Es frecuente que las predicciones meteorológicas no se ajusten a lo que finalmente ocurre, y esta vez no es diferente. El pasado viernes, Clarín informó que una ola de calor se prolongaría desde el lunes hasta el miércoles siguiente, coincidiendo con el final del año. Sin embargo, este período de temperaturas extremas resultará ser más prolongado de lo que inicialmente se pronosticó.
Específicamente, el número de días que conforman lo que técnicamente se llama una ola de calor en el AMBA (con mínimas sobre 22 grados y máximas por encima de 32,3 durante al menos tres días consecutivos) resultará ser casi el doble de lo inicialmente estimado.
Pese a tanto agobio, hay una noticia relativamente buena: el fenómeno no debería extenderse más allá del miércoles, ya que se anticipa la entrada de un frente frío en la madrugada del 1 de enero. No obstante, algunos de los días de calor ya han transcurrido sin aviso, durante el sábado y el domingo, llevando el conteo total de días a cinco e incluso casi seis, como se observará.
¿Por qué cambió el pronóstico?
¿Qué ocurrió para que lo anunciado cambiara? Para el domingo, las previsiones iniciales indicaban que las máximas no excederían los 32 grados. Sin embargo, la temperatura subió hasta los 33 grados a las 15 horas. Por otro lado, la mínima no bajó de los 24,7 grados, cifra registrada a las 6 de la mañana.
Así, el domingo, que a priori se esperaba fuera un intermedio en el periodo de calor, finalmente no lo fue, aumentando la acumulación de malestar por el fenómeno climatológico. El sábado se cumplió el pronóstico, con temperaturas que oscilaron entre 24,4 grados de mínima a las 3 de la mañana y 36 de máxima a las 15.
Esta primera ola de calor del verano abarcará cinco días completos. Pero si se considera por fracciones, casi alcanza los seis días, ya que la última temperatura fuera del rango mencionado se dio a las 6 de la mañana del viernes, con 19,8 grados. El calor seguirá aumentando este lunes, alcanzando un pico con una máxima oficial de 38 grados el miércoles.
Recomendaciones médicas ante el calor
Ante esta advertencia de calor extremo, los médicos han destacado la importancia de ciertas precauciones para evitar la deshidratación, especialmente en personas mayores y niños. La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) ha emitido recientemente una guía para proteger la salud en estas condiciones.
La SAP sugiere aumentar la ingesta de líquidos (8 vasos de agua segura al día) y beber agua con las comidas. Se aconseja evitar bebidas azucaradas y el alcohol. Para prevenir el golpe de calor, recomienda no exponer a los menores de un año al sol y evitar estar al aire libre en las horas más calurosas, entre las 10 y las 16.
También se recomienda “realizar actividad física en las horas de menos calor; usar ropa ligera, fresca y de colores claros; protegerse con un gorro o pañuelo y llevar siempre una botella de agua para hidratarse de manera continua, sin esperar a tener sed; beber mucho agua antes, durante y después de hacer ejercicio, y no recurrir a otras bebidas para hidratarse”.
Además, “los bebés menores de 6 meses que se alimentan exclusivamente con leche materna, deben amamantar más frecuentemente, ya que no necesitan agua adicional. La leche materna es suficiente para mantenerlos hidratados”.
Se indican también pasos a seguir si una persona sufre agotamiento por calor. “Ofrecer constantemente leche o fórmula a los bebés y agua a los más grandes. Mover a la persona a un lugar fresco y ventilado, idealmente con aire acondicionado. Desvestirlo para exponer el cuerpo a un ambiente más fresco, mojando el cuerpo con agua fresca. Fomentar el reposo físico y consultar a un médico o a un Centro de Salud”, se explica.
Se añade que “el golpe de calor es una situación crítica en la que la temperatura corporal puede elevarse hasta los 39°C o más (medida con un termómetro digital en la axila). Los síntomas incluyen piel roja, caliente y seca (cese de sudoración), respiración y frecuencia cardíaca aceleradas, dolor de cabeza, alteraciones del estado de conciencia, aparición de vértigo, mareo, desorientación, delirios, confusión, pérdida del conocimiento y convulsiones”.
