Han surgido nuevos detalles incriminatorios acerca de una de las empresas farmacéuticas implicadas en la controversia por la contaminación del fentanilo, que resultó en el fallecimiento de 52 pacientes en hospitales de Rosario y La Plata. Mediante un video, se registró el supuesto “hurto” que los propietarios de HLB Pharma denunciaron pocas horas antes de que ANMAT emitiera la prohibición y días previos a la inspección judicial.
Como adelantó Clarín el 11 de mayo de este año, cuando ANMAT ya sospechaba de una seria contaminación en pacientes tratados con este potente analgésico, un trabajador de seguridad del laboratorio HLB Pharma -que proporcionó el producto a los hospitales implicados- denunció una intrusión en una oficina crucial de la empresa.
Detalles del Incidente
A las 17:30, una llamada al 911 reportó un acto de “vandalismo” ocurrido en una sección del complejo ubicado en la calle Tomkinson al 2054, en San Isidro. Oficiales de la comisaría 7ma. de Las Lomas acudieron al lugar y confirmaron “desorden significativo y daño a equipos, materiales y objetos”.
Los agentes documentaron el suceso y remitieron el caso a la Justicia. Se asignó a una fiscalía especializada en delitos de “autores desconocidos”, pero el progreso ha sido limitado.
Ahora emergen videos capturados por una persona que presenció el estado de las oficinas tras el ataque.
Un Ataque Estratégico
El asalto fue preciso, dirigido a un área esencial del edificio que alberga las oficinas administrativas y técnicas de la firma que produce medicamentos, actualmente suspendida por ANMAT.
La precisión del ataque hace difícil considerarlo una coincidencia. El pasado 2 de mayo, el Hospital Italiano de La Plata alertó a ANMAT sobre un brote de neumonía por posible “contaminación cruzada” con un lote de fentanilo. Se encontraron bacterias Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii, que no formaban parte de los patógenos habituales combatidos por el hospital.
HLB, del empresario Ariel García Furfaro, socio del sindicalista Víctor Santa María, se encuentra implicado. Ramallo, empresa de Ariel Salinas, también cuestionada, fue responsable de un laboratorio en Rosario donde ocurrió una explosión hace casi una década.
ANMAT ordenó primero el retiro de los lotes afectados y, el 13 de mayo, suspendió la autorización de los laboratorios. Dos días después, la Justicia Federal de La Plata dispuso allanamientos en los establecimientos en cuestión y en la droguería Nueva Era, encargada de distribuir el producto.
Consecuencias del Ataque
Según la información recibida por este diario, durante el incidente de “robo” y “vandalismo”, los intrusos desmantelaron el área de Garantía de Calidad de HLB. Esta sección contiene documentación relacionada con la producción de lotes de insumos fabricados y otros procedimientos de control exigidos por las autoridades.
Además, según el expediente bajo la custodia del juez Ernesto Kreplak, también se llevaron una caja fuerte donde estaban las copias de seguridad de las cámaras internas, haciendo que semanas de grabaciones de todas las actividades del laboratorio ya no estén disponibles para revisión.
El área vandalizada era la oficina de Garantía de Calidad en el segundo piso del edificio en la calle Tomkinson, que también aloja el departamento de Informática. Ocupa un espacio de 20 por 6 metros con varios compartimentos que dividen distintas oficinas. También funciona el Archivo de Garantías y operan los empleados con sus equipos respectivos.
De acuerdo con una fuente conocedora de la operación interna de la empresa, en las cajas de seguridad robadas se almacenaban -además de grabaciones- los archivos del “batch record” de HLB. Este registro detalla el proceso completo de fabricación y pruebas de un lote determinado de producto farmacéutico.
Los informes perdidos podrían corresponder a lotes contaminados. El experto señaló que el laboratorio asociado, Ramallo, debería tener otro “batch record” ya que la producción se realizó conjuntamente.
Para acceder al lugar, los ‘ladrones’ cruzaron el portón principal en la calle Tompkinson y recorrieron varios metros hasta alcanzar las escaleras que llevan al piso superior.
Fuentes del caso afirmaron que, además de las irregularidades en la manipulación de compuestos -confirmadas por ANMAT- el laboratorio tenía “filtraciones” en seguridad. Hasta diciembre de 2024, la empresa contrataba personal de la Policía Bonaerense para vigilar las instalaciones a través de Polad.
Sin embargo, en diciembre habrían designado a un grupo de agentes de la misma empresa como personal de seguridad. Estas empresas deben contar con seguridad privada o estatal ya que en su interior se manejan anestésicos y psicotrópicos. Esta es una exigencia de ANMAT para operar.
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