Este verano, las carreteras en Mar del Plata experimentan una intensa actividad debido a las altas temperaturas, que han superado los 35°C durante la última semana. No obstante, lo más notable es una nueva tendencia que se afianza: los “mini recambios” turísticos no planificados que han reemplazado los tradicionales cambios de quincena o fin de mes.
Cambios en el Turismo usual de la Costa
Los “mini recambios” han traído consigo desafíos, especialmente en los desplazamientos. Los trayectos que solían tomar 4 horas, ahora pueden alargarse hasta 8 horas debido a estas nuevas dinámicas. Además, hay que considerar el tiempo adicional en peajes, donde el uso de servicios prepago puede ser de ayuda, y los retrasos en los controles de seguridad, que suelen ralentizar el tránsito al colocar conos en las vías.
Hasta el día de hoy, según indicadores de Autopistas Buenos Aires (Aubasa), ha habido una disminución del 8% en la cantidad de vehículos que atraviesan sus peajes en comparación con el pasado año. Aún así, 2025 marca un hito: durante los dos primeros fines de semana de enero (4-5 y 11-12), los desplazamientos han superado un aumento del 20% en comparación con los cambios de quincena, siendo la primera vez en cuatro años que los movimientos semanales sobrepasan a los de quincena.
Impacto en el Tráfico y Alojamiento
Un periodista relató a Clarín cómo su viaje desde Buenos Aires a Mar del Plata el pasado jueves se extendió a más de siete horas debido a un atasco cerca de la salida de Brandsen. Con niños a bordo, expresó que viajar con paciencia es esencial bajo estas circunstancias.
Las saturaciones en las rutas hacia la Costa Atlántica suelen suceder en cualquier momento del día, y es frecuente que el tráfico se congestione en las entradas a ciudades costeras y al salir de Buenos Aires. Este fenómeno ya no está restringido a los cambios de quincena.
Este cambio en el patrón de viajes también se observa a nivel local. En enero de 2025, un jueves, el martillero Oscar Gonnet presenció un gran movimiento en su inmobiliaria, atendiendo a hasta 50 visitantes en un solo día. “Cada semana de enero hay un recambio significativo”, explicó.
Los hoteleros confirman que trabajan “a cama caliente”, cambiando huéspedes constantemente. Este verano, cualquier día puede tener tránsito fluido o congestionado en intervalos no predecibles. El movimiento es visible en los peajes que interconectan a viajeros desde Mar del Plata hacia otros destinos más al sur, como Miramar, o aquellos que ingresan desde el Partido de la Costa, Pinamar, o Villa Gesell.
El peaje de Samborombón de Aubasa, ubicado en el kilómetro 90 de la autovía, es un claro punto de convergencia. El pasado miércoles 15, 39,013 vehículos pasaron por allí, con 21,297 dirigiéndose hacia la Costa y 17,716 hacia Buenos Aires, menos que en días previos.
El tráfico del domingo fue particularmente denso con 51,135 vehículos, mientras que, por ejemplo, el lunes tuvo 47,561 vehículos, el 58% de regreso desde la Costa, y el viernes pasado se alcanzaron los 43,766 vehículos, con una mayoría yendo hacia la playa. Estas cifras no tienen en cuenta el tráfico en la autopista La Plata-Buenos Aires, que conecta diferentes rutas locales.
Hernán Szkrohal, empresario del sector gastronómico, ha notado un patrón en sus operaciones: una caída en la cantidad de turistas observada no a mitad de semana, sino hasta el lunes. Esto indica un flujo continuo de visitantes, con estancias que ahora son de 3 o 4 noches en hoteles y hasta una semana en alquileres.
Szkrohal, quien lidera la Cámara Gastronómica de Mar del Plata y la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG), señala que la estadía mensual tradicional se perdió hace años, y ahora incluso las dos semanas también son cosa del pasado.
Este patrón continuará el resto de la temporada 2025, con indicadores de una alta ocupación hotelera del 85% para el próximo fin de semana. Las reservas se están confirmando, prometiendo ser uno de los mejores periodos hasta la fecha. Otro fin de semana de intensa actividad en las carreteras y en los alojamientos espera ser vivido.
AS
