“¡Qué tragedia, pobre hombre, qué destino enfrentar un camión así!”, comentó Sergio Arenas (57) el jueves pasado. Él es el propietario de Comercial Arenas, una compañía dedicada a la venta de neumáticos. Este comentario lo expresó al ver en las noticias el impactante video del accidente múltiple en la autopista Panamericana, cerca de Campana, que resultó en la muerte de tres personas y dejó a otras tres heridas.
Arenas se encontraba en Buenos Aires cuando se enteró, al llegar a Tandil, de que el conductor de la Peugeot Partner estaba bajo su empleo. Se trataba de Diego Sebastián Romano (48), quien era gerente de su sucursal en el barrio de Villa Soldati. Romano falleció instantáneamente cuando un camión Iveco rojo que transportaba bobinas de papel en un contenedor se desvió de su carril y lo chocó de frente.
Romano, quien tenía 48 años, dejó a su esposa Massiel (45), originaria de Venezuela, y a su pequeña hija de 6 años. Enfrentarán juntas el cumpleaños más difícil sin él.
En el otro camión Iveco, que viajaba a la izquierda de la Partner y sufrió el impacto frontalmente, estaba una pareja de Cayastá, un pueblo de aproximadamente 4.500 habitantes, a 80 kilómetros de la capital santafesina, junto al río San Javier.
El conductor era José Alberto Escobedo (47), un veterano en el manejo de vehículos pesados, y su compañera era María Cristina Alfonso (41).
La bola de fuego que consumió a ambos camiones, a la Partner y a un Citroën C4 que quedó enganchado por el lateral izquierdo del Iveco rojo impidió salvar a la pareja, que falleció calcinada.
José y María partieron de su pueblo con una carga de zanahorias, actividad agrícola prominente en la región, para distribuir en varias zonas, incluida La Plata.
Los días 14 y 15 de noviembre se celebrará en Cayastá una nueva edición de la Fiesta de la Zanahoria. “¡Disfruta de la gran festividad con nuestra comunidad y nuestras tierras!”, anuncia la comuna local en sus redes sociales.
El Origen de la Catástrofe
La génesis del incidente, según Clarín, fue un neumático perdido por un camión mosquito que circulaba hacia Rosario.
Las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Campana captaron, cerca del kilómetro 72, cómo el camión rojo brincaba al encontrarse con el neumático, perdiendo el control y cruzando al carril contrario.
El conductor del camión, Jonatan Núñez (27), está ingresado en el hospital de Campana, con quemaduras en un 45% de su cuerpo, en estado reservado.
Una Toyota Hilux blanca esquivó, por muy poco, el impacto. Sin embargo, la Partner gris y el otro Iveco no tuvieron la misma suerte, y sus tres ocupantes fallecieron.
Uno de los ocupantes del Citroën C4 logró escapar corriendo en medio del fuego, como muestra una imagen escalofriante del video.
Gabriel Melo (56) conducía dicho vehículo y su acompañante era Javier Rolla (47). Ambos trabajan como empleados bancarios en Junín.
Las autoridades afirman que el camión mosquito fue incautado en su empresa, y el chófer se presentó en la comisaría para estar a disposición. Aunque está imputado, falta completar las pericias para determinar las responsabilidades del accidente.
Lo que queda claro es que el camionero que perdió el control es visto como otra víctima, ya que no tuvo forma de evitar el obstáculo del neumático rodando por la autopista.
Las pericias en el camión mosquito determinarán si hubo negligencia en la instalación del neumático o si fue una falla estructural.
La fiscal Ana Laura Brizuela del Departamento Judicial Zárate-Campana lidera la investigación.
Sobre Diego Romano
Diego Romano era un hombre de múltiples habilidades para ganarse el sustento. Durante su vida, trabajó en el sector de la gastronomía, supervisó estaciones de servicio, y laboró tanto en una maderera de Pergamino como en una herrería de General Cerri, cerca de Bahía Blanca.
Se integró en la empresa de Tandil hace dos años, con la meta de ser gerente en la sucursal de Soldati.
Comenzó como vendedor y poco después inició 2025 como gerente. “No tenía experiencia con neumáticos, pero aprendió rápido. Estamos completamente consternados”, reveló Arenas.
Al recibir el cuerpo, se realizarán los ritos funerarios en el cementerio San José de Flores.
Diego amaba los automóviles, era un apasionado de Chevrolet y muy unido a la familia. “Era muy querido por todos. Siempre estaba dispuesto a ayudar”, comentó un amigo cercano en Clarín.
En el momento del accidente, regresaba de Rosario tras entregar neumáticos. Salió temprano el jueves y volvía cuando el destino tenía otro camino para él.
Detalles de José Escobedo y María Alfonso
José Escobedo dedicó su vida a la conducción de camiones. Estaba asociado a una empresa costera que, en esos meses, colocaba zanahorias en distintos puntos del país.
Era padre de tres hijos y compartía su vida con María, madre de cuatro. Ella, siempre presente, le preparaba mate mientras disfrutaban de la música de Leo Mattioli con sus gafas oscuras.
“Eran personas muy apreciadas”, aseguró un vecino de Cayastá. El líder comunal, Edgardo Berli, dijo en la radio LT10: “Es una tragedia de gran magnitud”.
“Fui camionero por muchos años y entiendo los peligros presentes. Un camión que cruza el carril contrario es imposible de evitar”, declaró.
El pueblo santafesino se unió en el duelo. El sábado realizó el entierro de la pareja y Escobedo fue despedido por una caravana de camiones.
“Has iniciado tu viaje más largo, el que no regresa a casa”, fue el emotivo mensaje que le dedicó su hija Alejandra (22) en una publicación.
EMJ
