Han pasado dos meses desde que se perdió el rastro de Lian Gael Flores. El niño, oriundo de Ballesteros Sud, una localidad agrícola situada entre Villa María y Bell Ville, en la provincia de Córdoba, sigue sin ser encontrado. A pesar de las intensas búsquedas realizadas tanto por la Justicia local como federal, no se ha hallado ninguna pista que lleve a su paradero. La familia del pequeño de tres años vive momentos de angustia y desesperación total. No existe señal alguna que guíe la investigación.
Recompensas y pistas fallidas
En un esfuerzo por obtener información, el Gobierno de Córdoba, con respaldo del gobierno nacional, ha ofrecido una recompensa de 20 millones de pesos a quien aporte datos sobre el paradero de Lian. Sin embargo, todas las denuncias recibidas hasta ahora han resultado ser falsas.
Participación de diversas fuerzas en la investigación
La investigación está a cargo de diferentes fiscalías tanto locales como federales. En la provincia, los fiscales de Bell Ville, Nicolás Gambini e Isabel Reyna, han estado trabajando en colaboración con la Policía de Córdoba. A nivel federal, la fiscal Virginia Miguel Carmona, junto con la Gendarmería, extiende la búsqueda de Lian a lo largo del país. Desafortunadamente, durante este periodo no se ha obtenido avance alguno.
El representante legal de los padres de Lian, Darío Baggini, expresó al diario Clarín la frustración de no contar con pistas específicas. “Es realmente desesperante”, comentó, señalando que, en otros casos de desaparición de niños, por lo general siempre hay algún indicio que permite orientar la pesquisa hacia un crimen o un caso de trata.
Baggini también manifestó asombro de que, pese a la cantidad de personas en el lugar donde Lian desapareció, nadie lo haya visto.
En una etapa de la investigación, salieron a la luz declaraciones de los padres respecto a un VW Surán gris visto antes de que el niño se esfumara. Aunque su propietario afirmó haber estado en el cortadero de ladrillos con otra persona, se comprobó que había cinco ocupantes en el vehículo. El abogado Baggini solicitó acusaciones por falso testimonio, aunque duda que esto aclare si tuvieron alguna implicación directa en el caso.
El contexto del día de la desaparición
El 8 de febrero, Lian cumplió tres años. El 22 del mismo mes, después de comer, jugaba con sus hermanos “debajo de un tractor”, según la familia. Al ir a llamarlos para la merienda, descubrieron que Lian no estaba. La desaparición ocurrió entre la 13:30 y las 17:00 durante una intensa ola de calor en la región.
Desesperados y sin pistas tras buscar en los alrededores del cortadero de ladrillos, de 18 hectáreas, familiares y vecinos decidieron solicitar ayuda policial al caer la tarde.
Ballesteros Sud alberga a unas cuatro familias de origen boliviano y está situada a unos 6 km de la ruta nacional 9, habitada por más de 600 personas.
Elías Flores, el padre de Lian, ha suplicado el regreso de su hijo. “La situación es desgarradora y devastadora”, comentó Baggini. “Es peor que un secuestro extorsivo o la muerte de un hijo, porque en esos casos se puede comenzar un duelo, pero aquí, la familia se despierta cada día sin saber dónde está su hijo”.
Los padres de Lian han vuelto a brindar declaraciones en estos días. Desde el Juzgado Federal de Bell Ville se pidió la colaboración para reconstruir los hechos de aquel día, colocando a todos los participantes en sus posiciones originales y capturando el momento con drones.
Se mantiene la línea de una posible tragedia accidental, barajando la teoría de un atropello y ocultamiento del cuerpo de Lian.
Hasta este momento, han sido evaluados numerosos teléfonos móviles y se ha interrogado a decenas de personas, incluidos residentes locales. Rastrillajes e inspecciones se han realizado en domicilios, letrinas y hasta en los hornos del cortadero. No obstante, pese a todos los esfuerzos y recursos empleados por la policía, no se ha dado con ninguna pista concluyente sobre el paradero de Lian.