Desde hace meses, un emblemático árbol mantiene dividida a la comunidad de Villa Allende. Este quebracho blanco, con 284 años de antigüedad, se encuentra en el centro de una disputa por su posible traslado debido a una obra vial planeada por el municipio para mejorar el flujo vehicular hacia el área metropolitana de Córdoba. Tanto los residentes, empresas, como las instancias gubernamentales y judiciales están involucrados en esta controversia.
El proyecto consiste en duplicar la avenida Padre Luchesse para mejorar el tráfico, con un costo total estimado de 8.000 millones de pesos gestionado por Caminos de la Sierra. El traslado del árbol, que solo costaría 30 millones, se ha convertido en el punto crítico del conflicto.
Desde hace un mes, un combinado de vecinos autoconvocados ha establecido un campamento para impedir que el árbol, apodado ‘Cacho’, sea removido. La fricción entre los manifestantes y las autoridades se ha intensificado recientemente, a tal punto que la periodista Silvia Majul fue arrestada durante varios días en el marco de estas manifestaciones.
Debate judiciario: ¿trasladar o preservar?
A principios de junio, el tribunal de competencia en lo contencioso administrativo dictaminó que el quebracho debía ser movido, indicando que, al no hacerlo, se incrementaría el riesgo de accidentes dado su ubicación entre dos rotondas. Por otro lado, expertos en agronomía consultados por el municipio advirtieron que al mover el árbol solo 25 metros, su probabilidad de supervivencia disminuiría a un 20%.
El quebracho blanco se ha convertido en un símbolo de la discordia en Villa Allende. Mensajes como “No se toca el quebracho”, “¿Tan difícil es hacer una curva?”, y “Si el quebracho cae, tú también caerás Victoria Flores”, dirigidos hacia la ministra de Ambiente y Economía Circular de Córdoba, han aparecido cerca del árbol. Ante este escenario, el intendente Pablo Cornet lanzó un ultimátum a los manifestantes: “O nos dejan proceder sin interrupciones, o nos veremos obligados a talar el árbol. No podemos continuar así”. Cornet señaló a los manifestantes por obstaculizar el trabajo de las grúas y de organizar actos de protesta.
Involucramiento empresarial: ¿dilema moral?
Tras semanas de retraso, el miércoles pasado, el conflicto se agravó cuando la empresa que operaba las grúas, decidió abandonar el proyecto. “Jorba no participó ni consintió la extracción del árbol. Nuestra grúa fue contratada para trabajos generales de izaje, pero al conocer su propósito real, cancelamos el servicio y retiramos la maquinaria”, informó la empresa a través de un comunicado. Además, otras ocho compañías especializadas en grúas han manifestado su oposición a mover el bosquejo.
Federico Crespo, secretario de Gobierno Municipal, atribuyó la retirada de la compañía a la presión ejercida por los residentes. Confirmó que una nueva empresa fue contratada bajo la condición de mantener la identidad, procedencia y fecha de inicio de los trabajos en confidencialidad debido a presiones anteriores. “Guardamos confidencialidad porque las compañías subcontractadas han sido objeto de presión, motivo por el cual la compañía previa se retiró”, explicó Crespo a Cadena 3.
Los ciudadanos están firmes en su decisión de que el árbol no debe moverse. Todas las instancias pertinentes han sido consultadas, y el municipio asegura tener los permisos legales requeridos. No obstante, las obras preliminares de traslado han perjudicado al árbol, reduciendo aún más sus posibilidades de sobrevivir.
“Siempre hemos dicho que el árbol debe permanecer aquí; modificar la ruta no es tan complejo. Es doloroso ver maquinaria pesada manipulando una planta de tales dimensiones, con raíces profundamente afianzadas en esta tierra hace casi 300 años”, comentó Juan Smith, abogado de la organización proambiental Funam, quien promueve una medida judicial en la corte de Córdoba.
Para Smith, Jorba enfrentó un “dilema ético” ya que remover al árbol es extremadamente desafiante. Este ejemplar alcanza unos 10 metros de altura, con dos metros de diámetro y robustas raíces. Es el último ejemplar del quebracho blanco en sobrevivir del bosque autóctono que una vez cubrió la región.
“El árbol está sufriendo enormemente y debería quedarse donde ha estado siempre. Las operaciones efectuadas sólo han dejado claro que una especie de esta antigüedad y características no puede ser trasladada fácilmente”, opinó Smith. Ha solicitado que se interrumpa la feria judicial para abordar el tema, mientras los vecinos continúan con su resistencia al traslado, y el municipio adelanta los preparativos según lo planeado.