A treinta días del espectacular incendio que conmocionó a Ezeiza, causando uno de los panoramas más desoladores en años recientes, los nuevos hallazgos apuntan a una fuga dentro de Logischem como resultado de una seria negligencia. Con la causa judicial en punto muerto, la frustración de los habitantes del área se intensifica. Nadie asumió la responsabilidad por los perjuicios y la investigación sigue sin ofrecer respuestas claras.
El fuego se originó el 14 de noviembre a las 20:52 en Logischem, localizado en el área industrial de Ezeiza. La primera explosión destruyó el techo de la empresa y, apenas unos segundos después, se produjo una segunda explosión de gran alcance que afectó a edificios de compañías vecinas como Iron Mountain, Larroca Minera, Almacén de Frío, El Bahiense, Industrias Lago, Aditivos Alimentarios y Sinteplast.
Las llamas se propagaron rápidamente e incontroladamente durante toda la noche del viernes, alcanzando alturas de más de 20 metros, lo que requirió la participación de más de 900 personas y unas 70 dotaciones de bomberos. Cerca de 20 personas resultaron heridas, aunque no se reportaron fallecimientos.
Causas posibles del incendio
Nuevos elementos comienzan a aclarar el caos de aquella noche, señalando un potencial derrame como el origen del siniestro. Entre el personal de la petroquímica, se menciona una fuga como el desencadenante. Aquel día, un contenedor intermedio con peróxido (agua oxigenada de alta concentración) se derramó por la mañana y empapó varios pallets de madera.
De acuerdo con los empleados, la gerencia de Logischem estaba al tanto de la fuga y aún así no se dio la orden de reemplazar los pallets. “La decisión tomada fue errónea. La limpieza fue inadecuada y el derrame persistió. Están intentando convencer a todo el personal de que se trató de un fallo eléctrico”, asegura un exempleado que guarda su identidad en secreto por seguridad.
En una grabación obtenida por Clarín, otro trabajador explicó que el incendio inició a causa del derrame de agua oxigenada: “Había pallets muy cerca y una línea ya estaba en llamas.” Su voz suena quebrada, pide disculpas y detalla que intentaron utilizar los extintores y la manguera, pero ya no había nada que hacer. Las llamas se expandieron en cuestión de segundos.
Según un especialista, si el líquido permanece en la madera sin ser limpiado correctamente, esta comienza a activarse lentamente: “La humedece, la calienta y eventualmente se enciende.” El fuego de los pallets llegó al fósforo rojo y blanco que también estaban almacenados junto al peróxido en el área siete del depósito.
Esta combinación de químicos habría provocado una explosión que se sintió a 15 kilómetros de distancia, lanzando estructuras de metal de empresas como El Bahiense o Industrias Lago y astillando vidrios en comercios y residencias.
Errores críticos del personal
“No sé qué mostrarán las pericias, pero está claro que fue por el derrame y la mala actuación del personal”, expresa el exempleado. Por el momento, los trabajadores de Logischem han recibido sus sueldos y están a la espera de saber si retomarán sus labores.
Adicionalmente, el exempleado indicó que estos incidentes se deben a la falta de formación del personal en cuanto a seguridad e higiene laboral: “Despidieron a todos los que tenían experiencia, un poco de antigüedad y dejaron personal nuevo, con menos de tres meses en la empresa, empleados por agencia.”
En consecuencia, el personal no conocía los procedimientos adecuados para manejar derrames de este tipo. “No estaban cualificados ni capacitados. Es como lanzar una moneda al aire y dejarlo al azar. Es una locura”, concluyó.
Este medio intentó contactar con tres representantes distintos de la empresa de logística relacionada para obtener su perspectiva sobre los hechos, pero al cierre de esta nota solo uno respondió sin ofrecer comentarios sobre lo ocurrido.
Los informes no llegan y la incertidumbre crece
La fiscal Florencia Belloc del Departamento Judicial Lomas de Zamora está a cargo del expediente y confirmó a Clarín que las pericias “aún no terminaron” y que ni siquiera concluyó la etapa de recolección de evidencia. “Es bastante ardua la tarea de los bomberos, el escenario es bastante complejo, por ende, la tarea es minuciosa y lenta, pero muy prolija”, explicó.
Calcula que recién dentro de dos o tres semanas podrán terminar de reunir toda la prueba física y contrastarla con la digital incorporada al expediente. “No es inmediato”, aclaró.
“Nadie se hizo cargo”
Pablo, quien vive frente al parque industrial de Ezeiza, relata que la onda de la explosión le rompió las ventanas de su vivienda y, tras los cortes de energía, tanto su refrigerador como su lavadora dejaron de funcionar correctamente. “Nunca vinieron a mi casa, nadie asumió la responsabilidad”, detalla indignado.
La reparación de la nevera le costó 250,000 pesos y cambiar los vidrios de su hogar aproximadamente 100,000 pesos. “Nadie me compensó por nada”, continúa su reclamo.
En cuanto a lo sucedido, recuerda: “Estaba sentado en la mesa cuando me explotaron los vidrios, todavía me duelen los oídos”. Desde aquel día, Pablo experimenta un constante zumbido en sus oídos.
Marina, otra residente del área, también sufrió daños en su hogar. “Tengo 10 vidrios rotos. No creo que los reparen o hagan algo”, expresa resignada. La señora tuvo que gastar la considerable suma de 340,000 pesos de su bolsillo para reemplazar todas las ventanas de su casa. Hasta ahora, ni el municipio ni la empresa Logischem han contactado a los afectados para ofrecerles cubrir los daños causados.
