El Futuro del Lote Codiciado en Mar del Plata
En el corazón de Mar del Plata, en un área alta y deseada por desarrolladores inmobiliarios, se levanta la incertidumbre sobre el futuro de un terreno recientemente liberado de limitaciones patrimoniales. Un lugar que, sin duda, pronto atraerá a inversionistas interesados en construir una moderna torre de departamentos, aprovechando que ya no existen las barreras que antes enfrentaban.
Desaparición de la Casilla Blaquier
El miércoles por la madrugada, un incendio dejó en cenizas una antigua casilla de chapa y madera que acabó con un vestigio patrimonial, parte del legado arquitectónico de la familia Blaquier. Situada en Alvear 2149, entre las avenidas Colón y Bolívar, esta estructura fue incluida en 1995 en el registro de edificaciones de interés por la Municipalidad de General Pueyrredón. Lo que queda: un terreno valioso, tasado aproximadamente en un millón de dólares.
Investigación y Reacciones Políticas
Ante la sospecha de que el incendio pudo haber sido provocado, se ha iniciado una pesquisa judicial para determinar la causa del fuego. Paralelamente, el Concejo Deliberante solicita al gobierno municipal información sobre el estado patrimonial de lo que fue la “Casilla Blaquier”, y se investigan posibles proyectos o permisos relacionados con ese terreno.
La concejal María Eva Ayala, representante de Acción Marplatense, ha solicitado al Departamento Ejecutivo que aclare si hubo propuestas de loteo, planes de edificación o cualquier otra petición referente a la parcela, antes del siniestro.
Antiguamente, la casa fue una de las seis edificaciones en un conjunto arquitectónico desarrollado a principios del siglo XX, limitado por las avenidas Colón, Bolívar, Güemes y Alvear. Construidas por John Wright, un inglés llegado a Buenos Aires, las viviendas formaron un grupo emblemático del que ahora solo queda el recuerdo de la última en pie, destruida por el incendio.
Esta casilla también tuvo un rol significativo como obrador durante la edificación del chalé principal de la familia Blaquier, emplazado enfrente, cerca de la Villa Ortiz Basualdo y el Museo Juan Carlos Castagnino.
La residencia adyacente, una impresionante estructura situada en un lote de 2.620 metros cuadrados, albergó al personal del hogar de la familia. Actualmente, esta propiedad está en venta y, como su chalé vecino, se consideran propuestas de inversión y desarrollo, según la inmobiliaria Robles Casas & Campos.
La madrugada del miércoles, el fuego demandó la intervención de tres dotaciones de bomberos. Vecinos de las cercanas torres escucharon vidrios romperse en los pisos 2 y 3 por el calor. La fiscal María Florencia Salas lidera la investigación para esclarecer cómo se originó el incendio, solicitando también imágenes de cámaras de seguridad locales por si la casilla había sido ocupada ilegalmente antes del siniestro.
Esta situación se presenta en un contexto de sospechas, alimentadas por la presión constante de los desarrolladores inmobiliarios en la región. A menudo, obtienen respaldo del gobierno local bajo el argumento de “valorizar” propiedades históricas, logrando edificar torres más altas que lo permitido por el Código de Ordenamiento Territorial.
Un caso reciente y polémico destaca la torre planeada en el predio del chalé de María Frers de Mahn, donde debía respetarse un límite de altura de siete metros, pero se permitió un proyecto para un rascacielos de 125 metros y 35 pisos, siendo ahora asunto de la Justicia.