La historia de Ailing Hou parece salida de un cuento de hadas. Aunque parece más propia de la ficción, su seriedad y determinación no dejan lugar a dudas. Ailing es de origen chino, tiene 24 años y vive en Beijing, donde se dedica a enseñar inglés a niños de primaria.
Un encuentro inesperado con el fútbol
A pesar de no pertenecer a un país con gran tradición futbolística, Ailing se enamoró del fútbol a los nueve años al descubrir a Messi durante el Mundial de 2010 en Sudáfrica. En aquel torneo, la selección liderada por Diego Maradona fue eliminada por Alemania: “Desde entonces empecé a sentir una conexión especial con Argentina. Me fascinaba ver a Messi tanto en el Barcelona como en la selección. El fútbol, gracias a Lionel, se convirtió en una pasión inesperada para mí, especialmente después de lo que he vivido recientemente.”
Siguiendo a su ídolo alrededor del mundo
En 2013, decidió seguir las andanzas del equipo argentino durante un partido contra Australia que se celebró en China. “Argentina ganó 2-0 y Messi marcó el gol más rápido de su carrera”, relata con orgullo, demostrando su pasión y conocimiento del equipo.
En 2024 se aventuró a viajar a Miami para presenciar la final de la Copa América entre Argentina y Colombia. “Ver a los futbolistas argentinos es una inspiración; en la cancha muestran una gran solidaridad. Aprendo mucho de ellos”, comenta Ailing. Sin embargo, recuerda que junto a una amiga atravesaron momentos difíciles en aquel partido.
El encuentro con Clarín tuvo lugar en Abasto, ya que Ailing lleva diez días en Argentina, residiendo cerca de La Plata. “En aquel evento en Miami -cuenta en inglés, pues no habla español-, unos aficionados colombianos nos agredieron. Nos insultaron y se burlaron de nosotras, haciendo gestos ofensivos y querían robarnos nuestros asientos adquiridos legítimamente”, rememora ella.
Un gesto de valentía inesperado
La atmósfera en torno al Hard Rock Stadium era densa y hostil, y Ailing explica que el acoso persistía, “con comentarios racistas” hasta que un joven argentino intervino para defenderlas. “Fue muy valiente, se plantó frente a ellos y logró que se fueran. Este joven se quedó a nuestro lado todo el tiempo con una actitud conmovida y decidida”, relata.
Agradecida, Ailing le sonrió pero nunca llegó a conocer su nombre porque lo perdió de vista entre las celebraciones. “Quise hablarle, pero el idioma fue una barrera. Solo pude tomar un par de fotos para no olvidar su cara, convencida de que alguna vez sabría quién era y dónde vivía. Ahora, más de un año después, me frustra no haber conseguido esa información dada mi segunda visita a Argentina”, afirma.
En marzo, Ailing llegó por primera vez a Argentina con la ilusión de ver a la selección enfrentar a Brasil en el marco de las Eliminatorias del Mundial 2026. “Pensé que sería fácil, pero el estadio estaba lleno. Intenté hallar a mi salvador en las mismas ubicaciones que estuvo aquel día en Miami”, añade.
Sus amigos le sugirieron contactar a periodistas deportivos con gran presencia en redes sociales, como Morena Beltrán y Esteban Edul, esperando que publicaran su foto para ayudar a encontrar al joven, pero no recibió respuesta. Ailing no se dio por vencida; visitó las sedes de varios clubes de fútbol en Argentina mostrándoles la foto y explicando su misión con ayuda de un amigo.
Durante su segunda estancia en el país, planeó un viaje al interior para explorar otras regiones. “La intención principal sigue siendo encontrarlo, pero mis amigos me sugirieron aprovechar el viaje para conocer otras partes del país. Les hice caso, pues tienen razón”, menciona.
Recientemente, Ailing se dirigió a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) llevando una carta y una foto suya, aprovechando también para tomar una imagen con la Copa del Mundo de Qatar 2022. La carta explicaba la situación y solicitaba su ayuda para encontrar al joven que las defendió.
Consultada sobre sus expectativas, Ailing comenta que planea invitar al joven a visitar China como una forma de agradecerle. Pretende cubrir los gastos del viaje y estadía, aclarando que no es un gesto romántico, sino una muestra de gratitud y amistad.
Todavía le quedan semanas de vacaciones, durante las cuales planea asistir al próximo partido de Argentina contra Venezuela el 4 de septiembre. Aunque debería regresar pronto a Beijing para retomar su trabajo, está considerando la posibilidad de continuar enseñando en línea para alargar su estancia: “Espero encontrarlo, sería un merecido premio a mi insistencia”.
Una amiga argentina comenta: “Ailing nunca se da por vencida. A veces es terca hasta el extremo, pero eso parte de su cultura; la mujer china es persistente y no se rinde fácilmente”. La misión parece imposible, pero Ailing aún espera que su historia se difunda en redes sociales y le permita rastrear al joven. Sin embargo, se lamenta: “Es probable que regrese a China sin haberlo encontrado”.