Misterio rodea el paradero de César Mariano Calluqueo, un hombre de 75 años que despareció tras salir a caminar en noviembre de 2024. Antes de irse, dejó un mensaje a su esposa, Ofelia, quien estaba descansando: “Ofe, querida, me voy a caminar, vuelvo en un rato. Son las cuatro. Patito”.
César, de origen mapuche y oriundo de Neuquén, vivía en La Pampa desde mediados de los ’90 con su esposa y sus cuatro hijos. Era conocido en General Acha, su apodo “Patito” refleja su amor por el agua y la natación. “Mi viejo no desapareció; en Acha, un lugar tranquilo, algo así no pasa”, comenta su hijo.
La familia destaca que César mostraba signos iniciales de demencia senil, sin embargo, tomaba sus medicamentos y mantenía su independencia, según uno de sus hijos, quien ha liderado la búsqueda “en soledad”, menciona con tristeza.
César, quien gestiona un restaurante en 25 de Mayo, Buenos Aires, critica el actuar de las autoridades. Afirma que la búsqueda fue deficiente, con cambios de fiscalía por su ineptitud. Originalmente, Juan Bautista Benítez llevaba el caso hasta que Paula Duscher lo asumió desde cero.
El entorno de César se pregunta, en busca de respuestas, si la tierra pudo simplemente habérselo tragado. Aquel domingo 10 de noviembre, tras el almuerzo, su esposa se recostó y él salió a realizar su caminata diaria, dejando una nota para que ella no se preocupara al despertar.
Últimas pistas de la desaparición
Las cámaras de General Acha captaron a Calluqueo desviándose del trayecto habitual. Dos testigos aseguran haberlo visto por un camino conocido como Ruta 9 antes de desvanecerse por completo.
La Subsecretaría de Derechos Humanos del Gobierno de La Pampa ofrece una recompensa de $4,000,000 a quien aporte información determinante sobre el paradero de Calluqueo, desaparecido a los 74 años.
César describe estos meses como un infierno, sintiendo que la vida ha sido injusta. Reflexiona que la vida puede cambiar de un momento a otro sin previo aviso, despojando a las personas de todo lo que creen cierto.
El 10 de noviembre, a las siete de la tarde, la familia comenzó a buscarlo y más tarde formalizó la denuncia en la comisaría a cargo de David Rinaldi. Al enterarse, César dejó su restaurante en 25 de Mayo para unirse desde General Acha.
“Así comenzó este camino de búsqueda, rodeado de soledad, confusión y errores, sin protocolo ni recursos necesarios”, dice César, lamentando la falta de acción estatal en la protección de los ciudadanos, basado en criterios arbitrarios.
César expresa frustración por la ineficiencia institucional; ante la urgencia, los recursos y las acciones no eran suficientes para salvar a su padre.
Aludiendo a la negligencia de las autoridades, César dice que el fiscal Juan Bautista Méndez nunca tomó acciones competentes, marcando una ruptura en el proceder correcto y dejándolos sin apoyo. La familia sigue en una lucha por recursos para una búsqueda efectiva.
“Con nuestras manos y corazones decidimos emprender nuestra propia búsqueda. Vecinos, hijos de Calluqueo, y dos policías ayudaron, sin experiencia ni equipamiento, pero con la esperanza de rescatarlo”, recalca César.
“No me doy por vencido, mi padre merece un cierre digno y nosotros como familia necesitamos paz. Aunque quede solo un lugar por explorar, seguiré buscándolo con la ayuda que pueda reunir”, concluye, recordando con cariño a un padre generoso y alegre, querido por su comunidad.
