Un grupo de tres trabajadores de seguridad atravesaba un río a bordo de una furgoneta en San Juan. Era el jueves por la noche, justo antes del inicio de su jornada laboral. Se embarcaron en una aventura arriesgada. La corriente estaba fuerte y con ella llegaba el peligro. La crecida golpeó violentamente el vehículo. Dos de los ocupantes lograron llegar a la orilla. El tercero, Salvador Daniel Olivares, no corrió la misma suerte.
La búsqueda de Olivares duró casi dos días completos. Finalmente, fue hallado el sábado por la mañana, a más de 10 kilómetros de distancia. “Me agarré de un tronco y me dejé llevar por la corriente”, relató desde el hospital, donde fue ingresado para observación.
Una noche horrenda: el inicio del calvario
Salvador Daniel Olivares, de 50 años, es guardia de seguridad y reside en Pocitos. El jueves a las 21:30 continuaba con su labor para Energía Provincial-Sociedad del Estado, en las áreas rurales de Pachaco, a 60 kilómetros al noroeste de la capital provincial. Sin prever la tormenta, decidió surtir la ruta entre dos campamentos. Durante su recorrido debía cruzar un brazo del río San Juan, que tenía aproximadamente 150 metros de anchura.
Olivares lideraba el grupo, compuesto también por Jorge Olmos y Eric Alfredo Morales, y se encontraba al mando del vehículo. Superaron una primera sección del río, pero al intentar cruzar la segunda, la furgoneta se vio atrapada y quedó de lado.
Al intentar sacar la camioneta de esa situación, la temida crecida hacía su aparición. No solo era agua; también tierra y piedras que bajaban de las montañas. La fuerza del río arrastró la camioneta, cada vez más incontrolable, amenazando también a sus ocupantes. Los tres salieron de la cabina y subieron al techo, pero el agua continuaba subiendo y el vehículo descendía.
Sobreviviendo en la adversidad
Cuando el vehículo quedó completamente sumergido, los ocupantes saltaron al agua para intentar llegar a la orilla. Olmos tuvo éxito, pero Morales y Olivares no lo consiguieron de inmediato. Juntos, trataron de ayudarse, pero una roca golpeó a Olivares, separándolo de Morales y empezó su deriva.
Cayendo al agua y siendo golpeado por las piedras y ramas, Olivares permaneció invisible para sus compañeros (finalmente Morales logró alcanzar la orilla). La famosa frase “En el peligro también hay salvación” se hizo real para Olivares. Usó las ramas que flotaban para soportarse y mantenerse a flote. “Subía y bajaba, en una aterradora oscuridad”, recordó durante su declaración ante el fiscal Francisco Micheltorena. Un verdadero relato de supervivencia en San Juan.
Al llegar al cauce normal del río, las circunstancias se calmaron. Aunque el agua corría rápida y él estaba llena de dolor, “me dejé llevar por los troncos y me quedé dormido”, afirmó.
Rescate y reencuentro milagroso
Con la llegada del amanecer, se emitió la alerta oficial para iniciar su búsqueda. Al salir el sol, Olivares se resguardó en un banco de arena, donde permaneció un tiempo. Sin saber nada de sus compañeros, decidió volver al agua para alcanzar el otro lado, donde sabía que estaba la ruta, y así alcanzó otra ripiera.
“Al tantear, subí a una ripiera más grande, que parecía un poste de luz. Me aferré a un gran tronco y de nuevo me dejé llevar por la corriente”, relató desde su cama en el hospital.
Finalmente, fue descubierto en un terraplén en la mañana del sábado.
Olivares fue localizado por trabajadores de una obra local. Estaba sentado al borde del camino, bebiendo agua de una botella, como recordó Andrés Besso Bianchi, uno de los primeros en asistirlo, al diario Tiempo de San Juan.
“No sabíamos si era un lugareño o un operador. Al acercarnos, nos dijo que era el guardia de seguridad desaparecido”, comentó Bianchi. Para ese momento, tanto él como otros residentes ya sabían que un trabajador de seguridad había estado desaparecido casi dos días.
Las labores de rescate habían comenzado ya el jueves por la noche, pero la falta de visibilidad las interrumpió.
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El viernes, con el aviso oficial, un gran operativo de búsqueda fue lanzado. Participaron diversas entidades, como la Policía de San Juan, el Ministerio de Infraestructura, Agua y Energía, Protección Civil y el Municipio de Zonda. El operativo incluyó búsqueda a pie y por aire, valiéndose de drones. Se realizaron varias excavaciones en lugares donde se sospechaba que Olivares pudiera estar atrapado. La búsqueda inicialmente era para un posible cuerpo.
Afortunadamente, fue hallado vivo y se reencontró con su esposa, quien trabaja en la Policía de San Juan.
Olivares fue hospitalizado en el Aldo Cantoni de Calingasta. A pesar de sufrir lesiones y politraumatismos en los miembros inferiores y la espalda, su estado de salud es bueno.
