo, de 38 años, quien fue arrestado y trasladado en una patrulla.
En el lugar, un equipo interdisciplinario brindó contención a Lorena hasta la llegada de sus familiares. Aunque ella aún no ha dado su declaración completa, se sabe que estuvo cautiva desde la tarde del lunes, con su teléfono confiscado y bajo amenazas de Sotelo.
En la vivienda se encontró la pistola reglamentaria del prefecto, de 9 mm, junto con más de 50 municiones, un revólver calibre 22, varios puñales, aproximadamente diez gramos de marihuana y cartuchos calibre 12.70.
El juez Monte ordenó que la pistola fuera devuelta a la Prefectura Naval, mientras que el resto de las armas fue confiscado. Sotelo enfrenta cargos por privación ilegal de libertad y por violar la orden de restricción impuesta por la Justicia.
