Finaliza la misión submarina: inesperada petición de los expertos a sus espectadores en línea
Un pequeño pulpo que recuerda a Dumbo. Una estrella marina con prominentes formas glúteas. Y un enorme pepino de mar violeta que hizo que la audiencia solicitara “pruebas de vida”. Estos fueron solo algunos de los descubrimientos asombrosos que surgieron cuando un grupo de científicos argentinos realizó una intrépida expedición en el fondo del océano argentino.
Transmisión en vivo desde las profundidades
Con cada inmersión del Rov SuBastian —el vehículo manejado de forma remota desde el barco, equipado con cámaras de alta definición y brazos robóticos— se transmitió todo en directo a través de YouTube. La exploración alcanzó profundidades cercanas a los 4.000 metros, en el cañón submarino de Mar del Plata.
Un legajo aún por desentrañar
Este domingo finalizará exitosamente la misión que ha contado con la participación de especialistas del Conicet, entre otros expertos. La transmisión en vivo ha generado una avalancha de interés, llegando incluso a superar el millón de visualizaciones en ciertos videos y acumulando multitud de comentarios en el chat del streaming. De allí surgió la idea de recibir a los científicos cuando desembarcaran en el Puerto de Buenos Aires.
Tal fue la fama alcanzada, con picos de más de 80.000 espectadores simultáneos y cobertura en medios como The New York Times, que los investigadores argentinos, junto con la fundación Schmidt Ocean Institute, decidieron pedir a la audiencia que no acudieran personalmente a recibirlos.
Desde la cuenta de Instagram del Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (Gempa) se explicó: “La campaña Talud Continental IV tuvo un impacto maravilloso y nos emociona ver el interés generado. Sabemos que muchos desean recibirnos, pero aún nos queda mucho por hacer: descarga de equipos, coordinación de fletes y cerrar la logística de la expedición”.
“Por ello, les pedimos con respeto y cariño que nos apoyen desde la distancia en esta conclusión, para que podamos completar todo sin demoras y regresar a casa cuanto antes”, añadieron para disuadir a los admiradores de acudir al esperado arribo.
Crónicas desde el fondo del océano
Una fascinación inesperada invadió a la audiencia, que incluso llegó a apodar a Natalia Costanzo, la bióloga y comunicadora científica, como “Coralina”. Ella, con su conocimiento y cálido tono de voz, lograba sorprenderse y sorprender cuando el Rov descubría criaturas raras. Sin embargo, también trasladaba la decepción con un “uyyy, no… se fue”, cuando alguna especie no lograba ser capturada como muestra.
La expedición fue bautizada como “Underwater Oases of Mar Del Plata Canyon: Talud Continental IV” y tuvo una duración de dos semanas a bordo del buque Falkor (too). Esta plataforma de investigación contó con la presencia de expertos del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), el Instituto de Biología de Organismos Marinos (Ibiomar), el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Iimyc) y el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (Ibbea).
Entre los primeros descubrimientos destaca la “Estrella Culona” o “Patricio Estrella”. Con su peculiar apariencia, esta estrella de mar fue todo un fenómeno en la transmisión marítima, ganándose un lugar entre los favoritos. La estrella, identificada posiblemente como una Hippasteria phrygiana —lo cual se confirmará después en el laboratorio—, se movía sobre el lecho marino con una actitud descrita como “lenta pero desafiante”, ganándose así su apodo debido a su “tonificada” apariencia.
También, se destacó el pepino de mar, conocido como “Batatita” por su tono violeta similar a un batata. Ante el enganche con el brazo robótico del Rov, los seguidores se preocuparon por su estado, que fue confirmado como “bien” tras su liberación cuidadosa. Los Benthodytes suelen medir alrededor de 10 centímetros, pero Batatita alcanzó los 30 centímetros.
Otras especies que captaron atención durante la transmisión incluye al Calamar volador rojo, posiblemente un Ommastrephes bartrami. Estos calamares, según la California Academy of Sciences, son capaces de salir del agua mediante la propulsión a chorro y “planean extendiendo sus aletas y brazos” para lograr una trayectoria estable en el aire.
Los Ctenóforos, con sus cuerpos gelatinosos y tentáculos, fueron confundidos con medusas debido a sus “luces” intermitentes. Estudios recientes, según lo publicado en Nature, indican que los Ctenóforos son los antepasados más lejanos de los animales actuales, datando su origen a más de 700 millones de años.
Un ejemplar que también suscitó interés fue la medusa Bentónica. Este cnidario gelatinoso, que flota a más de 3.000 metros, mostró una corona de tentáculos y una figura casi etérea que capturó la fascinación del público.
El pulpo “Dumbo”, llamado así por su parecido con el personaje de Disney, es del género Grimpoteuthis y capturó la imaginación de los científicos por su coloración rosa poco común. Santiago Krapovickas, el biólogo líder de la investigación, comentó sobre la novedad que representa documentar esta especie por primera vez en aguas argentinas.
Entre los crustáceos descubiertos se encuentran los “merenguitos” o langostillas —parientes de centollas y cangrejos—, que fueron llamados así por su color blanco similar al merengue.
En este reality del océano, se identificó también a una rayas Batiraja. Durante la transmisión, uno de los investigadores mencionó que se había capturado en video “el primer caso de un parásito en una raya de aguas profundas”.
Aunque las criaturas del fondo marino se despiden, la conexión y educación generada por los científicos en esta notable exploración de 4.000 metros bajo el mar quedará en la memoria de todos los que siguieron la misión en vivo.