El sistema judicial no aceptó la petición para interrumpir el traslado de 50 monos que residían en un laboratorio inactivo, ubicado en el sótano del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (Cemic). Finalmente, los primates partieron este miércoles en un avión de KLM con destino a un santuario en Sudáfrica.
Tras más de tres años desde que el último centro de experimentación con primates en el país cerrara en 2021, y después de una disputa prolongada entre defensores de animales y las autoridades del laboratorio, los primates volvieron a disfrutar de la luz natural, que en su estancia en el sótano del barrio de Saavedra se simulaba con iluminación LED.
Están destinados a llegar al Hidden Forest Sanctuary, en KwaZulu-Natal, un lugar que acoge a exanimales de laboratorio y es accesible para visitas turísticas.
Decisión legal para un nuevo comienzo
Como reportó Clarín, la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), dirigida por Carlos Rolero Santurián, decidió no aceptar la solicitud de la parte demandante (quienes acusaron anteriormente al CEMIC de crueldad animal), que buscaba impedir el traslado de los monos, bajo sospechas de una posible “venta encubierta”.
Según un comunicado, la UFEMA justificó su decisión subrayando el objetivo de ofrecerles “una mayor calidad de vida”.
Tras visitar el CEMIC para evaluar la situación de los monos capuchinos -de la especie Cebus apella o Cai-, Santurián consideró que el santuario en África proporciona un entorno adecuado para estos animales, después de vivir en condiciones de confinamiento y participar en experimentos.
El bioterio, que funcionó entre 1983 y 2021, será desmantelado.
Obstáculos en el camino hacia el santuario
Sobre la base de una decisión judicial única debido a la cantidad de animales, y después de una prolongada gestión administrativa, se esperaba que el viernes pasado fuera el día de la verdadera liberación de estos 50 monos, con un viaje programado hacia Sudáfrica.
No obstante, como pudo saber Clarín, el día del vuelo la aerolínea no les permitió abordar debido a “inconsistencias técnicas en las normas de transporte seguro”.
“Era un problema con el tamaño de las jaulas, la aerolínea solicitó que fueran más grandes de lo planeado. No cumplían con las especificaciones, por lo que el traslado programado para este viernes no se llevó a cabo”, reveló el fiscal a este medio.
Este retraso generó resistencia entre los defensores de los animales que se oponían a que los monos fueran llevados fuera del país.
Opiniones divididas sobre el destino final
Victoria González Silvano, representante de Proyecto Gran Simio España en Argentina, inició la acusación de crueldad animal ante dicha fiscalía, ya que los monos seguían en el subsuelo del CEMIC. Al enterarse del obstáculo impuesto por la aerolínea, el lunes presentó una solicitud en la fiscalía para detener el traslado.
Aunque afirmaba que “cualquier otro lugar es preferible a ese sótano”, prefería que los monos fueran enviados a otros centros de rehabilitación animal en la región, como uno en Uruguay, apoyándose en el argumento de que había un interés del santuario africano en asumir el alto costo del traslado de los capuchinos, calculado en 200 mil dólares.
Paralelamente al vuelo de libertad que finalmente despegó desde Ezeiza este miércoles, aún queda por decidir el destino de otros siete macacos, que por razones de raza, no fueron aceptados por el santuario en Sudáfrica. Según información oficial, todavía se debe definir su nuevo lugar de residencia.
SC