Una Barrera Natural con Impacto en la Quimioterapia
El cáncer se manifiesta como una enfermedad compleja con múltiples facetas difíciles de comprender por completo. Un aspecto en particular es la eficacia variable de la quimioterapia entre distintos pacientes. Sorprendentemente, el cerebro juega un papel crucial en este fenómeno. Este órgano está protegido por un sistema de defensa que los expertos describen como “un guardia custodiando una discoteca exclusiva”.
La Barrera Hematoencefálica: Un Sistema Selectivo
Conocida como barrera hematoencefálica, esta capa densa de células rodea los vasos sanguíneos cerebrales y permite la entrada de nutrientes esenciales, mientras bloquea la mayoría de los patógenos que podrían dañar el cerebro. Sin embargo, existen excepciones, como las bacterias causantes de la meningitis bacteriana. Recientemente, un estudio sobre cáncer ha desvelado que este entorno cerebral es menos estéril de lo esperado.
La Presencia Bacteriana en Tumores Cerebrales
Investigadores del Instituto Weizmann, Israel, han inspeccionado numerosos tumores cerebrales humanos y han descubierto que un conjunto de bacterias logran penetrar esta “barrera”, estableciéndose dentro de los tumores cerebrales y sus metástasis. Esta invasión bacteriana influye en la eficacia de tratamientos como la quimioterapia.
Descubrimientos del Estudio
Dirigido por Ravid Straussman del Instituto Weizmann, en cooperación con los Centros Médicos Rabin y Rambam, este estudio publicado en Nature Cancer, demuestra un vínculo entre la cantidad y diversidad bacteriana en tumores cerebrales metastásicos y la supervivencia de los pacientes. Además, indica que algunas especies bacterianas pueden conferir resistencia a los tumores contra el tratamiento.
En la última década, se ha consolidado la evidencia de que diversas bacterias habitan en varios tipos de tumores cancerígenos. En 2020, el equipo de Straussman descubrió bacterias dentro de células cancerosas de múltiples órganos, incluyendo el cerebro. No obstante, las bacterias en tumores cerebrales aún requieren investigación profunda, según los expertos.
La investigación, liderada por Elinor Gigi, estudiante de doctorado, con el apoyo de Nancy Gavert del laboratorio de Straussman, se centró en la composición bacteriana de glioblastomas y metástasis cerebrales, especialmente provenientes de cánceres de pulmón y mama.
En Nature, se publicó cómo analizaron 322 muestras de glioblastomas y metástasis cerebrales, encontrando bacterias dentro de células cancerosas e inmunitarias. “Las metástasis albergan una mayor diversidad bacteriana que los glioblastomas, revelando un mayor número de especies”, señalaron los científicos.
Straussman comentó: “Hemos identificado que distintas especies bacterianas prevalecen en los diferentes tipos de tumores cerebrales, lo que apoya la teoría de poblaciones bacterianas únicas en distintos tumores”.
A pesar de la firme reputación de la barrera hematoencefálica, los expertos se cuestionan si algunas bacterias en metástasis cerebrales llegaron desde los tumores primarios.
Straussman añadió: “El cáncer puede comprometer la barrera hematoencefálica, permitiendo que ciertas bacterias ingresen a células tumorales. Otra posibilidad es que las bacterias de los tumores primarios migren al cerebro junto con las células metastásicas”.
El estudio también demostró que la ubicación de las metástasis en el cerebro se relaciona con su riqueza bacteriana. Las áreas posteriores presentan mayor diversidad bacteriana, en contraste con las zonas anteriores.
Impacto de las Bacterias en el Tratamiento
El progreso en la oncología ha sido notable, pero los tratamientos contra el glioblastoma, como cirugía, radioterapia y temozolomida, han cambiado poco en varias décadas. El estudio investigó si las bacterias afectan la eficiencia del tratamiento cultivando 30 especies bacterianas de glioblastomas.
Al tratar las células cancerígenas con temozolomida, las secreciones bacterianas alteraron la eficacia del medicamento. Por ejemplo, secreciones de Bacillus confirieron resistencia al tratamiento.
Además, se observó que la supervivencia de los pacientes con metástasis cerebrales se relaciona con las comunidades bacterianas. Pacientes que vivieron menos de un año tenían una mayor riqueza bacteriana en sus tumores que aquellos que superaron los dos años. El género Paracoccus era predominante en sobrevivientes de menor tiempo.
El Dr. Straussman concluyó: “Este descubrimiento de comunidades bacterianas en tumores cerebrales obliga a reconsiderar su papel potencial en el cáncer. Es crucial investigar si existen bacterias en un cerebro sano y cómo afectan cada órgano del cuerpo en condiciones sanas y enfermas”.
