Durante las primeras semanas de 2025, el Ministerio de Salud nacional ha lanzado dos advertencias sobre enfermedades que se pensaban controladas, pero que están resurgiendo de manera incierta. La ciudad de Buenos Aires es el epicentro del sarampión, mientras que la hepatitis A también ha mostrado un incremento. Una tercera preocupación es el aumento de casos de tos convulsa, y las autoridades instan a la población a mantener sus vacunas actualizadas.
Rebrote de sarampión
El incremento de casos de sarampión no es exclusivo de Argentina, ya que en América del Norte también se ha registrado un caso mortal en 2025. En Argentina, los casos se concentran en el barrio de Palermo, sumando un total de seis, lo que ha llevado al Ministerio de Salud a emitir una alerta epidemiológica a partir del 1° de febrero.
El primer caso conocido fue una niña de 6 años que había estado de viaje en Rusia realizando escalas en Dubái, Vietnam y Río de Janeiro. Su hermana pequeña, de 20 meses, fue la siguiente en enfermarse. El tercer contagiado fue una persona de 40 años, sin historial de viajes, residente en una cercanía a los casos previos en Palermo.
El 21 de febrero se reportó el cuarto caso; una adolescente de 18 años sin historial de viaje, también vecina de los afectados anteriores. Posteriormente, dos adolescentes más, de 19 y 16 años respectivamente, contrajeron la enfermedad. Todas las infecciones fueron resultado de exposiciones directas entre estos individuos. Un solo caso condujo a neumonía, necesitándose hospitalización.
En respuesta a los nuevos casos de sarampión, el Ministerio de Salud de Buenos Aires ha recomendado a la población revisar sus carnets de vacunación y asegurarse de haber recibido al menos dos dosis de la vacuna contra el sarampión. Además, se aconseja acudir inmediatamente al médico ante síntomas como fiebre y exantema.
La vacunación es crucial para controlar el sarampión, la hepatitis A y la tos convulsa.
El Ministerio de Salud explica que el sarampión, una enfermedad viral altamente contagiosa, puede afectar a personas de todas las edades, siendo especialmente grave en niños menores de 5 años o desnutridos. En ellos, puede causar graves problemas respiratorios como neumonía y del sistema nervioso central, que en casos extremos pueden ser mortales.
El virus se propaga mediante partículas del aire provenientes de una persona infectada al toser o estornudar, y puede mantenerse activo y contagioso hasta por dos horas en el aire. No hay un tratamiento antiviral específico, solo medidas de apoyo clínico para tratar sus complicaciones, pero la vacunación previene su transmisión.
Preocupación por la hepatitis A
La hepatitis A también ha visto un aumento en casos este año, afectando principalmente a personas de 20 a 39 años, hecho que ha llevado a las autoridades sanitarias a enfatizar la importancia de mantener la vacunación actualizada.
Comparando las cifras actuales con las de años recientes, la situación es alarmante. Entre 2019 y 2023, el promedio fue de 31 casos anuales, con variaciones de 10 en 2021 a 55 en 2022. En 2024 hubo un repunte con 69 casos, rebasando el umbral de alerta en la semana 39. En 2025, el número de casos superó las expectativas.
Con la enfermedad ya en zona de brote, se reportan cuatro nuevos casos cada semana, totalizando 24 en lo que va del año. La hepatitis A es una inflamación del hígado causada por un virus que se transmite principalmente por vía fecal-oral, ya sea por ingerir alimentos o agua contaminados o contacto oral-anal durante el sexo.
A diferencia de otros tipos de hepatitis, esta no evoluciona a una enfermedad hepática crónica, aunque puede resultar incapacitante y, en casos raros, mortal debido a una hepatitis fulminante.
Números recientes sugieren que las tasas de vacunación en Argentina han disminuido. Vanesa Castellano, pediatra y directora médica de la Fundación Vacunar, señala que el avance en inmunización requiere un esfuerzo conjunto del sistema de salud, la comunidad y los profesionales, considerando la vacunación como fundamental para prevenir el retorno de enfermedades controladas o erradicadas.
Alerta de tos convulsa
La tos convulsa, también conocida como pertussis, sigue siendo una amenaza para la salud pública, especialmente en niños, aunque adolescentes y adultos también pueden verse afectados. En los primeros meses de 2025, se han confirmado 19 casos en el país, tras no registrar ninguno el año anterior en el mismo período.
Ni la infección natural ni la vacunación ofrecen inmunidad permanente, por lo que se necesita una alta cobertura de vacunación entre todas las edades. Estudios epidemiológicos han vinculado la vacunación subóptima con el resurgimiento de esta enfermedad en los últimos años.
Aquellos que se infectan con la bacteria de la tos convulsa, además de sufrir consecuencias para su salud, pueden propagar el patógeno a su comunidad. Aunque la vacunación protege a muchos, hay casos en los que los niños no completan su esquema de vacunación o no pueden ser vacunados, aumentando el riesgo de brotes.
Castellano menciona que, para proteger a los más vulnerables, la vacunación de la madre con la triple bacteriana acelular durante el embarazo se ha promovido desde hace más de una década.