Parece gracioso, pero hubo un tiempo en que las mujeres que aceptaban relaciones íntimas sin mayores condiciones eran llamadas -así se decía- de ‘fácil acceso’. Actualmente, desde otro punto de vista, muchas personas se esfuerzan en tener un ‘difícil acceso’ y terminan perdiendo valiosas experiencias de vida. O usando una expresión antigua, “¡Nadie te puede quitar lo vivido!”.
Recuperando el Entusiasmo por la Vida
Es necesario retomar el valor y abandonar la inactividad. Darse una oportunidad no significa optar por la vía más sencilla, sino por aquella que despierta pasión, incluso si implica riesgos o dificultades. Esto se aplica tanto a lo laboral, como a las relaciones amorosas y familiares. Recuerdo que al finalizar la secundaria, mi interés estaba en estudiar Comunicación Social, una carrera entonces vista como poco distinguida. Consideré Ciencia Política o Derecho, opciones de mayor prestigio pero que no despertaban mi interés. Fue el consejo sabio de mi padre -él, ingeniero- el que me motivó: “Inténtalo por un año y si no, cambia”. Aunque el nivel era mediocre, el consejo fue increíblemente acertado. Descubrí que realmente era lo que deseaba hacer. Escoger otra alternativa hubiera traído menos incertidumbre y menos emoción. Quizás habría sido un profesional competente pero sin pasión.
La Importancia de Ser Protagonistas
En una ocasión, narré una historia similar. Tres hermanas solteras, ya adultas, estaban en el funeral de uno de sus padres. Una de ellas, con cierto sentir de que lo mejor ya había pasado, confesó: “Hemos sido espectadoras de la vida, no protagonistas”. Creo que eso le sucede a muchos. Sin darse cuenta, caen en una rutina que deja de sorprender, sin emoción. No es preciso tomar decisiones monumentales, sino atreverse a dar pasos que supongan un desafío, para no quedarse inmovilizados.
Desafiar el Status Quo
Es fundamental intentarlo. ¿Siempre? No necesariamente, pero tampoco nunca. Conozco parejas que comienzan bien pero de repente deciden separarse. ¿No había afinidad? “Bueno, los objetivos son diferentes” o “Estamos en etapas dispares”. Puede ser así, pero también puede ser simplemente el miedo a que las cosas funcionen y romper con un status quo que no nos hace felices pero nos mantiene en calma. Esto, creo yo, es contra lo que debemos luchar.
