Las calles están cerradas por la policía, permitiendo el acceso únicamente a ambulancias y camiones de bomberos que trabajan sin cesar. Un humo espeso y algunos puntos aún encendidos en el área industrial de Ezeiza ya son parte del paisaje local.
A casi 48 horas del incendio en los almacenes de Logischem –el cual causó daños en las viviendas cercanas y dejó a más de 20 personas atendidas– los empleados del lugar señalan a un producto que “generaba mucho vapor” y que se había guardado junto al peróxido. Estas sustancias no debían estar juntas debido a su reactividad.
Causas Potenciales del Incidente
“Era un desastre anunciado”, comenta un antiguo trabajador que conocía bien el funcionamiento de Logischem y que prefiere mantener su anonimato por precaución. Todo comenzó en el almacén número siete, durante la pausa del turno nocturno. Los empleados notaron una luz amarilla proveniente del fondo. Corrieron a buscar las mangueras para intentar apagar el fuego, pero no las pudieron utilizar.
Tan pronto como las tomaron, todo ardió y tuvieron que evacuar el lugar. Incluso, el guardia nocturno se resistía a abandonar su puesto. Según contaron, no hubo tiempo para reaccionar.
Inicialmente, hubo una pequeña explosión que destruyó el techo, luego el fuego comenzó a esparcirse y ocurrió una gran explosión, afectando a varios edificios de otras compañías cercanas como Iron Mountain, Larroca Minera, Almacén de Frío, Aditivos Alimentarios y Sinteplast.
Impacto del Incendio
Según los testimonios, en el almacén había un producto que “emitía demasiado vapor” y que se había almacenado incorrectamente con materiales con los que no debería mezclarse por su reactividad mutua. A pesar del caos y el miedo, todos los empleados lograron evacuar a tiempo y no hubo víctimas mortales.
“Había un material recién llegado en grandes bolsas, un polvo. Dicen que uno de los productos vaporizaba constantemente. Informaron al dueño, pero decidieron dejarlo allí y peor aún, lo posicionaron en el mismo almacén con el peróxido (un óxido con mayor concentración de oxígeno que los óxidos normales)”, dice el ex empleado.
El peróxido usado en la industria tiene una concentración máxima. “Nos enseñaron que si este producto entra en contacto con madera o plástico, se inflama de inmediato. Podría haber habido una combinación mortal entre ese material que emanaba vapor y el peróxido. Había elementos que no debían mezclarse y lo hicieron”, agrega.
Dentro del almacén, el ex trabajador relata que había una variedad de ácidos como fosfórico, cítrico, sulfúrico y productos como alcoholes en diferentes presentaciones, pesticidas y venenos de grado máximo para insecticidas.
“Supongamos que, al tomar muestras, se debía usar una protección similar a un traje de buzo de la marina. Todo eso se quemó, está en el aire. Por eso, no puedo creer que dijeran que no era tóxico; es inconcebible que afirmaran eso al público”, indica, visiblemente frustrado.
Y añade: “Estaban todos juntos, productos alimenticios, ácidos, inflamables, tóxicos, todo mezclado en los galpones. En el mismo espacio donde había productos alimenticios, había pesticidas con inflamables. Había materiales expuestos a más de 15 grados bajo el sol cuando no debían estar allí. Era un acto de negligencia total, todo estaba autorizado”.
Vídeo
El área industrial es una zona manufacturera abierta, situada en las cercanías de la autopista Ezeiza-Cañuelas, accesible por la calle Tucumán. La justicia está a la espera de los peritajes clave que se realizarán este lunes y que podrían revelar las causas del incendio.
MG
