En la Nochebuena de 2025, la Ciudad de Buenos Aires se llenó de controles de alcoholemia como parte de las medidas preventivas contra accidentes debido al consumo de alcohol. Algunos conductores recurrieron a excusas inesperadas para evitar sanciones, mientras que otros formularon consultas que dejaron a los agentes de tránsito completamente perplejos.
Un ejemplo interesante fue el de una señora que luchaba para soplar “sin interrupciones”, como se le había indicado, para que la “pipeta” reflejara el resultado correcto del examen. Durante sus intentos, preguntó si la boquilla estaba previamente usada, a lo que la oficial, algo irritada, respondió con un enfático “no” y le instó a seguir las instrucciones con seriedad.
Tras varios intentos, el test arrojó un resultado positivo de 1,25 gramos de alcohol por litro de sangre. Esto implicó la retención de su licencia y el remolque de su automóvil a un depósito.
Escusas Ingeniosas Para Evitar Sanciones
Cuando el personal le informó sobre el traslado del vehículo, la conductora expresó: “Me lo acarrearán con cuidado, ¿verdad?” y añadió como justificación: “Vivo a la vuelta de la esquina”. Su incertidumbre sería resuelta en las próximas horas al verificar cómo fue gestionado el remolque de su coche.
Otro caso llamativo fue el de un conductor que presentó un nivel de 0,07 gramos por litro, por lo que no recibió ninguna sanción y pudo continuar conduciendo. No obstante, dejó algunas interrogantes peculiares.
Aspirantes a Científicos en Controles
Curioso, preguntó si el uso de Listerine podría influir en el resultado del test de alcoholemia. Explicó que acababa de salir de trabajar sin haber bebido y que usa el enjuague bucal, que contiene alcohol, para su higiene personal. Además, mencionó haber consumido aceite de oliva y consultó si eso podía afectar el resultado del examen. Tras sorprender a los agentes, le aclararon que no había impacto y pudo retirarse.
Confusión Entre Pasajeros y No Pasajeros
El incidente más confuso involucró a un conductor que inicialmente declaró transportar pasajeros, pero luego lo negó. El test registró un resultado de 0,48, que está por debajo del límite para conductores particulares, pero es sancionable para quienes llevan pasajeros. Insistió en que las personas en su coche no eran pasajeros regulares.
Suplicó a la agente que les preguntara para verificar su afirmación. A pesar de sus súplicas, los oficiales le replicaron que previamente había admitido lo contrario. Desconcertado, alegó: “Me equivoqué, los conozco del barrio… el coche no es mío”, mientras se sometía finalmente a la sanción correspondiente.
Resultados del Operativo Navideño de Alcoholemia
Durante la Nochebuena y Navidad, la Ciudad estableció más de 30 puestos de alcoholemia en ubicaciones clave y, hasta las 7 de la mañana, se realizaron 5.394 pruebas, de las cuales 30 resultaron positivas. Se procedió a retener las licencias de conducir, y la tasa de positividad se redujo al 0,47%.
Comparándolo con el año anterior, cuando se realizaron 5.399 controles con una tasa de positividad del 0,83%, la cantidad de positivos fue significativamente menor. Se mantienen los límites de la Ciudad: 0,5 g/l para conductores de vehículos particulares, 0,2 g/l para motociclistas, 0,5 g/l para sus acompañantes, y 0,0 g/l para principiantes y conductores profesionales.
Este año, 11 conductores superaron el nivel de 1 g/l, y 19 estaban entre 0,5 g/l y 0,99 g/l. El registro más alto fue de 1,74 g/l de alcohol en sangre.
