Una gran cantidad de devotos del noreste del país y de Paraguay se congregaron en la localidad de Itatí para participar en la celebración del 125 aniversario de la Coronación Pontificia de la imagen de la Virgen de Itatí. Muchos de ellos llegaron caminando, en autos, autobuses e incluso en barcos para asistir a este evento que se celebró entre el lunes y el miércoles.
Un aniversario especial: el 125° de la Coronación
Debido a que la coronación ocurrió un 16 de julio, la principal ceremonia se llevó a cabo el martes. Comenzó con la tradicional procesión que llevó la imagen de la Virgen desde el santuario hasta la orilla del río Paraná, donde se unió a la imagen de la Virgen de Caacupé, la patrona de Paraguay.
Fe y esperanza en tiempos difíciles
La procesión luego retornó al santuario, donde se celebró una misa presidida por el arzobispo de Corrientes, monseñor José Larregain. Durante su homilía, destacó que la Virgen María es “madre y faro de esperanza” ante las adversidades que enfrenta la población.
Mencionó que María informa a Jesús sobre nuestras necesidades, sueños, luchas y anhelos, evocando el pasaje bíblico de las bodas de Caná como ejemplo de la intercesión materna de María en las situaciones más urgentes.
Según el arzobispo, “la Virgen, coronada de estrellas, permanece atenta a nuestras circunstancias. Nos anima cuando la esperanza parece desvanecerse debido a problemas como el desempleo, las adicciones, las divisiones familiares, la pobreza o la inseguridad”.
Agregó que “en Caná, María intercede y Jesús convierte lo poco en abundante. Hoy, de manera similar, el Señor transforma nuestros escasos recursos en bendiciones”.
Monseñor Larregain alentó a los presentes a emular a María, quien aceptó la voluntad divina con fe y coraje, incluso en tiempos adversos.
Señaló que “su vida es un evidente testimonio de cómo la gracia de Dios se manifiesta en nuestra historia. Como esposa del Espíritu Santo, nos enseña a vivir con un ojo en los detalles, llenos de humildad, paciencia y perseverancia”.
La ceremonia religiosa concluyó con la imagen de la Virgen saludando a los peregrinos que abarrotaron la explanada de la basílica, creando un momento especialmente conmovedor.
Entre cantos, lágrimas y plegarias, los devotos reafirmaron su amor y lealtad hacia la “correntinita Madre de Dios”, la venerada patrona de la región, cuya devoción sigue fuerte a través del tiempo.
La imagen de la Virgen de Itatí fue coronada por el obispo de Paraná en aquel entonces, monseñor Rosendo de la Lastra y Gordillo, en la iglesia de la Santísima Cruz de los Milagros, en Corrientes.