Un inicio repentino y alarmante
En una mañana normal de Palermo, el primer indicio de que algo no estaba bien fue un fuerte olor a gas. Apenas pasaban de las nueve cuando un estallido seco irrumpió en el ruido cotidiano de las máquinas repavimentadoras sobre la avenida Juan B. Justo. Una excavadora traspasó una importante tubería, dejando tras de sí una amenaza invisible que llenó el aire, requiriendo la intervención urgente de SAME, Bomberos de la Ciudad, Defensa Civil, la Policía y equipos de Metrogas.
“Fue como una explosión, un ruido ensordecedor, y casi de inmediato el aire se saturó de un olor insoportable a gas. Los vecinos comenzaron a correr y rápidamente la zona se llenó de policías”, relató Luis Ramírez, propietario de un kiosco en la esquina de Juan B. Justo, quien se vio obligado a cerrar su negocio.
A las 9:25, una neblina blanquecina, visible desde lejos, comenzaba a elevarse, obligando al cierre del tránsito entre las avenidas Santa Fe y Paraguay. Las líneas de colectivos tuvieron que ser redirigidas, mientras las calles se llenaban de ambulancias y camiones de bomberos.
El servicio del tren San Martín fue también suspendido, provocando que el recorrido se limitara a operar entre Pilar y Villa del Parque. “Esperábamos el tren cuando nos informaron del corte. Primero no entendíamos, pero luego vimos el humo en la distancia y el olor era insoportable. Hubo gran temor entre la gente, especialmente los que traían niños”, comentó Rocío Fernández, residente de Palermo que viajaba hacia Devoto.
El impacto en la comunidad cercana
A pesar de que las autoridades establecieron un perímetro seguro para el público, el penetrante aroma se hacía sentir y causaba irritación en los ojos de los curiosos que se aproximaban. El incidente ocurrió frente a un conocido hospital privado y al centro comercial Distrito Arcos. Mientras el hospital no estuvo bajo evacuación, las tiendas sobre la calle Paraguay sí tuvieron que ser evacuadas.
“Al principio oímos un sonido similar a un fuerte chorro de agua y luego llegó el fuerte olor. Nos dimos a la tarea de salir y presenciamos cómo un humo blanco emergía fuertemente. Usamos barbijos que teníamos guardados desde el Covid y salimos”, afirmó Yohana Rios, quien trabaja en una tienda de ropa.
El manejo del incidente y sus efectos
Desde las primeras horas, los bomberos establecieron dos líneas de agua para contener la fuga mediante un proceso denominado hidrolización. Según el SAME, esta técnica permite encapsular el gas y visualizar su dispersión en el aire. La aplicación de agua ayuda a prevenir la formación de una nube densa al ilustrar la trayectoria del gas.
Alejandro Nicolau, portavoz de SAME, explicó: “El agua permite disipar el gas y seguir su desplazamiento. Es crucial para la prevención mientras Metrogas trabaja en recomprimir la tubería principal y reducir la presión”.
Aunque el centro comercial y la clínica siguieron operando, algunas viviendas cercanas fueron evacuadas de manera preventiva pero voluntaria.
Martín, junto a sus dos perros, Lula y Boni, decidió salir. “Me despertó el estruendo. Preparé una mochila y salí con mis mascotas. Nadie nos pidió que evacuáramos, pero coordinamos entre los vecinos, ya que el olor era sofocante. Temía desmayarme o que mis mascotas se vieran afectadas”, comentó mientras observaba a sus perros.
El temor era palpable, especialmente entre aquellos con familiares en el hospital. “Vine a ver a mi papá en terapia intensiva. No evacuaron, pero el temor de que sucediera era angustiante. Imagina evacuar pacientes con respiradores… es aterrador”, relató Mariana López, de 45 años, miraba con expectativa la puerta del sanatorio.
Otros continúan con la rutina interrumpida en las aceras. “Lo absurdo es ver a gente encender cigarrillos. Un peligro. Los bomberos gritaban que los apagaran, ya que una chispa podría provocar una explosión”, añadió el kiosquero Ramírez.
A corta distancia de la fuga, alguien encendió una fogata en las vías de la estación Palermo. “Empezamos a ver humo hace unos minutos. No sabemos quién fue, pero esperamos que los bomberos lleguen a apagarla. No se entiende cómo alguien pudo hacer esto”, dijo un agente de tránsito.
Doce unidades del SAME, entre ambulancias, motos y equipos especiales, operaron en el área, junto a otra cuadrilla de Metrogas que trabajó desde el lado opuesto de Juan B. Justo. Según las autoridades médicas, “no hubo necesidad de asistencias médicas ni traslados”.
Alberto Crescenti, director del SAME, describió la situación esta mañana diciendo: “La presión es alta. Se huele el gas en toda la zona, pero afortunadamente no hubo necesidad de asistencia a personas”.
Al llegar el mediodía, Palermo se veía paralizado: desvío de vehículos, colectivos fuera de servicio, vecinos tras las barricadas, médicos y bomberos alerta. Todo esto se mezclaba con la rutina interrumpida.
Cerca de las 13:55, maquinaria pesada de Metrogas llegó para clausurar la tubería de alta presión. Se interrumpió el flujo del gas antes del punto donde la pala lo perforó, permitiendo cesar la fuga. Luego, iniciaron las reparaciones del conducto dañado.
“Estaba por ir a trabajar y terminé aquí, observando el uso de agua sobre el gas. Nunca había visto algo así”, comentó, perplejo, Julián Ortega, un mensajero, mientras veía como la amenaza invisible persistía en el aire.
La tubería de acero, recubierta y de media presión, requería un cuidadoso tiempo de maniobra para su sellado. No fue un proceso inmediato, como explicaron los trabajadores en el lugar. El corte del gas fue finalmente controlado cerca de las 16:50.
MG
