Beneficios del ejercicio físico antes de estudiar
¿Alguna vez has notado que te sientes más preparado para estudiar después de una caminata ligera o unos minutos de trote? No eres el único. La pregunta es: ¿puede la actividad física previa a las tareas académicas mejorar el rendimiento en el aula?
Descubrimientos científicos
Un reciente estudio científico sugiere que dedicar 25 minutos a la actividad física antes de estudiar puede mejorar significativamente las capacidades cognitivas de los estudiantes, tales como la memoria, creatividad e imaginación, factores esenciales para un buen desempeño académico.
No es necesario realizar una clase completa de Educación Física ni someterse a pruebas exhaustivas. Simplemente moverse durante 25 minutos puede ser suficiente para activar las “neuronas dormidas”.
Detalles de la investigación
La investigación fue realizada por científicos de Conicet e ITBA, junto con la Red Educativa Itínere, que consta de nueve escuelas en Argentina y Uruguay. En el estudio participaron 346 estudiantes de 12 a 14 años de tres escuelas secundarias del área metropolitana de Buenos Aires.
Los estudiantes se dividieron en dos grupos: uno que realizaba 25 minutos de actividad física antes de comenzar las clases y otro que no. Estos grupos fueron sometidos a pruebas para evaluar memoria, creatividad e imaginación.
El grupo que realizó actividad física obtuvo mejores resultados en estas pruebas, lo que respalda la relación entre el ejercicio y el rendimiento académico.
Implementación en las escuelas
El estudio fue presentado en el Congreso Anual de la Sociedad Argentina de Investigación en Neurociencias, aunque aún no ha sido publicado en una revista científica. Alejo Barbuzza, Pedro Benedetti y Fabricio Ballarini, responsables del estudio, subrayan la creciente preocupación por el sedentarismo entre adolescentes.
Según datos de UNESCO, el 80% de los adolescentes en Argentina no realiza suficiente actividad física, y el 36,5% en América Latina enfrenta problemas de sobrepeso u obesidad. Los adolescentes pasan un promedio de casi seis horas al día frente a pantallas.
Darío Álvarez Klar, especialista en educación y fundador de la Red Itínere, advierte que el sedentarismo afecta no solo la salud física sino también el desempeño académico, ya que el movimiento físico prepara al cerebro para aprender mejor.
Aplicaciones prácticas en la educación
Entonces, ¿cómo deben las escuelas abordar estos hallazgos? Klar propone que las instituciones educativas creen espacios y planifiquen actividades que alienten al movimiento durante al menos 25 minutos diarios.
Las escuelas pueden diseñar ambientes que motiven el movimiento, utilizando mobiliario flexible y áreas como muros de escalada. La idea es integrar el movimiento físico en el enfoque pedagógico, como cambiar de aula continuamente o realizar pausas activas en las clases.
Estas iniciativas, ya implementadas en algunas escuelas, han demostrado mejorar la participación en las clases, reducir la ansiedad y aumentar la motivación de los estudiantes.
Influencia de los olores en el aprendizaje
Klar también mencionó un estudio argentino sobre el impacto de los olores en el aprendizaje. Se descubrió que las señales olfativas durante el sueño pueden fortalecer la memoria de lecciones aprendidas. Asociar un olor particular con una lección ayudó a los estudiantes a recordar mejor el contenido a largo plazo, según un estudio publicado en Nature.