Un hombre argentino de 54 años desapareció en Río de Janeiro, lo que ha llevado a su familia a sospechar de un posible secuestro. En los últimos días, se vaciaron sus cuentas bancarias y desde Brasil se registraron movimientos inusuales con su teléfono.
La desaparición de Alejandro Ainsworth
Alejandro Ainsworth fue visto por última vez la noche del domingo pasado. Sus hijos se trasladaron rápidamente a Brasil para apoyarse en la investigación del caso.
Alan, uno de sus hijos, declaró a la agencia Noticias Argentinas: “Creo que se trata de un secuestro. A las 2 de la madrugada del lunes empiezan a ocurrir movimientos financieros, se cambian contraseñas, hay transacciones, y a las 7 ya hay una foto tomada con el teléfono que luego se sube a Google Fotos”.
Alan agregó: “Mi hermano y yo estamos en Río desde la mañana del lunes. La policía de turistas está al frente de la investigación, mientras el consulado argentino informó de la situación a todas las autoridades pertinentes. Los hospitales públicos no reportaron haber recibido a alguien con sus características”.
Movimientos financieros sospechosos
La última vez que Alejandro fue visto fue cuando salía de su alojamiento en Copacabana, en Río de Janeiro, el domingo 7. Según lo denunciado por su familia, la madrugada del lunes fue testigo de inusuales actividades en sus cuentas bancarias, incluyendo préstamos y transferencias, junto con el cambio de contraseñas. Posteriormente, se subió una imagen a Google.
Estos movimientos en sus cuentas continuaron durante el lunes hasta que finalmente se bloquearon. Según sus familiares, el teléfono de Ainsworth estuvo en funcionamiento hasta las 21 horas de ese día, aunque no se pudo determinar su ubicación exacta.
“Se nota que es en una zona baja, en un coche abandonado y demás. Ese mismo lunes se solicitó un préstamo y el martes otro más. Finalmente, la última vez que el celular estuvo conectado fue el martes a las 9 de la noche”, explicó su hijo.
Asimismo, comentó: “Esto me indica que él está secuestrado y están utilizando su rostro, ya que es lo único que necesitaban, su validación facial, para llevar a cabo algunos movimientos” empleando el dispositivo móvil del hombre desaparecido.