“La vida es demasiado corta para montar motos que no te gusten.” Esta frase, tatuada en su Harley-Davidson, una Ultra Classic Limited que adquirió totalmente nueva, definía a Sergio Sirotka. Había personalizado su moto con los mejores accesorios disponibles, incluyendo un sistema de audio supremo con altavoces laterales y marcha atrás.
Sirotka, de 64 años, era un experto en motocicletas. Por eso, su muerte inexplicable en el circuito de Balcarce, que estaba en remodelación pero de todas formas fue abierto para el 7° Encuentro Internacional de la famosa marca norteamericana, es incomprensible.
Último homenaje de los motoqueros
El cortejo fúnebre fue escoltado este martes por una procesión de motociclistas. Partieron desde la YPF en el kilómetro 36,5 de la autopista Panamericana hasta el cementerio Parque Jardín de Paz, ubicado en Pilar.
Un sentimiento de tristeza y también de ira se palpaba, debido al estado del circuito “Juan Manuel Fangio” en las sierras de La Barrosa. “Era una tragedia evitable”, se escuchó decir entre los presentes.
Impacto de los accidentes pasados
El día anterior al accidente, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, inspeccionó las renovaciones del autódromo junto al alcalde local, Esteban Reino. Los informes oficiales mencionaron una inversión de 2.031 millones de pesos destinada a “asegurar” la protección, con la propuesta de que la pista sea nuevamente utilizada por el Turismo Carretera (TC), la competición más relevante del país.
La última competencia del TC, el 13 de noviembre de 2011, resultó en tragedia con el fallecimiento de Guido Falaschi, un joven de 22 años. Un accidente brutal en la zona del puente reveló las deficiencias estructurales del circuito.
El 1° de mayo de 2018, casi en el mismo lugar del accidente de Falaschi, el ciclista de Tres Arroyos Carlos Pidal, de 50 años, sufrió un golpe mortal con un bloque de cemento en un evento del Día del Trabajador. Falleció tras más de un año en estado crítico. Como Sirotka, esta tragedia también ocurrió en una pista en remodelación.
Un miembro del club de Harley-Davidson advirtió a Clarín: “El autódromo no era seguro para ser recorrido y permitieron el acceso de las personas”. Destacó que Sergio siempre se preocupó por la seguridad, ya fuese al volante o en sus empresas madereras.
La investigación fue clasificada como “muerte accidental” por Rodolfo Moure, fiscal a cargo en Balcarce. Al no haber terceros implicados, el caso penalmente se cierra. Sin embargo, la familia podría presentar una demanda civil.
La autopsia de Sirotka, según pudo acceder Clarín, indicó múltiples traumatismos, principalmente en el área torácica. Falleció el sábado en el Hospital Privado de la Comunidad, Mar del Plata.
Durante el accidente, llevaba casco protector. Su motocicleta pesaba unos 500 kilos y contaba con un motor potente de 128 pulgadas cúbicas, equipada con todas las protecciones necesarias.
Las autoridades policiales informaron que perdió el control de la moto, cayendo e impactando contra un montón de tierra propio de las obras del lugar. Amigos de la víctima sostienen que algo debió haber desestabilizado la moto, posiblemente un fuerte choque contra el montículo.
Pasión incondicional por Harley-Davidson
Sergio sentía una gran pasión por las motocicletas de Harley-Davidson. Escribió en Facebook que una Harley es como “una bestia grande y temperamental que reacciona a cada acelerón como un caballo salvaje”.
Describía las motos como potentes y demandantes, que desafían a quien las conduce a descubrir sus límites. “Montar una Harley y acelerar es vivir una experiencia única”, decía. Uno se siente renovado, irradiando seguridad y autoridad.
Para él, las Harley eran el “sueño americano sobre dos ruedas”, representando rebeldía y libertad. “Harley-Davidson ha dejado una huella indeleble en el ámbito del motociclismo y en la cultura global. No es casualidad que se mencione en la música, literatura y cine”, expresó.
En una entrevista para Choppers World de El Garaje TV, discutió sobre los desafíos de manejar su moto más grande en intersecciones y semáforos, pero confiaba en que era solo cuestión de práctica.
La visita al circuito de Balcarce fue parte de las celebraciones del 7° Encuentro Internacional de Harley-Davidson en Mar del Plata.
Durante el año, los clubes de Harley suelen organizar dos eventos destacados: uno en la Costa Atlántica y otro en Bariloche.
Sirotka no solía faltar a ninguno de estos encuentros y siempre estaba acompañado por su esposa Martha, con quien mantenía una relación de 36 años. A menudo agradecía su apoyo y amor incondicional.
La frase “La vida es demasiado corta para conducir motos feas” fue grabada en una pieza ornamental que cubría componentes del motor de su Harley.
Espíritu malvinero y generoso
Sirotka también tenía un espíritu solidario y auténtico. Participó en eventos para homenajear a ex combatientes de las Malvinas.
En 2023, tras 47 años de actividad, decidió cerrar su negocio Maderas Doble S en Caseros. Inició su carrera en el sector maderero con un aserradero en Misiones junto a su padre.
Era conocido por su generosidad y disposición a ayudar a los demás, sin esperar nada a cambio.
Sus viajes en moto abarcaron miles de kilómetros, no solo en Argentina, sino también en otros países, especialmente en Estados Unidos, donde consideraba tramitar la doble ciudadanía.
Según sus compañeros, “nunca fue de beber alcohol” y “detestaba el frío”. En las redes, Salvador Piorowicz lo describió como “amigo de todos, enemigo de nadie”.
EMJ
