El futuro de la enseñanza ha llegado a la Ciudad de Buenos Aires con la apertura oficial de Tumo Buenos Aires, un vanguardista centro de aprendizaje alternativo que busca revolucionar la manera en que los jóvenes interactúan con la tecnología y las artes digitales. Tumo, inspirado en el modelo exitoso de Armenia, tiene como objetivo capacitar a la nueva generación con destrezas esenciales para el siglo XXI, alejándose del enfoque tradicional de las aulas.
La acogida entre la juventud porteña ha sido impresionante: en esta fase inicial, 3.000 jóvenes se inscribieron en Tumo Buenos Aires, de los cuales, 1.000 comenzarán esta novedosa experiencia en julio. En el primer mes, los nuevos integrantes toman un curso de introducción que los familiariza con la innovadora metodología de enseñanza y les presenta las ocho disciplinas que pueden elegir.
“Los alumnos asisten dos veces a la semana, dedicando dos horas cada día. Cada uno puede inscribirse en hasta cuatro disciplinas, pero es posible trabajar en un máximo de dos al mismo tiempo”, explica Pedro Moneda, director de Tumo Buenos Aires, al diario Clarín.
Cada alumno tiene su propio equipo para trabajar y dos entornos de aprendizaje primordiales: los talleres y el aprendizaje independiente. “El programa ofrece dos opciones para avanzar en las disciplinas elegidas. Posteriormente, los estudiantes pasan a la fase de autoaprendizaje y después a los talleres”, aclara Moneda.
Un grupo de entrenadores acompaña a los jóvenes durante el autoaprendizaje, proporcionando apoyo cuando enfrentan dudas o inconvenientes. También supervisan la asistencia de los alumnos. “Con tres faltas sin justificar se pierde el turno, pero antes contactamos al estudiante para entender la razón de su ausencia”, añade Moneda, destacando el seguimiento individualizado.
Cada estudiante avanza según su propio ritmo en Tumo. No hay plazos estrictos ni calificaciones tradicionales. “Hay quienes finalizan en unos meses, mientras que otros tardan varios años. En promedio, lleva dos años y medio”, indican desde el centro. Esta flexibilidad permite que los estudiantes exploren las ocho disciplinas disponibles plenamente e incluso cambien entre ellas si descubren que una no les convence.
El sistema cuenta con dos niveles, que hay que completar para avanzar al siguiente. Al concluir cada etapa, los jóvenes deben presentar un proyecto que concluye con la creación de un portafolio personal. “Los proyectos se aprueban o no, pero no se califican con notas”, recalca Moneda, reafirmando la ideología de aprendizaje orientado al dominio y creatividad, sin la presión de evaluaciones numéricas.
Disciplinas favoritas: animación, juegos y robótica
Las experiencias en centros Tumo alrededor del mundo revelan que animación, diseño de videojuegos y robótica son las disciplinas más populares entre los estudiantes.
En Buenos Aires, aunque aún no hay datos concretos sobre preferencias debido al reciente inicio de actividades, se observa una clara tendencia en el perfil de los inscritos: el 80% procede de escuelas públicas, mientras que el 20% restante asiste a instituciones privadas. Esto destaca el impacto inclusivo seleccionado por el centro.
Voces juveniles: sueños de videojuegos y robots
La expectativa es palpable entre los primeros mil estudiantes que comienzan su recorrido en Tumo. Morena Luz Bacari, de 12 años y proveniente de Flores, expresa su entusiasmo sin ocultarse.
“Esto es lo que me encanta hacer. Me veo trabajando en una empresa de videojuegos en el futuro”, confiesa, aunque admite sentir un poco de nervios entremezclados con la emoción. “Además, quiero aprender un poco sobre robótica”, agrega, y sonríe al decir que prefiere estar en Tumo que en su escuela tradicional.
Joaquín García, de 13 años y residente en Barracas, comparte la misma pasión por el desarrollo de videojuegos, programación y robótica.
“Soy muy creativo y me gusta inventar cosas. Creo que esto me ayudará a mejorar mis inventos”, explica, reflejando el espíritu innovador que Tumo busca fomentar.
Otro amante de las computadoras es Brandon Acube, de 12 años, también de Barracas. “Me han gustado desde pequeño. Paso mucho tiempo con ellas. Me gusta desarmarlas. También quiero aprender a crear cosas, como robots”, comenta con admiración por el mundo de la programación y la robótica.
Estos testimonios iniciales ya reflejan la promesa de Tumo Buenos Aires: un espacio donde la curiosidad evoluciona en competencia y los sueños digitales comienzan a materializarse.
Un método educativo distintivo
A diferencia de las escuelas convencionales, Tumo opera como un centro de aprendizaje no formal y gratuito, dirigido a jóvenes de entre 12 y 18 años. Su metodología se centra en el autoaprendizaje y el desarrollo de proyectos, organizando el proceso en cuatro etapas principales:
Actividades de Autoaprendizaje: los estudiantes utilizan una plataforma digital interactiva para explorar diversos temas a su propio ritmo y realizar ejercicios que les permiten adquirir competencias básicas.
Talleres: una vez que dominan los principios fundamentales, los jóvenes participan en talleres prácticos encabezados por expertos de la industria. Aquí, aplican lo aprendido en proyectos concretos, colaboran en equipo y reciben retroalimentación personalizada.
Laboratorios: para los alumnos más avanzados, los laboratorios brindan la oportunidad de trabajar en proyectos de mayor escala, desarrollando soluciones innovadoras y colaborando con profesionales reales en la resolución de problemas complejos.
Proyectos de Portafolio: al concluir su camino, los estudiantes crean un portafolio de trabajos que demuestra sus habilidades y creatividad, convirtiéndose en una herramienta valiosa para su futuro académico y profesional.
Tecnología y arte al alcance de todos
Tumo Buenos Aires presenta un plan de estudios diverso que abarca disciplinas clave en la intersección de la tecnología y el arte:
Animación: desde la idea inicial hasta la producción de personajes y escenarios.
Desarrollo de Juegos: creación de videojuegos, diseño de niveles y programación.
Diseño Gráfico: uso de herramientas profesionales para la comunicación visual.
Desarrollo Web: programación, diseño de interfaces y creación de sitios interactivos.
Música: producción musical digital, composición y mezcla.
Robótica: creación, construcción y programación de robots.
Cine: desde el guion y dirección hasta edición y postproducción.
Programación: fundamentos de codificación y lógica computacional.
El centro está equipado con tecnología de última generación, incluyendo estaciones de trabajo de alto rendimiento, estudios de grabación, equipos de robótica y laboratorios de edición. Todo en un ambiente moderno y estimulante diseñado para promover la colaboración y la experimentación.
Impacto y anticipaciones
La llegada de Tumo a Buenos Aires es una excelente noticia para la educación argentina. Se espera que el centro no solo capacite a jóvenes con habilidades técnicas y creativas de vanguardia, sino que también fomente el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el trabajo en equipo, competencias fundamentales en un mundo en continua evolución.
Este modelo ha demostrado ser altamente efectivo en sus otras sedes internacionales, generando una nueva generación de profesionales innovadores y talentosos. Con Tumo Buenos Aires, la Ciudad se posiciona como un núcleo de innovación educativa en la región, abriendo un camino prometedor para miles de jóvenes que buscan ser protagonistas de su propio aprendizaje y del futuro digital.
En un futuro habrá lugar para 6.000 estudiantes. Durante esta primera fase, solo participan mil. El proceso de inscripción se realiza online, y los estudiantes son agregados a una lista de espera según su orden de registro. Cuando queda un espacio disponible, se contacta al siguiente en la lista.
Este programa educativo, orientado a jóvenes de 12 a 18 años, opera fuera del horario escolar formal y promueve el aprendizaje autodirigido. Las inscripciones están abiertas y se gestionan a través del sitio web oficial www.tumo.ar. El programa funciona durante todo el año, con un solo receso en las fiestas de fin de año.
MG