La preocupación en la comunidad científica crece con respecto a la evolución del virus de la gripe aviar. Un reciente artículo en The New York Times destaca los cambios observados en el comportamiento del H5N1, subrayando la importancia de vigilar su desarrollo.
Desde que se descubrió que este virus, que por lo general se encuentra en aves silvestres, tiene la capacidad de infectar también al ganado, se han reportado al menos 68 casos de infección en individuos en América del Norte. Una de estas personas falleció en Luisiana. La mayoría de las infecciones se han vinculado con el contacto con aves de corral infectadas o granjas avícolas.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ha documentado estos casos entre junio de 2024 y enero de 2025. Si bien muchas infecciones han sido leves, se observa que las variantes del H5N1, que se diseminan actualmente en América del Norte, pueden ocasionar cuadros graves y resultar letales, especialmente en transmisiones directas de aves a humanos.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que no existen pruebas de transmisión entre humanos. La preocupación reside principalmente en que el virus pueda tener las mutaciones necesarias para propagarse eficazmente entre humanos, lo que podría desatar una pandemia.
El temor se fundamenta en que cada nueva infección del virus es una oportunidad para que este evolucione hacia una forma más transmisible entre personas. Además, se ha observado que el virus se está adaptando a nuevos tipos de hospederos, como vacas, mapaches, gatos, animales acuáticos y otros mamíferos.
Caso de mortalidad en Luisiana
A finales del año pasado, dos individuos, una adolescente canadiense de 13 años y un adulto mayor en Luisiana, contrajeron el virus de la gripe aviar. La adolescente necesitó soporte vital debido a un fallo orgánico, pero finalmente se recuperó. No se ha determinado cómo se infectó, siendo la obesidad su único factor de riesgo. En el caso del adulto, tenía problemas de salud preexistentes y cuidaba aves enfermas, lo que resultó en su muerte a inicios de enero. Estos eventos han preocupado a los científicos.
Ambas personas contrajeron una nueva versión del virus, diferente a la encontrada en el ganado lechero, y extendida entre las aves. Esta versión había desarrollado mutaciones que posiblemente le faciliten infectar a humanos. Este hallazgo también generó preocupación.
Perspectiva regional
Bárbara Broese, especialista en Enfermedades Infecciosas y directora de Epidemiología en San Isidro, advierte sobre el descubrimiento de la cepa H5N9 en Estados Unidos. Aunque no presenta un peligro inmediato para Argentina, recalca que sirve como aviso.
“Localmente, el mayor peligro proviene de las aves migratorias que pueden portar el virus y facilitar su llegada. Esto resalta la importancia de aplicar medidas estrictas de bioseguridad en granjas y seguir monitoreando a las aves silvestres”, menciona.
Broese enfatiza que, aunque el riesgo de transmisión a humanos es bajo, “siempre existe la posibilidad de mutaciones que podrían aumentar esa capacidad”. Por ello, insiste en la importancia de un monitoreo epidemiológico constante. “Las autoridades en Argentina deben reforzar la vigilancia y estar atentos a posibles casos”, señala.
Alertas y opiniones divergentes
El infectólogo Hugo Pizzi menciona que tras el incidente de laguna del Pozuelo, donde aves migratorias fueron analizadas, las normativas de sacrificio se activaron en distintas zonas. “Desde entonces, los productores han tomado más precauciones”, comenta.
Pizzi sostiene: “El peligro surge del contacto directo con animales enfermos, no entre humanos. No creo que llegue a ser una pandemia. Es esencial que quienes interactúan con aves sigan todas las medidas de seguridad”.
Antonio Montero, ex investigador del Conicet, asegura que una epidemia severa de gripe aviar en humanos es improbable. Afirma que la última alerta sanitaria no está justificada porque “se basa en un virus que no podría provocar una pandemia humana significativa, aunque sí podría dañar al sector agrícola al afectar a las aves de corral”.
MG