Un Encuentro Emotivo en el Santuario de Elefantes de Mato Grosso
Después de un periodo de adaptación a su nuevo entorno, Kenya vivió el pasado viernes un emotivo encuentro con Pupy, otra elefanta que compartía un pasado en Argentina y que había llegado recientemente al santuario ubicado en Mato Grosso, Brasil. Este encuentro cara a cara tuvo lugar a través de una cerca y fue precedido por varios días de preparación. Sin embargo, fue necesario un segundo intento, ya que en su primer acercamiento, Kenya mostró una actitud que intimidó un poco a su nueva compañera.
El Viaje de Kenya y su Llegada al Santuario
El camino para llegar a este momento no fue sencillo. Kenya partió desde Mendoza el 4 de julio, después de un periodo de siete años en el que fue sometida a un adiestramiento meticuloso utilizando el método de condicionamiento operante con refuerzo positivo para minimizar el estrés del traslado.
Ignacio Haudet, director de Biodiversidad y Ecoparque de Mendoza, describió su partida como un “acto de humanidad”. Acompañada por un equipo de especialistas que incluía a Scott Blais, fundador del santuario, la veterinaria Trish London y el entrenador Marcos Flores, Kenya llegó visiblemente agotada al refugio, un paraíso en Mato Grosso, reconocido por la Global Federation of Animal Sanctuaries por su excelencia.
La Reactiva Interacción Inicial y un Nuevo Intento
Pupy, la última elefanta del Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires, había llegado a Brasil a mediados de abril y esperaba a Kenya en el refugio. Durante los primeros días, Kenya descansó y se aclimató en un entorno natural de entre 40 y 400 hectáreas.
Las dos elefantas mostraron curiosidad desde el inicio. Kenya, aún en el establo, despertaba el interés de Pupy, especialmente cuando se mostraba más tranquila. La mañana del gran encuentro se eligió cuando ambas parecían estar de buen ánimo; Kenya en el primer patio y Pupy en el segundo, separadas solo por una valla.
Desde el primer momento, Kenya imprimió su “gran energía”, mientras que Pupy llegó con confianza. Esta interacción inicial mostró a Kenya demostrando ligeramente su dominio, causando cierta aprensión en Pupy, quien retrocedió momentáneamente. Pero la situación cambió con una intervención de Scott, quien asesoró a Kenya sobre la necesidad de acercarse de manera más suave a Pupy.
Un Vínculo en Desarrollo y un Futuro Prometedor
En su segundo intento, Kenya se mostró más tranquila, realizando movimientos típicos de los elefantes africanos. Pupy, aunque se distanció ligeramente, se volvió hacia Kenya, mostrando interés. Según los expertos del Global Sanctuary for Elephants, el encuentro fue un éxito, ya que ambas elefantas comenzaron a observarse mutuamente, sin ningún comportamiento dominante.
En este santuario, el objetivo es fomentar este tipo de relaciones entre los elefantes, asegurando que cada uno tenga “espacios seguros”. A Pupy se le animó a ser “valiente”, mientras que a Kenya se le instó a mostrar su lado más amable. Finalmente, el primer encuentro resultó positivo, y ningún elefante quedó asustado o extremadamente dominante.
En el santuario, Pupy tiene la oportunidad de tomar decisiones sobre su propio entorno y con quién relacionarse, lo cual será vital para su futura vida en manada. El desarrollo de esta relación entre Kenya y Pupy dependerá de sus propias decisiones, pero el primer paso hacia una vida en compañía ya se ha dado exitosamente.