Identifican el origen de los deseos alimenticios y el concepto de “ruido alimentario” en el cerebro por primera vez

Descubriendo los Impulsos Alimenticios

Por primera vez, científicos en Estados Unidos han logrado medir la actividad cerebral humana para resolver un enigma antiguo: ¿cómo surgen de repente esos deseos de comer algo específico, y cómo se conecta esta sensación con lo que llaman “ruido alimentario”?

Los investigadores consiguieron identificar las variaciones en las señales eléctricas del cerebro en personas que sufren obesidad severa y han experimentado constantemente “ruido alimentario”. Esto les permitió apagar patrones de actividad cerebral relacionados con los antojos de comida.

El estudio define el “ruido alimentario” como pensamientos obsesivos e intrusivos sobre la comida. Esta investigación es pionera en utilizar electrodos para medir directamente cómo opera este fenómeno en el cerebro.

Investigación Preliminar

El trabajo fue desarrollado por Amber Alhadeff, una neurocientífica del Centro Monell de Sentidos Químicos en Filadelfia, junto con Casey Halpern, un neurocirujano de la Universidad de Pensilvania. Los resultados se publicaron en Nature Medicine.

El objetivo de los investigadores fue evaluar si la estimulación cerebral profunda, un tratamiento que aplica una corriente eléctrica leve directamente al cerebro, podría reducir la alimentación compulsiva en individuos con obesidad para quienes la cirugía bariátrica no ha sido eficaz.

Imagen de voluntarios con obesidad. Foto: Shutterstock

Se colocó un electrodo en el núcleo accumbens, una zona del cerebro asociada al sentimiento de recompensa, y que también expresa el receptor GLP-1. Este tipo de electrodo ya se utiliza para tratar ciertas formas de epilepsia, permitiendo registrar la actividad eléctrica y aplicar corriente cuando es necesario.

Resultados del Estudio

En los dos primeros participantes, se observó que los momentos de ruido alimentario intenso coincidían con un incremento de actividad cerebral de baja frecuencia. Este patrón podría actuar como un indicativo de los antojos compulsivos de comida, según el estudio publicado en Nature.

Una tercera participante, una mujer de 60 años, empezó a tomar una dosis alta de tirzepatida, recetada para su diabetes tipo 2, antes de recibir el implante del electrodo. En los meses siguientes, mientras tomaba el medicamento, desaparecieron sus impulsos de comer de manera compulsiva.

Quizás también te interese:  Científicos argentinos logran un avance significativo en el Alzheimer con IA

Casey Halpern destacó lo llamativo que fue observar la ausencia de ansiedad vinculada a la comida en alguien con un largo historial de antojos, señalando que esto estuvo precedido por un notable silencio en el núcleo accumbens en términos de actividad eléctrica observada.

Seis meses después de la implantación de los electrodos, los investigadores advirtieron que el tipo de actividad cerebral relacionada con la compulsión alimentaria empezó a intensificarse en el cerebro del tercer participante.

Un Signo de Precaución

Esto planteó la posibilidad de que era una alerta sobre el inminente regreso de los deseos de comer. Tal como se esperaba, la señal característica reapareció justo antes de que se manifestaran nuevamente los antojos y la pérdida de control alimenticio, explicó Halpern.

El descubrimiento de este biomarcador neuronal podría ser indicativo por preceder a la reaparición de la ansiedad relacionada con la comida, señaló Alhadeff, añadiendo que sería necesario confirmar este hallazgo en un grupo más amplio de personas.

A pesar de seguir con tirzepatida, los antojos regresaron, lo que sugiere que podría haberse desarrollado tolerancia al efecto del medicamento o que los receptores GLP-1 se hayan insensibilizado, de acuerdo con las declaraciones del investigador Hölscher.

Quizás también te interese:  Investigadores en Argentina logran resultados positivos con virus del resfriado en tratamiento de cáncer común

Halpern espera que estos avances motiven a las farmacéuticas a desarrollar medicamentos que aborden directamente el ruido alimentario. En la actualidad, los tratamientos están diseñados principalmente para la pérdida de peso, y si bien ayudan temporalmente a quienes experimentan este problema, podrían no ser efectivos a largo plazo.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad