Dos décadas tras la tragedia de Cromañón: relato de un bombero ante el escalofriante hallazgo de víctimas amontonadas

La noche que cambió todo: Recuerdo de un bombero

A 20 años de distancia, Darío Salgado, con 45 años, rememora desde su oficina en la Oficina de
Transporte Forense de la ciudad de Buenos Aires, aquel inolvidable y trágico episodio ocurrido en la
discoteca República de Cromañón. Habiéndose iniciado en el cuerpo de bomberos voluntarios de Quilmes a
temprana edad, Salgado enfrentó esa jornada uno de los desafíos más grandes de su carrera, mucho más
desafiante que cualquier otro evento de riesgo personal previo.

La catástrofe inesperada

La tragedia comenzó una víspera de Año Nuevo, cuando, en vez de celebrar, un aviso de emergencia movilizó a
Salgado y su equipo del Cuartel Primero de la Superintendencia Federal de Bomberos, desplazándose rápidamente al lugar del siniestro,
un bar en llamas del que poco sabían en ese momento. Lo que inicialmente parecía un incendio menor en un establecimiento nocturno,
rápidamente se reveló como una escena de desesperación y horror, con personas luchando por escapar y otras, ya incapaces, amontonadas
tras las puertas bloqueadas.

Las labores de rescate y sus secuelas

Al asumir el mando en la escena, Salgado y su equipo de seis bomberos se enfrentaron al arduo trabajo de rescate.
A través de un esfuerzo colosal, lograron abrir una brecha, encontrándose ante la dolorosa vista de víctimas acumuladas,
buscando desesperadamente salir. La noche avanzó en un vaivén de rescates, empujados por un sentido del deber y una inquebrantable
determinación de salvar tantas vidas como fuera posible. Al final, Salgado estima haber salvado cerca de 50 personas, en medio del
caos y el peligro que significaba el incendio y la acumulación de gases tóxicos.

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Reflexionando sobre la experiencia, Salgado expone cómo, a pesar de las duras lecciones aprendidas y el legado de dolor que dejó
la tragedia de Cromañón, también impulsó cambios significativos en cuanto a precauciones de seguridad y concienciación sobre los
peligros de incendios en espacios cerrados. Guardando como recuerdo el casco que le protegió aquella noche, simboliza no solo las
vidas salvadas, sino también una recordación de una noche que marcó un antes y un después en la seguridad de locales de entretenimiento
en Argentina.

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