Posee más de 160 guitarras eléctricas y desea inaugurar el primer museo especializado del país

Desde hace años, los atractivos más significativos de Tapalqué, como el complejo termal, el paseo a lo largo del arroyo y las icónicas tortas negras de Don Chito, han ocupado un lugar destacado en la región. Sin disputar estos lugares de renombre, Pilo Santos, polifacético músico, luthier y educador, podría unirse a estos emblemas. Santos es conocido entre los visitantes más como guía de historia en el Museo y Conservatorio Municipal que como guardian de valiosas piezas de la música nacional.

La pasión por las guitarras eléctricas

Este apasionado músico de 52 años resguarda más de 160 guitarras eléctricas nacionales, producidas desde el florecimiento de esta industria en Lanús en los años 50, gracias a la familia de carpinteros Yakimczuk. La colección que estima más que nada necesita un museo accesible al público, lo que sería la materialización del mayor de sus anhelos.

Pilo Santos mantiene viva la esperanza y dedica tiempo a la restauración de cada guitarra de colección que llega a sus manos. Alterna esta actividad con su pasión por la música como autodidacta, demostrando habilidad para diversos instrumentos de cuerdas, así como para la armónica, batería y teclados. Es un talento ampliamente reconocido por músicos visitantes que llegan a Tapalqué y lo invitan a tocar juntos en el escenario.

Encuentros musicales memorables

Entre los momentos musicales entrañables, Santos rememora emocionado cuando acompañó a Jaime Torres con un segundo charango, encendiendo el ánimo del público con el conocido huayno “El humahuaqueño”. Según Santos, existen solamente dos tipos de música: la de calidad y la que no, alineándose así con la filosofía del legendario Duke Ellington en la esfera del jazz.

Parte de la colección de guitarras eléctricas de Pilo Santos.

Su colección incluye piezas notables como una guitarra que perteneció al grupo uruguayo Los Iracundos, artífices de celebraciones populares a fin de los ’50 y durante tres décadas más. Otra pieza destacada es de La Cofradía de la Flor Solar, una agrupación artística que albergó a renombradas figuras como el periodista Miguel Grinberg y los guitarristas Kubero Díaz y “Skay” Beilinson.

Además, cuenta con un instrumento singular de doble mástil que habría sido utilizado en un ensayo de Luis Alberto Spinetta. También posee una guitarra artesanal elaborada por Emilio Cormillot -padre del famoso médico- quien, entre 1958 y 1960, contribuyó con la marca Millot a la naciente industria de guitarras desde su taller en Villa Luro.

Pilo Santos en su rol de guía histórico, en el Museo y Conservatorio Musical de Tapalqué.

Testimonio viviente de la historia de las guitarras

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Santos es una fuente inagotable de conocimiento sobre la historia y los aspectos técnicos de las guitarras eléctricas autóctonas. En charlas y redes sociales, comparte cómo esta industria vivió su época dorada en Argentina con el impulso de Billy Bond y sus Cometas, Elvis Presley, y posteriormente los Beatles y los Rolling Stones. Con la apertura de la fábrica Yakim -la primera en su clase en América Latina- y otras empresas de renombre, Lanús se transformó en un epicentro del oficio a partir de 1956.

Guitarra Martinelli de fines de la década del ’50, de la colección de Pilo Santos.

El auge se prolongó hasta finales de los 80 e inicios de los 90, cuando la importación comenzó a impactar, y pocos luthieres lograron mantenerse. Santos comenta: “Hoy en día, muchas guitarras disponibles en el mercado argentino son importadas. Pese a su calidad, el costo de algunas iguala al de los modelos personalizados fabricados por nuestros luthieres locales”.

Ante la escasez de fabricantes industriales, el mundo minucioso y artesanal de estos expertos incluye a renombrados como Paulo Yakimczuk -heredero de los pioneros- y Daniel Oscar Hunko, creador de las guitarras DOH, que en 1994 inauguró su taller en Lanús y ha pasado esta tradición a sus hijos.

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El esfuerzo por destacar el valor histórico y artístico de estas guitarras requiere cada vez más tiempo de Santos. Esto le llevó a dejar de organizar el festival “Tapalqué Rock”, que desde 2004 a 2024 reunía a bandas de la región y atraía a una gran cantidad de seguidores.

Pilo Santos rodeado de guitarras eléctricas.

En cada conversación casual, Santos suele compartir su conocimiento. “En las primeras guitarras nacionales se usaban perillas de radio para controlar el volumen, tono y otros elementos. Ahora ya no, pero aún empleamos guatambú para los mástiles, y madera de lenga o cedro para los cuerpos, con cuerdas de nailon y acero”, explica.

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Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Nam lacinia praesent vel fringilla dolor, quis elementum justo. Quisque ac urna euismod, fermentum turpis et, bibendum sapien. Cada detalle que revela Santos habla del amor por la música que le fue inculcado por su padre, compositor y cantante, a quien perdió en 2001 a los 55 años. Con gran cariño recuerda esas reuniones familiares donde la guitarra criolla era protagonista después de los asados, siendo la base de su carrera multifacética como músico.

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