Spicomellus afer, el anquilosaurio más vetusto hallado en el mundo y el primero descubierto en el continente africano, fue inicialmente descrito en 2021 a través de una costilla. Actualmente, gracias a nuevos restos de este dinosaurio que habitó hace 165 millones de años en el período Jurásico, se ha logrado completar su apariencia singular, desatando así nuevas preguntas entre los paleontólogos.
El fósil fue descubierto cerca de la localidad de Boulemane, en Marruecos, y desde entonces ha desafiado las teorías previas sobre la evolución de los anquilosaurios, aquellos dinosaurios herbívoros reconocidos por sus enormes acorazados protectores que utilizaban para protegerse de los depredadores.
Una armadura nunca vista antes
El profesor Richard Butler, de la Universidad de Birmingham y codirector del estudio, comentó a The Guardian que Spicomellus afer está completamente cubierto de púas a lo largo de su cuerpo. Posee un conjunto distintivo de púas alrededor de su cuello, un enorme collar defensivo desproporcionado en relación con el resto de su cuerpo, además de púas más pequeñas que sobresalen de sus costillas y lo que habría sido una especie de arma al final de su cola.

Los restos de la armadura del Spicomellus (Museo de Historia Natural, Londres)
Butler explicó que colocaron el esqueleto completo sobre una mesa para deducir la disposición de sus partes, lo cual era algo completamente nuevo. “El collar de púas es especialmente llamativo y parece totalmente exagerado, dificultando potencialmente la vida del animal”, sostuvo Butler.
El significado de Spicomellus en la evolución de los anquilosaurios
El análisis de estos vestigios muestra que los anquilosaurios más antiguos registrados del Jurásico Medio (hace 175-162 millones de años) tenían una armadura corporal única, con un collar de espinas de más de un metro -características nunca vistas en otros vertebrados o en los anquilosaurios del Cretácico (143-66 millones de años) que vivieron en América del Norte y Asia.
Se han descubierto seis costillas con espinas adheridas, un collar óseo con placas y dos pares de espinas (una de 87 cm de longitud) y un escudo pélvico con espinas largas y cortas.
La investigación, liderada por Susannah Maidment del Museo de Historia Natural de Londres e investigadora en la Universidad de Birmingham, ha confirmado que el espécimen encontrado poseía una armadura dérmica sumamente sofisticada.
Maidment comentó que descubrir una armadura tan compleja en un anquilosaurio primitivo altera nuestra comprensión de la evolución de estos dinosaurios y resalta la importancia de los dinosaurios africanos en este contexto.
La descripción indica que el animal tenía espinas óseas que se fusionaban y proyectaban desde todas sus costillas, algo nunca documentado en otra especie de vertebrados, vivos o extintos.

Los restos de la armadura del Spicomellus (Museo de Historia Natural, Londres)
Los investigadores consideran que las espinas descubiertas, que medían 87 centímetros y se proyectaban del collar óseo en torno a su cuello, habrían sido aún más impresionantes durante la vida del dinosaurio.
Maidment agregó que nunca se había observado una característica similar en ningún animal, lo que lo hace especialmente peculiar por tratarse del más antiguo anquilosaurio conocido. Se podría esperar que especies posteriores presentaran características parecidas, pero no fue así.
Los investigadores sugieren que los rasgos de Spicomellus podrían haber servido para exhibición, atrayendo parejas o intimidando rivales, y también para defensa.
Es posible que el crecimiento de los grandes dinosaurios carnívoros en el Cretácico y otros depredadores como mamíferos grandes, cocodrilos, y serpientes, haya llevado a que la armadura de los anquilosaurios en ese periodo optimizara su funcionalidad defensiva.
El equipo cree que una de las características defensivas que la especie retuvo en su evolución del Jurásico al Cretácico fue la cola. Aunque no se ha hallado completa, los restos sugieren la presencia de un mazo o cola defensiva.

Los restos de la armadura del Spicomellus (Museo de Historia Natural, Londres)
La presencia de un arma en la cola y un escudo que cubría las caderas indica que ciertas adaptaciones clave de los anquilosaurios ya estaban presentes en la época de Spicomellus, concluyen los especialistas.
Los restos de Spicomellus afer de este estudio fueron limpiados y preparados en el Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Dhar El Mahraz en Fez, Marruecos, donde se almacenan actualmente.
Butler recalcó un grave problema con la caza furtiva de fósiles en Marruecos, indicando que partes de este espécimen han sido vendidas en mercados europeos y norteamericanos. Es lamentable, ya que probablemente una cantidad significativa del espécimen haya llegado al mercado, a menudo comprada por individuos adinerados, cerró Butler.