Vecindario donde ocurrió el ataque a la mujer brasileña está lleno de grietas: “Son impredecibles y peligrosos

“En este sitio, justo ayer, María Vilma y su hija Carolina tomaron el desayuno… Nos quedamos perplejos cuando supimos lo sucedido a tan solo cien metros de aquí”.

Joel es un mesero originario de Brasil que trabaja en el restaurante Gambino, ubicado en el cruce del Pasaje Gardel con la calle Agüero. Hace una semana, Carolina Bizinoto, una brasileña de 30 años que reside y cursa Medicina en la UBA, y su madre María Vilma Das Dores, de 69 años, quien estaba de visita, estuvieron en ese lugar.

Un Ataque que Nadie Esperaba

El pasado jueves, a plena luz del día, Das Dores fue agredida en la calle por un hombre que, sin mediar palabras, le propinó un golpe que la derribó, haciendo que se lastimara al golpear su cabeza contra la acera. Aunque fue trasladada rápidamente al hospital, la señora falleció esa misma noche. El agresor fue arrestado ese día y se informó que posee cuentas pendientes con la justicia, además de problemas psiquiátricos por desórdenes en lugares públicos.

Quizás también te interese:  Cuatro arrestados por la agresión de un grupo de la UOCRA a un contratista: uno es pariente de una jueza de Santa Cruz

Inseguridad y Tensión Contante

“Antes estos incidentes se veían solo de noche y uno estaba más preparado, alerta, pero ahora las fisuras aparecen en cualquier momento y te echan por tierra el trabajo… Puede ser en la mañana, mediodía o noche. Son personas que espantan a los clientes, algo preocupante, especialmente porque el trabajo y los turistas escasean. Además, estos individuos intentan vender pañuelos, pero si nadie compra, se tornan insistentes y agresivos”, relata Walter, encargado de Gambino. “¿Y la policía? Está presente en la zona, pero hace lo que puede…”.

Una Realidad Incontrolable

Un recorrido por el barrio permitió observar el lugar exacto donde ocurrió el ataque a Das Dores, en Agüero, casi en la esquina con Corrientes. “El Abasto siempre ha sido complicado en ciertas calles, pero ahora la aparición de las fisuras se ha multiplicado”, comenta una trabajadora de McDonald’s en la esquina del Abasto Shopping. “A veces el ritmo de trabajo impide notar lo que sucede, pero aquí llegan personas visiblemente afectadas, y el personal de seguridad del local se encarga de sacarlas”.

Carolina y la fallecida María Vilma, en Buenos Aires.

Los vecinos de Agüero y Anchorena entre Lavalle y Sarmiento expresan su descontento debido a la inseguridad generada por “aquellas personas que, bajo el efecto de las drogas, no son conscientes de sus acciones”, dice Sonia, florista en el cruce de Gallo y Corrientes.

“Ya los tengo identificados cuando pasan, sé quiénes son y les advierto que llamaré a la policía. Siempre los veo por la tarde, parecen sobrios cuando caminan hacia allá —señala hacia Valentín Gómez—, entran a una casa y al volver están extremadamente lentos y comienzan a causar problemas. ¿Qué habrán consumido?, me pregunto. Muchas personas con disturbios mentales vagan por las calles y pueden hacer cualquier cosa”.

Quizás también te interese:  La compañía Baxtter enfrenta cargos del gobierno por cánticos antisemitas en un viaje de egresados: posible cuantía de la multa

Luna, quien lleva tres meses trabajando como camarera en Super Wok Express, a menudo siente temor, particularmente al finalizar su turno. “Aunque salgo a las ocho, el ambiente da miedo a veces, ya que hay individuos sentados o acostados frente al local. Una trata de pedirles que se vayan, pero solo la policía puede hacerlo. A mí me intimida la idea de que me reconozcan y decidan seguirme. Existen muchos que parecen estar en mundos apartes cuando necesitan intervención psiquiátrica”.

La trabajadora expresa que “estas personas parecen estar adormiladas o en otra dimensión, pero de un momento a otro muestran comportamientos violentos. Un día, un hombre ingresó al bar pidiendo comida, le hablé amablemente explicándole que no podía ayudarlo y en respuesta, se tornó agresivo. Afortunadamente, un policía que estaba en el local actuó a tiempo. Ese día, salí con miedo de encontrarme con él esperándome afuera, pero nada sucedió. Sin embargo, hay ciertas ‘criaturas’ por aquí que dan miedo”.

Los vecinos afirman que hay más personas en la calle con problemas mentales. Foto Francisco Loureiro

Un recorrido por las avenidas Corrientes, Pueyrredón y Gallo, junto con sus calles adyacentes como Lavalle y Valentín Gómez, mostró esta situación a media tarde de un miércoles.

“No es nuevo saber que los ladrones aprovechan cualquier pequeño descuido, algo que siempre ha sido así”, comenta un trabajador de estación de servicio en la esquina de Ecuador. “Pero ahora es más notoria la presencia de personas fuera de sí… Llevo cuatro años trabajando aquí y nunca había visto tanta gente en esas condiciones”. concluye.

No es inusual tener que esquivar a alguien durmiendo en plena acera, obligando a los peatones a rodearlo. “Conozco a todos, llevo años trabajando aquí y puedo distinguir entre las fisuras, que en su mayoría no molestan, y los desequilibrados, que son impredecibles y más peligrosos ya que nunca se sabe cómo pueden reaccionar. La fisura pide algo pero no es amenaza, mientras que el desequilibrado puede tornarse violento sin aviso”, explica Nahuel, quien vende artesanías en la calle cerca del Shopping.

Franco, atento a una conversación en una tienda de accesorios para teléfonos, se acerca para sorprender al cronista. “Escuché tu pregunta, ¿quieres que te muestre algo? Ven, acompáñame”. Salen del comercio, casi en la esquina de Boulogne Sur Mer, y caminan unos veinte metros. “Observa a aquel hombre. Míralo bien”. Se distingue a un hombre de unos treinta años, cabello rizado, camisa amarilla y pantalones cortos, recostado en la entrada de la pizzería La Farola del Once.

Pobreza y marginalidad en el Abasto. Foto Francisco Loureiro

Aquel hace movimientos extraños, como si estuviera estirándose. Los transeúntes lo miran confundidos, notando su presencia. También llama la atención de los clientes de la pizzería. “Aquí es conocido como El Loco o El Correntino. A veces es problemático y grita a cualquier mujer que pase por aquí, ya ha recibido varios golpes por su comportamiento indebido”.

Quizás también te interese:  Preocupación en ciertos barrios de Buenos Aires por casos de envenenamiento de mascotas

“Este tipo —continúa Franco mientras lo observan— suele colgarse de postes de paradas de autobuses, arrancar carteles de la calle y siempre está en otro estado mental. Viene con frecuencia, y en ocasiones tengo que echarlo. En una oportunidad, estaba tan insistente que pedía alcohol puro para mezclarlo con pinturas y gasolina. Al final, le di algo solo para que se fuera. Es una mezcla entre fisura y loquito”.

Cada vez más personas pidiendo en las calles, advierten. Foto Francisco Loureiro

Desde su moto, el inspector Ramiro L., de la Policía de la Ciudad, no duda en su evaluación: “Siempre ha sido una zona conflictiva, ahora agravada por la cantidad de personas con problemas psiquiátricos en la calle. Estas personas presentan serios problemas mentales a la vista, y no son sumisos; más bien, reaccionan con violencia, lo cual complica nuestro trabajo diario que requiere persuasión y mucha paciencia”.

El oficial enfatiza que “la policía a veces tiene limitaciones, tratamos de aplicar psicología tanto como podemos… Estos individuos —busca ser cauteloso con sus palabras— a veces se retiran cuando se los pedimos, dan la vuelta a la manzana y regresan. Lo que ocurrió con la señora (María Vilma) es un hecho aislado por ahora, pero temo que casos así se multipliquen; estamos rodeados de desequilibrados como el detenido”.

MG

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad