El Impactante Incendio en la Planta de Ezeiza
Ignacio, supervisor de la instalación de El Bahiense, con lágrimas en los ojos decía: “Está ardiendo la planta. Perdón, todo se está incendiando, no sé qué hacer”. Fue el primero en llegar tras recibir la alarma de fuego en el Polígono Industrial de Carlos Spegazzini, en Ezeiza.
Daños enormes y reconstrucción millonaria
Cuatro días después de la catástrofe, lo que era un floreciente complejo industrial es ahora un terreno arrasado. El Bahiense comparte límite con Logischem, la compañía que posiblemente inició el fuego. Se estima que la rehabilitación costará cerca de diez millones de dólares.
Santiago Fiore, propietario de El Bahiense, comenta: “La policía científica tomó fotografías de columnas de acero reforzado que volaron y atravesaron nuestro techo, desatando el incendio en nuestra planta”.
Estas columnas, que sostenían el almacén petroquímico, son piezas masivas de chapa, pesando casi dos toneladas cada una, que se desplazaron 300 metros hasta impactar en la fábrica de aditivos. “De haber sucedido en horario laboral, estaríamos lamentando un desenlace aún peor”, advierte.
Después de siete años de operación en Carlos Spegazzini y cuatro de construcción de la planta, un trágico viernes cambió todo. Santiago y su hermano cruzaron controles policiacos para llegar al sitio devastado. Intentaron acceder caminando por la calle Tucumán, pero no pudieron continuar.
El fuego era insoportable. “Todo estaba lleno de humo negro; no se veía más allá de dos metros”, relata Santiago. Las llamas, el calor y la humareda les impidieron acercarse, y fueron evacuados por la policía.
Sintiéndose paralizado, Santiago contemplaba la planta desde la distancia. “Toda nuestra vida está aquí; no sabemos hacer otra cosa. Después de tanta dedicación, verlo así fue desgarrador”, expresa angustiado.
Ignacio, que vive cerca, llegó rápidamente por la calle Pitágoras, tras el polígono. Lloroso, hablaba con su jefe, quien le insistió varias veces que se alejara por seguridad.
Una empresa familiar con historia
El Bahiense es fruto del esfuerzo de Mario Fiore, inmigrante italiano que llegó a Argentina de niño. Desde muy joven, Santiago y su hermano Fernando ayudaban a su padre en la empresa, un rincón que desde entonces se sintió como un segundo hogar.
Cerca de 70 personas trabajaban en El Bahiense, 15 de ellas en la planta de Ezeiza. Aunque el centro de distribución está en Mataderos, casi toda la producción se realizaba en este lugar.
“Fabricamos líquidos como colorantes para bebidas y productos en polvo para panificados”, explica Fiore. Sin embargo, ahora la maquinaria y tecnología necesaria para la producción está destruida.
Reactores, tanques, envasadoras y mezcladores automáticos son parte del valioso equipo perdido. La recuperación será lenta y costosa. “Reconstruir la planta y su equipamiento tendrá un costo estimado de diez millones de dólares”, asegura Santiago, aún atónito sobre por dónde empezar.
Investigación y recuperación
Un día después del incendio, Santiago se despertó esperando que todo fuese un mal sueño. “Estaba confundido sobre cómo iniciar todo de nuevo, desde localizar proveedores hasta encontrar dónde reinstalarnos”, comenta, reflexionando también que, afortunadamente, la planta estaba vacía y no hubo heridos.
Hasta el martes, la policía forense no autorizaba entrar a El Bahiense. Por la tarde, recibieron la noticia esperada: “Ya está liberada. Trabajaremos arduamente para comenzar la limpieza”, anuncia Santiago.
Santiago Fiore destaca: “Aunque la causa del incendio aún no está clara, se confirmó que comenzó en Logischem”. Según las autoridades judiciales, las investigaciones seguirán hasta el 27 de noviembre. La compañía tenía fósforo rojo, sustancia altamente inflamable, identificada como posible factor del siniestro.
